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Fútbol sudamericano

Cuando Atlético Nacional vivía bajo la sombra de Pablo Escobar

Desde que en 1947 naciera el Atlético Nacional, el club ha logrado convertirse en el equipo más laureado de Colombia. Tras ser el primer conjunto cafetero en conquistar la Copa Libertadores en 1989, veinte siete años después ha conseguido reeditar el máximo título continental. Gracias a su victoria frente a Independiente del Valle, el Atlético Nacional se alzó con su segunda Copa Libertadores el pasado mes de julio. Este título le otorga el derecho a jugar el próximo Mundial de Clubes, el cual se celebrará en el mes de diciembre en Japón, donde se medirá al Real Madrid, entre otros.

Sin embargo, a pesar de contar desde el 28 de julio con dos Copas Libertadores en sus vitrinas, la realidad es que la primera, la de 1989, no está exenta de polémica. Por aquella época, el fútbol -como casi todo en Colombia-, estaba infestado por los grandes narcos del país. Cuando se habla de narcotráfico, un nombre viene a la cabeza de todos: Pablo Emilio Escobar Gaviria. ‘El Patrón’ se hizo cargo de Atlético Nacional a finales de la década de los 80 con el propósito de convertirlo en el orgullo de Medellín. Amante del fútbol como era Pablo, trataría de llevar hasta la cima a su club a cualquier precio.

Así pues, lo acabó consiguiendo. Bajo su tutela, un equipo dirigido por Francisco Maturana y con jugadores como René Higuita en el campo, logró alzarse con la Copa Libertadores al imponerse al Olimpia paraguayo. El club ‘verdolaga’ se convertía así en el primer equipo colombiano en ganar el título. Dicha victoria les permitió enfrentarse en la Copa Intercontinental contra el todopoderoso Milan de Arrigo Sachi. Aquel encuentro cayó del lado de los italianos, si bien no fue hasta el minuto 119 cuando un gol de Alberigo Evani decantó la balanza. El Atlético Nacional ya estaba en la élite del fútbol mundial, y Pablo se frotaba las manos.

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El reino del terror de Pablo Escobar

De sobra es conocido el poder y la influencia que por aquel entonces tenía Pablo Escobar. Su reino del terror se extendió por toda Colombia y el fútbol, desde luego, no fue una excepción. El narcotraficante gestionó a lo largo de su vida dos clubes: el Club Deportivo Medellín y el Atlético Nacional, ambos envueltos en numerosas polémicas durante aquellos años. Una de ellas, como no podía ser de otro modo, fue en relación a la consecución de aquella Copa Libertadores. 

Jhon Jairo Velásquez Vásquez, más conocido como ‘Popeye’, fue uno de los sicarios que acompañó a Pablo Escobar durante su vida. Él ha negado que aquel título fuera comprado por el narcotraficante, si bien sí ha confirmado las amenazas y extorsiones que sufrían algunos sectores del fútbol, como el de los árbitros. Uno de ellos llegó incluso a ser asesinado.

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Se trata de Álvaro Ortega. En un partido que enfrentaba al América de Cali y al Club Deportivo Medellín, el trabajo del colegiado no dejó satisfecho a Pablo Escobar. ‘Popeye’ se ha referido a aquel suceso en los siguientes términos: «Ese día yo estaba al lado de ‘El patrón’ y América de Cali le ganó a Medellín con la mano del árbitro. Pablo quedó muy ofendido y ordenó a ‘Chopo’ que buscara al árbitro Álvaro Ortega para matarlo». El árbitro, padre de dos niñas, fue asesinado a los 32 años un 26 de octubre de 1989 tras recibir diez disparos.

Anteriormente, Pablo Escobar ya había atacado al gremio de los árbitros. Un año antes del asesinato de Álvaro Ortega, el narcotraficante ordenó el secuestro de Armando Pérez. Aquel delito se cometió con el objetivo de mandar un mensaje claro a los colegiados: haría desaparecer a todo aquel que no pitase los partidos a su gusto.

Otro incidente con los árbitros fue el que tuvo como protagonista a Juan Bava. En 1989, en las semifinales de la Copa Libertadores, el equipo arbitral del partido que enfrentaba a Atlético Nacional y Danubio de Uruguay fue amenazado la noche anterior al encuentro. Un grupo de hombres del Cártel de Medellín entró en la habitación del hotel donde estaban tirando la puerta abajo. Iban con ametralladoras y les ofrecieron dinero -que no aceptaron- por el triunfo del equipo colombiano. Fueron amenazados con el asesinato de sus familiares y de su persona si el resultado no era el que deseaban. El partido terminó 6-0 para Atlético Nacional y Juan Bava aseguró tiempo después que no favorecieron al equipo colombiano, si bien agradecieron el triunfo de Nacional.

Una vez en la final, el desenlace es de sobra conocido. Atlético Nacional se impuso a Olimpia tras igualar el 2-0 del partido de ida. El encuentro se fue hasta los penaltis y muchos aseguran que el miedo de los jugadores del equipo paraguayo era tal que no se atrevían a ganar el partido por miedo a ser asesinados. Olimpia llegó a fallar cuatro penaltis decisivos seguidos, hasta que Leonel Álvarez anotó desde los once metros y dio el triunfo a los colombianos.

Veinte siete años después de la primera Copa Libertadores de Atlético Nacional y de aquellos lamentables sucesos, el equipo colombiano volverá a medirse contra los campeones de otros continentes, esta vez sin la sombra de ‘El Patrón’ detrás. Y es que si bien no se ha podido confirmar que Pablo Escobar comprara aquella Copa Libertadores de 1989, el clima de miedo que instauró el narcotraficante no parece que pudiera pasar desapercibido para las personas del mundo del fútbol, ya fueran árbitros o jugadores rivales.

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