Todo comenzó en el verano de 2010. Tras proclamarse campeón del mundo con España con 24 años, David Silva abandonaba el Valencia y ponía rumbo al ambicioso y millonario proyecto del Manchester City. No tardó en enamorar a la afición del Etihad con su calidad exquisita, sus pases imposibles, su manera de mover el balón, su visión de juego… Estaba claro que algún día se convertiría en leyenda del club.
Hoy, casi siete años después, lo ha conseguido. El canario alcanzó el pasado sábado, en el encuentro ante el Hull City y luciendo el brazalete de capitán, la impresionante cifra de 300 partidos vistiendo la camiseta celeste, desde su debut el 14 de Agosto de 2010 frente al Tottenham. Fue un momento increíble. Guardiola, ya con el partido resuelto, le concedió el honor de sustituirle para que todo el estadio se rindiera y se uniera en una tremenda ovación al mago de Arguineguín coreando su nombre. Y no es para menos. En esos 300 enfrentamientos, Silva acumula 49 goles y 100 asistencias, además de dos Premier League (2012 y 2014), dos Capital One Cup (2014 y 2016), una FA Cup (2011), una Community Shield (2013) y unas semifinales de Champions. Unas cifras y un palmarés envidiable con el que se ha ganado el respeto de jugadores, espectadores y entrenadores, siendo indiscutible para cada uno de ellos.
(Photo by Stu Forster/Getty Images)
Sin duda, el canario ya es toda una leyenda ‘citizen’. Su lucha, honestidad, constancia y, por supuesto, talento le avalan. Es uno de los capitanes y un emblema en el Manchester City. Es un ídolo en el Etihad, donde ayer sonó una vez más su canción.
¡Olé olé,
olé olé,
David Silva olé,
David Silva olé,
olé olé!
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