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Del Potro y las raquetas

Quien haya entrado preguntándose que ocurre con la raqueta de Del Potro, decirle que tengo malas noticias. El artículo no trata ni mucho menos sobre eso. Torneos como el de Roland Garros dan lugar a muchas situaciones y en esta primera semana hay algunas que han brillado sobremanera.

La imagen de Del Potro en su partido contra Almagro, una de ellas. Para el que no tuviera la ocasión de verlo, el murciano se tuvo que retirar de su partido de segunda ronda por molestias y entre lágrimas desgarradoras. Lágrimas que bien entiende un Del Potro curtido, por desgracia, en el mundo de las lesiones. El argentino, lejos de marcharse a celebrar la victoria, optó por quedarse con Almagro, tratando de consolarle. Verle ahí apoyando a su contrincante es una imagen que uno ha visto pocas veces en una pista de tenis. Se agradece la humanidad que mostró.

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Una situación llena de simbolismo es la que protagonizó Steve Johnson. Tras lograr el pase a tercera ronda, el americano celebró su victoria fundido en un mar de lágrimas. No se le ocurría mejor homenaje que una victoria para su recién fallecido padre. Su triunfo más agridulce pero a buen seguro el más emotivo. Otra imagen enternecedora.

¿Y qué hay de las raquetas? Pues bien, en los cinco primeros días de competición y casi sin haber podido seguir los partidos, son algunas las conductas a reprochar y que conviene no pasar por alto. Tres de los jugadores del circuito con mayor cartel de cara al futuro pagaron con su raqueta sus prontas eliminaciones. Esos tres tenistas son Kyrgios, Coric y Zverev. Romper la raqueta o tirarla es algo que no tiene porque ir unido a la juventud. Otros como Djokovic también han encontrado esta vía como la mejor para descargar la tensión que se genera en los partidos. En un momento u otro pero pocos serán los que no hayan optado por arremeter contra su raqueta, incluso Roger Federer. Sólo me atrevo a dar un nombre. Sí, han acertado. Rafael Nadal Parera.

Poner un warning o una sanción económica por hacer un mal uso de la raqueta se trata de una decisión, cuanto menos, revisable. Infinidad de amantes a este deporte se agolpan en las televisiones o pistas para ver un espectáculo tenístico y este tipo de acciones no dan buen ejemplo, más allá del talento o nombre que pudiere tener el jugador en cuestión. Eso es lo de menos. Por poner un ejemplo, en el circuito profesional, cuando un golfista rompe un palo durante su vuelta, no tiene derecho a cambiarlo por otro. Sin importar el palo que sea. A buen seguro, con sanciones parecidas extrapoladas al tenis, los tenistas se pensarían varias veces romper o no la raqueta.

Puede que lo descrito al principio nada tenga que ver con lo descrito en las líneas sucesivas. En humilde opinión del que firma este artículo, sí tiene que ver. Suponen el contraste total. Situaciones como la de Johnson o Del Potro acercan el tenis a los menos aficionados. En cambio, las de la raqueta incentivan al joven que trata de seguir los pasos de sus ídolos a imitarles y eso va en perjuicio del propio deporte. Soluciones hay muchas pero sería conveniente que empezasen a ser estudiadas para dejar de verlo con tanta frecuencia.

Estudiante de Derecho. Colaborador en Sphera Sports, Superdeporte y Sin Balón. https://jorgefarresblog.wordpress.com

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