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Con Anfield en la memoria

El Atlético visita por segunda vez en su historia Old Trafford para medirse a un Manchester United al que se ha enfrentado en tres ocasiones y nunca ha perdido, pero para aterrizar en un país que en los últimos años les ha dado alegrías y disgustos a partes iguales. Las dos remontadas en Anfield, la eliminación al Leicester o la épica ante el Arsenal como vaso medio lleno y las derrotas ante el Chelsea o, mucho más atrás, ante el Bolton, como vaso medio vacío. Entre medias, un título europeo ganado ante el Fulham en tierras alemanas.

La historia, en general, ante equipos ingleses, es ligeramente favorable a los rojiblancos. En la 1961-1962, el Atleti despachó al Leicester City en una Recopa de Europa que posteriormente terminaría conquistando. Un año más tarde, el Tottenham de Jimmy Greaves derrotó al Atlético en la final del mismo torneo en el estadio del Feyenoord impidiéndole revalidar título. Una década después, los rojiblancos empataron ante el Derby County en Inglaterra, pero perdieron en penaltis en el Vicente Calderón, para ser eliminados en la Copa de la UEFA. En la 97-98, tras ganar por la mínima en casa al Aston Villa, el valor doble de los goles fuera de casa hizo que el Atlético eliminara al equipo de Birmingham, también en Copa de la UEFA, y pasara a semifinales. En ese mismo torneo, pero en rondas anteriores, el Atlético había apeado de la competición al Leicester de Martin O’Neill tras ganarle los dos duelos, pese a la encerrona que sufrió el equipo en la vuelta en Inglaterra.

Ya en el presente siglo, hay que remontarse a los años de Agüero y Forlán, en los que el Atleti volvió a Europa, para encontrarse duelos ante equipos británicos. El primero fue ante el Bolton, en 2008, en una eliminatoria que vencieron los ingleses recordada por la expulsión de Agüero por escupir al césped nada más salir al campo, haciendo que el Atleti se quedara con un jugador menos en la ida, en Inglaterra, y sin su estrella para la vuelta, donde el 0-0 en Madrid hizo que pasaran los ingleses.

Un año más tarde, el Atlético volvió al fin a la Champions League y en fase de grupos se enfrentó al Liverpool con sendos empates y un curso más tarde se volvió a enfrentar a los de Anfield. Aunque antes hubo que medirse al Chelsea. El Atleti, por su bajo coeficiente europeo entonces, tuvo que medirse en un grupo de Champions League muy complicado ante Chelsea y Oporto. En Londres, el Atlético perdió por un doloroso 4-0, aunque en Madrid fue capaz de sacar un empate que sirvió para clasificar como tercero de grupo a la Europa League. Una Europa League que terminaría ganando, suponiendo su primer título en 15 años, tras dejar por el camino al Liverpool en el que entonces jugaba Fernando Torres. Un gol de Forlán en el Calderón puso en ventaja a los rojiblancos, que en Anfield vivieron un infierno con final feliz cuando, en la prórroga, el uruguayo metió a los rojiblancos en la final. Una final que se jugó en Alemania y cuyo rival fue también un equipo inglés, un Fulham que también se quedó en el camino, y también con dos goles de Forlán, siendo el crucial a minutos de la tanda de penaltis.

Ganar otra vez dos años más tarde la Europa League supuso que el Atlético se midiera ante el Chelsea, campeón de la Champions League, en la Supercopa de Europa. En Mónaco, a partido único, el Atlético endosó un 4-1 al equipo inglés, al que se volvió a medir un año más tarde, esta vez en Champions League, en semifinales, en una eliminatoria de las más recordadas por la parroquia colchonera. En la ida, en Madrid, el resultado fue de 0-0. En la vuelta, un gol de Torres puso en ventaja a los de Mourinho, pero con una exhibición de más de una hora, el Atleti dio la vuelta al resultado y se metió en la final tras doblegar por 1-3 al equipo inglés.

En la 2016-2017 el Atleti volvió a medirse con el renacido Leicester que, tras ganar la Premier con Ranieri dio un salto de calidad para volver a meterse en torneos europeos. El Atleti llegaba en cuadro, con muchos lesionados y jugadores fuera de posición, pero eso no fue obstáculo para pudiera ganar por la mínima en casa, aún en el Vicente Calderón, y empatar en el King Power Stadium pasando a semifinales de Champions League.

