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Jornada de altos vuelos en la Euroliga

Este miércoles empieza la novena jornada del TOP16 de la Euroliga y lo hace por la puerta grande, con un el clásico entre Real Madrid y CSKA de Moscú, dos transatlánticos que hoy se retan en el Barclaycard Center. Así se abrirá una jornada llena de partidazos, con enfrentamientos difíciles para los equipos españoles.

Real Madrid (5-3) – CSKA (6-2). Miércoles, 20:45.

Partido con sabor a final hoy en Madrid, entre dos habituales a la Final Four y dos de los principales candidatos al título. Los de Laso llegan con la moral por los cielos tras ganar en Valencia con el triplazo de Llull, y saben que ganar hoy implicaría dar un paso de gigante para clasificarse para los cuartos de final. Aún sin Rudy, los blancos reciben al líder del grupo, un CSKA que cayó este fin de semana en casa ante el Lokomotiv y que baila al ritmo que marcan Teodosic y De Colo (MVP del mes en la Euroliga).

El duelo promete ser espectacular y vistoso para los aficionados, y es que se enfrentan los dos únicos equipos que promedian más 100 de valoración por partido (108.8 los rusos, 100.1 los españoles) y que más anotan: 91.3 el CSKA, 85 el Madrid. Las opciones de los blancos, que siguen sin poder contar con Rudy, pasan por anular a los actores secundarios. Qué Teodosic y De Colo anoten es inevitable, pero la clave está en que nadie más se sume al carro, ya que sólo con sus puntos no te van a ganar. En la ida (95-81 para el CSKA), metieron 51 puntos, pero hicieron mucho daño Hines (14) y Vorontsevich (11). Ese día, por cierto, faltaba Llull.

Las dos derrotas de los rusos en éste TOP16 se produjeron fuera de su cancha (Khimki y Laboral Kutxa), y el Madrid tiene que convertir el Barclaycard en un fortín para asegurar la clasificación.

Khimki (4-4 ) – Barça (4-4). Jueves, 18:00.

Duelo crucial en el Krylatskoye Sports Palace, sobre todo para los locales. En caso de perder el Khimki quedaría a un partido más el average del Barça, y es que en la ida los de Pascual destrozaron a los rusos (87-70) en uno de los mejores partidos de la temporada en el Palau Blaugrana. Pero este año es difícil pronosticar que Barça se va a ver, ya que se están mostrando como un equipo demasiado irregular, capaz de ganar al Madrid a domicilio o de pasar por encima de Khimki y Olympiakos, para luego perder ante rivales inferiores como el Pinar Karsiyaka, el Zalgiris o el Brose.

En el partido de ida el Barça superó a un Khimki muy errático (3/23 en triples) y poco competitivo, un aspecto que se repite en los rusos fuera de casa. Su balance es de 2 victorias y 6 derrotas en esta Euroliga lejos de Moscú, y en este TOP16 han conseguido todos los triunfos en casa. Y es que en el Krylatskoye son un equipo distinto: en casa reciben una media de 72.7 puntos, que sube a 86 lejos de su cancha. A parte de éste duelo contra el Barça, sólo les quedará otro partido en casa, así que saben que es primordial asegurarlos.

El Barça tendrá que fijarse en el partido que hizo el Madrid hace dos jornadas, cuándo se llevo la victoria del campo del Khimki por 82-3, con un Ayón inconmensurable. La mejora de Tomic en el último partido (aunque su juego no es parecido al del mejicano) tiene que ser un arma para los azulgrana. El mayor peligro para el Barça es un Rice que ha vuelto a nivel de MVP en las últimas semanas: 15.5 puntos y 10 asistencias (para un 22.7 de valoración) en las últimas 4 jornadas.

Unicaja (2-6) – Panathinaikos (5-3). Jueves, 20:45.

Ahora sí. Probablemente ésta sea la última oportunidad para los malagueños de reengancharse a la lucha por los cuartos de final. Delante, un Panathinaikos renovado y que viene de tumbar al Fenerbahçe. La empresa no es fácil, y más para un equipo sin alma en el último mes. Pero no queda otra.

La mejor noticia para Plaza es la recuperación de Markovic, que podría volver a las pistas ante los griegos. Seguirá sin estar Smith y también es baja Nedovic, de manera que Unicaja tiene que plantear un partido a pocos puntos si quiere tener opciones. Su rival llega en un gran momento de forma y con confianza tras romper la imbatibilidad de Fenerbache, y sabe que esta jornada puede (prácticamente) sentenciar su clasificación si gana y Efes pierde.

El partido de ida se escapó con un triple de Feldeine en los últimos segundos, pero Unicaja demostró tener armas para dañar a los griegos, en un duelo a tanteo bajo (68-66). Pero aquél era otro Panathinaikos y, sobre todo, otro Unicaja.

Olympiakos (3-5) – Laboral Kutxa (6-2). Viernes, 20:45.

Partido dificilísimo para los de Perasovic. Por el rival, la pista y, sobre todo, la más que probable baja de Bourousis. Y es que la presencia del griego, el alma mater de los baskonistas, es muy dudosa. Lo normal, viendo la situación de los dos equipos en la clasificación, es que no forzaran. Olympiakos no puede permitirse perder si no quiere decir adiós a Europa, mientras que para los vitorianos la derrota entra dentro de los cálculos para clasificarse.

En principio el Laboral Kutxa va a necesitar unas dos victorias más (con tres ya asegurarías del todo) para clasificarse, y estas tienen que salir del Buesa (tiene que recibir a Khimki, Barça y Madrid) y de la cancha del Brose en la última jornada. No está para hacer cálculos el peor Olympiakos de los últimos años, que sólo se pareció al equipo dominante de las últimas temporadas en la primera fase (8 victorias y 2 derrotas) y en el inicio del TOP16.

Un inicio en el que se llevó la victoria del Buesa Arena (76-82) en un partido muy físico, que significó el segundo triunfo de los griegos en las dos primeras jornadas del TOP16. Des de entonces: 5 derrotas y una sola victoria. Y lo que es peor, perdiendo su mejor arma, la defensa. En la primera fase encajó una media de 69.2 puntos por partido, mientras que en este TOP16 recibe 78.1, una diferencia demasiado grande para un equipo en el que Spanoulis ya no genera como antes. Aunque pueda parecer contradictorio leyendo todo esto, lo normal es que este viernes superen a un Laboral sin la imperiosa necesidad de ganar y sin su centro de gravedad, Bourousis.

Periodista. Saul Goodman tenía razón. “Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones”, Borges.

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