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Fútbol femenino

España y su realidad paralela

La Selección española femenina acabó la fase de clasificación al Mundial 2023 de Australia y Nueva Zelanda con una nueva y contundente victoria, esta vez ante la Ucrania de Lluis Cortés. La Roja goleó 5-0 con dobletes de Esther González y Alba Redondo y gol de Jenni Hermoso desde el punto de penalti, reencontrándose con el gol después de la lesión que le dejó fuera de la Eurocopa. Con este triunfo, España firma unos datos que hablan por sí solos: 8 victorias en 8 partidos, 53 goles a favor (6,6 de media por encuentro) y ninguno en contra. Una auténtica salvajada.

Jorge Vilda, que afrontó su concentración más difícil, ha insistido una y otra vez estos días en la importancia de lograr ese pleno y redondear una clasificación al alcance de muy pocos, llegando incluso a catalogar el choque frente a Ucrania como una «final». A pesar de las posibles distracciones y la ausencia de jugadoras destacadas por lesión (Alexia, Aitana, Mariona, Mapi León), el equipo nacional ganó 3-0 a Hungría y 5-0 a Ucrania con una superioridad bárbara.

El sentir general de la afición y parece que también de las jugadoras es el de que estos partidos se han convertido en trámites. Sobra decir que los afrontan con humildad y profesionalidad, pero como dijo Irene Paredes hace unos días, «somos un grupo ambicioso y queremos mejorar». Hace tiempo que a este grupo no le vale con marcar 50 goles en fases de clasificación. Sienten que son capaces de grandes cosas, como llegar lejos en una Eurocopa o luchar por un Mundial.

La tónica durante las semanas previas a la Euro fue clara: rebajar la euforia y las expectativas. «No es positivo, no he visto esta exigencia en los 40 años que tengo, incluso amigos me dicen que no han conocido un equipo que se le haya exigido tanto sin haber ganado nada. Se nos pone en la final y no es el mejor caldo de cultivo para rendir», dijo Vilda el día que dio la convocatoria de preparación para el torneo. Ninguna futbolista se atrevió a contradecir el discurso, y aunque la prensa internacional y las casas de apuestas colocaban a la Roja entre las favoritas, a Inglaterra quisimos viajar como ‘tapadas’.

Lo que vino después sí bajó las expectativas de forma devastadora. España perdió a sus dos mejores futbolistas, la ganadora del Balón de Oro y la segunda en esa clasificación, en apenas unas semanas. Sin Alexia y sin Jenni el equipo y el vestuario era otro, y aunque la Roja tiró de orgullo y acabó ganando dos partidos en una fase de grupos por primera vez en su historia, no tuvo opción ante Alemania y se quedó a las puertas de una victoria inolvidable ante Inglaterra. Lideradas por Aitana Bonmatí, la mejor de las nuestras, este equipo demostró que es mucho más que las estrellas que atesora, y que podría ser una firme candidata a cualquier título si cuenta con los medios adecuados. La liga profesional, el éxito en categorías inferiores de la Selección, la competitividad entre Barça, Atlético, Real Madrid o Real Sociedad, la madurez de futbolistas que deciden curtirse en el extranjero… todo suma.

España vive en una realidad paralela en la que recibe vítores por golear a Ucrania e Islas Feroe al tiempo que sueña con jugar finales y ganarlas. Llegará.

Foto principal: @SeFutbolfem

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