Síguenos de cerca

Fútbol sudamericano

El avión del Chapecoense se estrella en Colombia

El avión que operaba con vuelos chárter, perteneciente a la empresa boliviana de capitales venezolanos Lamia, fue contratado por el club para desplazar a su plantel deportivo, acompañantes y periodistas a Medellín, donde mañana se debía disputar el partido de ida de la final ante el Atlético Nacional.

La delegación viajó de Sao Paulo a la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, donde comenzó el trayecto final hacia Medellín, que tendría una distancia de vuelo aproximada de 3.000 kilómetros.

Según el coronel de la Fuerza Aérea Colombiana Édgar Sánchez, la tripulación del avión reportó averías eléctricas al aeropuerto José María Córdoba del municipio de Rionegro, que sirve a Medellín, poco antes de las 22:00 horas del lunes (03:00 GMT del martes).

Segundos después, el avión desapareció de los radares y fue encontrado partido en tres pedazos en Cerro Gordo, una cadena montañosa con 3.000 metros de altura situada a corta distancia del municipio de La Unión, a 200 kilómetros al noroeste de Bogotá y a 38 de Medellín, la capital del departamento de Antioquia (noroeste).

Aunque en un principio se habló de 81 personas a bordo, autoridades de socorro confirmaron al finalizar las tareas de rescate que tras cotejar la información en los tres puertos realmente se subieron al avión 68 pasajeros de nacionalidad brasileña y nueve tripulantes bolivianos, venezolanos y paraguayos.

El director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo y de Desastres (UNGRD), adscrita a la Presidencia, Carlos Iván Márquez, indicó que la cifra debió ser «ajustada debido a que cuatro de las personas que estaban en la lista no viajaron a última hora».

«El balance es de seis personas heridas y 71 personas fallecidas para un total de 77 personas», dijo Márquez.

Por su parte, la Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) reportó que seis personas fueron rescatadas con vida, entre ellas el portero Jackson Follmann, a quien le fue amputada una pierna, y los defensores Alan Ruschel y Neto.

Los restantes sobrevivientes son Rafael Valmorbida (periodista, internado en el hospital del vecino poblado de La Ceja), Ximena Suárez (auxiliar de vuelo, en la Ceja también) y Erwin Tumiri (técnico de aeronave, en clínica Somer).

Los socorristas que llegaron al lugar del siniestro, caracterizado por ser lluvioso y de difícil acceso aéreo y terrestre, indicaron que el avión no se incendió, por lo que no se descarta una falta de combustible.

No obstante, la Dirección General de Aeronáutica Civil de Bolivia (DGAC) aseguró que el avión siniestrado en Colombia «salió en perfectas condiciones de suelo boliviano» y confió en el resultado de las investigaciones.

La Aerocivil confirmó luego el hallazgo de las cajas negras del avión, lo que podría ayudar a esclarecer las causas del siniestro.
Según versiones periodísticas la responsabilidad del siniestro habría sido del piloto Miguel Quiroga, quien presuntamente omitió varios de los protocolos establecidos para este tipo de emergencias.

A raíz del accidente, la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) anunció la suspensión de la final y de todas sus actividades por tiempo indefinido. «Todas las actividades de la Confederación quedan suspendidas hasta nuevo aviso», comunicó el ente rector.

El presidente del organismo, el paraguayo Alejandro Domínguez, arribó a Medellín para afrontar de cerca la tragedia y definir cómo sigue la Copa Sudamericana tras la petición hecha por el Nacional de declarar al Chapecoense campeón del torneo.

«De nuestra parte, y para siempre, Chapecoense Campeón de la Copa Sudamericana 2016», concluyó el cuadro de Medellín, ciudad que también se unió al dolor de los jugadores y suspendió el encendido de las luces navideñas.

La Alcaldía de Medellín invitó además a los ciudadanos a asistir al homenaje que se rendirá mañana miércoles a las víctimas en el estadio Atanasio Girardot, en donde sería la final.

También como muestra de solidaridad, varios clubes de fútbol brasileños propusieron de forma conjunta una batería de medidas solidarias para la reconstrucción del Chapecoense, entre las que está el préstamo gratuito de jugadores para la temporada 2017.

Además, varios de los grandes clubes y jugadores del mundo y también la FIFA publicaron en sus páginas oficiales, sus cuentas de Twitter o por medio de comunicados, sus condolencias respecto al siniestro.
Entre los mensajes de luto y solidaridad se encuentran los de iconos como Pelé, Neymar, Lionel Messi o Diego Maradona, quien se declaró «desde hoy hincha del Chapecoense».

El vicepresidente del Chapecoense, Ivan Tozzo, describió hoy la desoladora tristeza que se vive en el estadio del club brasileño tras el accidente y dio a entender que él no viajó junto al resto de la delegación porque tuvo un mal augurio.

Respecto a los próximos pasos, Tozzo señaló: «No sabemos qué hacer ahora, Chapecoense tiene que continuar. Ahora hay que traer a todos, identificar los cuerpos».

El presidente brasileño, Michel Temer, decretó tres días de luto nacional y ofreció ayudas a las familias de las víctimas, que ya han empezado a llegar a Colombia. Además, el papa Francisco dijo sentirse «consternado» con la noticia.

La misión del humilde club de la ciudad de Chapecó era derrotar a Nacional para ganar su primer título internacional tras un exitoso camino que le permitió subir hace apenas dos años a la máxima categoría de Brasil.

La tragedia de hoy recuerda otros graves accidentes aéreos que sufrieron equipos deportivos en el pasado y que conmocionaron al mundo, como la llamada tragedia de Superga, que se cobró la vida del plantel del Torino italiano en 1949, o la de Múnich, que tuvo como víctima al Manchester United en 1958.

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Fútbol sudamericano