Guerra IHF vs PATHF

El fútbol tiene a Blatter y su corrupción en la FIFA. El
baloncesto la guerra entre FIBA y Euroleague. 
El tenis el conflicto entre ATP y jugadores por el calendario. El
balonmano tampoco se libra de los escándalos institucionales.

La Federación Internacional de Balonmano (IHF) ha declarado
la guerra a la Federación Panamericana (PATHF), la ha dividido en dos
federaciones distintas y ha intervenido sus cuentas.

Empecemos por los protagonistas principales de esta
«pelea de gallos»: En un lado del cuadrilátero está el sempiterno presidente
de la IHF Hassan Moustafa y sus 18 años al frente del máximo organismo mundial.
Al otro lado el argentino Mario Moccia, desde 2012 presidente de la PATHF. Sin
duda dos de los mayores egos del panorama balonmanístico mundial.

La «declaración de guerra» comenzó en la Asamblea
de la IHF, en Zagreb. En ella, el consejo rector de la federación decidió
dividir la PATHF en dos confederaciones distintas, una para el Norte y el
Caribe y otra el Centro y el Sur del continente americano. Según alegó Moustafa
esta división tiene como objetivo fomentar el balonmano pista en el norte del
continente, y en especial el balonmano playa en los países caribeños. De esta
manera se evitaría que las dos potencias sudamericanas (Argentina y Brasil)
monopolizaran todos los campeonatos continentales.

La mayoría de los miembros de pleno derecho de la PATHF
votaron en contra de esta decisión en su asamblea regional. Concretamente de 26
países, 24 votaron en contra, uno se abstuvo y otro directamente ni se presentó
en la reunión. (Los votos no fueron públicos)

Moccia viendo peligrar su sillón, pidió rebelarse ante la
«dictadura» de Moustafa. Algo que naturalmente no sentó nada bien la
IHF. En ese momento la federación internacional tomó completamente el control
de América, tanto económico como en la organización de los Panamericanos, es
decir dejó sin poder efectivo al bando de Moccia.

Esta decisión, despertó muchas incógnitas sobre qué pasaría
con el Panamericano de Playa en Estados Unidos, o con el Panamericano se
celebrará en Groenlandia en junio.

En un principio la PATHF suspendió el Campeonato de
Balonmano Playa, poniendo la excusa de que no podía asumir los gastos de dicho
torneo, sin duda para que la IHF se hiciera cargo de todo el dinero y la
responsabilidad.

Salta a la vista que ninguno de los dos mayores responsables
de esta guerra sin cuartel, se ha preocupado lo más mínimo de los intereses de
los jugadores y jugadoras de este maravilloso deporte. Que han ignorado
completamente a los clubes y selecciones que compiten en sus torneos. Y que por
supuesto solo se preocupan de seguir agarrados a sus sillones y sus cargos para
seguir viviendo a costas de aquellos a los que supuestamente representan.

En mi opinión, dudo mucho que ninguno de ellos sea de capaz
de dar un paso al lado y mirar por el bien del balonmano americano y mundial.

Si algo necesita este deporte es MÁS publicidad, MÁS
patrocinadores, MÁS jugadores y sobre todo MÁS profesionalidad (algo que en el
caso de nuestros dirigentes parece faltar).