El FC Ingolstadt está finalizando una temporada de ensueño. Estar a menos de diez puntos de la zona europea a falta de cinco partidos para el final de tu primera incursión en la 1.Bundesliga debe ser todo un orgullo. Y de eso saben bien un par de jugadores. Lejos queda ya la última participación en 3.Liga, poco después de su creación. En aquella temporada (2009-10) aterrizó en el club, procedente de Colonia un delantero llamado Moritz Hartmann. Él y un veterano llamado Andrés Buchner (actualmente en el FC Ingolstadt II) son los únicos supervivientes de aquel año en el que regresaron a 2.Bundesliga, su cota más alta hasta el momento, tras superar un play-off frente a Hansa Rostock.
Mucho le debe el FC Ingolstadt a Moritz, ya que fue «llegar y besar el santo», como se dice coloquialmente. A pesar del francés Régis Dorn, jugador por aquel entonces del SV Sandhausen. El jugador galo nacido en Ingwiller, cerquita de la frontera alemana, estropeó lo que podía haber sido para Hartmann «un año perfecto», ya que le arrebató el puesto de Máximo Goleador con un gol de diferencia, acabando la liga en 14ª posición, a ocho puntos de la zona de peligro.
Ese ha sido, hasta ahora, el mejor año de la carrera de «Mo». No siempre se consiguen marcar 21 goles en un equipo humilde y eso da para conseguir el ascenso. Ya venía de marcar 11 en el FC Köln II, con la espina clavada de no haber podido debutar con la primera plantilla, que por aquel entonces estaba en la 1.Bundesliga, y que contaba con un goleador como Milivoje Novakovic en sus filas. Hartmann tenía las puertas del Köln casi cerradas pero, en esto del fútbol, como se suele decir, si una puerta se te cierra, muchas otras se te abren. Moritz escogió el camino humilde y ahora está recibiendo su recompensa.
Y eso que su estreno en la élite comenzó con una pequeña sombra entre tanta luz. El sorteo de DFB Pokal les había enfrentado al Unterhaching. «Mo» fue titular y jugó todo el encuentro. Su equipo cayó 2-1 y él fue el autor del gol de la honra a menos de diez minutos del final. Alegría por el tanto anotado, pero tristeza por quedar fuera. No obstante, quién sabe si esa eliminación de copa vino bien para el devenir del club en la liga. Eso nunca se sabrá.
Este año, ver un gol de Moritz Hartmann significa alegría para el FC Ingolstadt. Lleva 9 goles en el campeonato. Esos 9 goles han supuesto 6 victorias y 2 empates para su equipo. ¿A quién ha ganado Hartmann? A Werder Bremen, Darmstadt, Mainz 05, Borussia Mönchengladbach, Schalke 04, Stuttgart, Eintracht Frankfurt y FC Augsburgo. Casi nada. La afición del tercer club bávaro de esta Bundesliga (el 2º en cuanto a clasificación) está encantada con uno de los suyos. El otro es Marvin Matip, hermano del defensa del Schalke 04 (próximamente en el Liverpool), pero «Mo» está siendo parte muy importante para la permanencia en la máxima categoría. Le quedan cinco partidos, un Darmstadt y un Hoffenheim buscando los últimos puntos que le den respiro, un desahuciado Hannover 96, un Bayer 04 Leverkusen que pelea por la 3ª plaza y un Bayern Múnich que, si todo sigue como está, llegaría al Audi-Sportpark como campeón. ¿Miedo? Ninguno. ¿Ganas? Todas las del mundo. Y además tienen a «Mo» Hartmann, uno de los suyos, cuyos goles suponen alegrías para Die Schanzer.
