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El lado oscuro de la jornada 5 de La Liga

Infierno. El vigente campeón de Europa League se hunde. Cinco jornadas después, los de Emery siguen siendo colistas y no dan atisbos de reacción. Ayer, varios jugadores -Reyes, Vitolo, Banega, Iborra- se pusieron de acuerdo para arengar a la afición con mensajes vía Twitter. El partido de este sábado ante el Rayo ya se antoja como una final.

Penumbra. El Málaga sigue sin encontrar puerta. Más de 450 minutos y el conjunto de Gracia no ha marcado ni un sólo gol. Es el único club de las grandes ligas que todavía no lo ha hecho, y La Rosaleda ya empezó a empacientarse tras perder contra el Villarreal con un gol… en propia. Lo peor: el próximo partido es en el Bernabéu.

Tormenta. La afición del Granada todavía no ha visto a su equipo ganar en casa. Ya son tres partidos en el Nuevo Los Cármenes, y todos se cuentan por derrotas, además abultadas: 1-3 ante el Eibar, 1-3 ante el Villarreal y 0-3 ante la Real Sociedad. Los errores en defensa -abismales- se pagan caro, y el equipo de Sandoval ya está en puestos de descenso.

El gatillazo. Denis Suárez agarra el balón para un saque de falta. Su centro, medido, va a la cabeza de Leo Baptistao. Pero Tissone, atento, se anticipa al brasileño para marcar uno de los mejores goles de la jornada. Un remate de cabeza potente, imparable, que dio los tres puntos al Villarreal y agrandó la crisis del Málaga.

El ‘malo’ de la película. Matheus Doria llegó a Granada como uno de los centrales más interesantes de la Liga. Pero el brasileño cedido por el Olympique de Marsella protagonizó la terrible primera parte en defensa de los locales, errando en los dos primeros goles de Agirretxe. En el primero se comió un centro desde la izquierda. El segundo fue un regalo tremendo al delantero guipuzcoano, que sirvió para matar el partido. A eso se le llama empezar con mal pie.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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