El Chelsea, que hasta entonces solo había cosechado disgustos ante Simeone, pudo vengarse en la 2017-2018. En un grupo de Champions complicado, junto a la Roma, el Atleti acabó tercero, yéndose a jugar la Europa League. Un empate en Londres y una derrota ya en el Metropolitano contribuyeron a que los rojiblancos se fueran al segundo torneo europeo, que otra vez acabaron ganando. En semifinales, además, la víctima fue londinense. Un Arsenal que fue clarísimo favorito cuando en la ida, en el Emirates, el Atleti se quedó con 10 jugadores en el minuto nueve por expulsión de Vrsaljko. Pese a jugar todo el partido con uno menos, el Atleti empató en Inglaterra (1-1) y luego fue capaz de ganar en casa por la mínima para sacar el pase a la final.

En los tres últimos cursos, el Atleti ha tenido siempre rivales ingleses. En la 2019-2020 llegaba el Liverpool de Klopp a medirse al Atleti en octavos de final de Champions League. El duelo parecía muy desigual. El Liverpool le llevaba más de 20 puntos de ventaja al Manchester City en Premier, era el vigente campeón de la Champions League, llevaba dos años sin caer en casa en Europa y había sacado 103 de los últimos 105 puntos en su competición doméstica. El Atleti, en cambio, llegaba al duelo fuera de puestos Champions en LaLiga y con muchas bajas. Venció en el Metropolitano, con gol de Saúl, y se impuso en Anfield, dando la vuelta al partido, con un doblete del metamorfoseado Llorente.

El curso pasado, en cambio, la tónica fue bien distinta ante el Chelsea, en la misma eliminatoria, octavos de Champions. Sin posibilidad de que los ingleses pudieran viajar a España por las restricciones gubernamentales, el Atlético de Madrid tuvo que ejercer como local en Rumanía, en un estadio paradójicamente más cerca de Londres que de Madrid. Otra vez, como viene siendo costumbre en las últimas temporadas, el Atleti afrontó el partido con un tercio de su plantilla en la enfermería. El Chelsea venció por la mínima en Bucarest con un golazo de Giroud y luego pasó por encima (2-0) de los madrileños en la vuelta.

El último recuerdo para el relato se remonta a hace apenas unos meses, cuando el Atlético se ha tenido que medir al Liverpool en esta misma fase de grupos de Champions League con dos caras bien distintas que resumen muy bien el transcurso de la temporada. Arrollado en Anfield, también comenzó muy mal el partido en el Metropolitano, pero luego se consiguió meter en el duelo e, incluso, empatarlo y estar en disposición de ganarlo pese a quedarse con un jugador menos por la expulsión de Griezmann. Al final, un error de Hermoso provocó que el Liverpool se llevara los tres puntos.

El precedente ante el Manchester United, en cambio, es único y positivo. Fue en 1991, en la Recopa de Europa. El Atleti dejó la eliminatoria sentenciada en la ida, ganando en casa por 3-0 con un recital de Futre. En la vuelta, eso sí, los de Sir Alex Ferguson le pusieron mordiente al partido con un tempranero gol que amenazaba a los rojiblancos con meterse en la eliminatoria hasta que Schuster puso el 1-1 definitivo pasada la hora de partido.

Ahora, el Atlético tendrá que tirar otra vez de arrojo para ganar en tierras inglesas, toda vez que ya no valen los goles fuera de casa como factor doble. Una eliminatoria igualada por el transcurso de la temporada de ambos equipos, casi calcadas, con idas y venidas, momentos de lucidez y de oscuridad. El Atlético, eso sí, ha dado un paso adelante, más en base a resultados que en sensaciones, y ha conseguido ganar cuatro partidos seguidos en LaLiga por primera vez esta campaña. Fue superior en la ida, pero no pudo plasmarlo en el marcador al encajar en la única ocasión que tuvo el Manchester United. Llega con problemas. Kondogbia, que quizás fue el mejor de la ida, estaba descartado por lesión, pero va a viajar, igual que Giménez y Hermoso, aunque hace apenas dos días era imposible pensar en verlos sobre el césped y no se sabe si realmente tienen opciones de jugar o solo lo hacen para acompañar a una expedición plagada de canteranos. Fuera están Wass, Lemar, Cunha y Vrsaljko. Correa, aún con la pierna hinchada por el golpe sufrido ante el Betis, también está en la lista. Koke, aún entre algodones, está lejos de estar en buena forma física y Carrasco, sancionado, tampoco estará.

El Manchester United, por su parte, no ha mostrado mejoría tampoco en las últimas jornadas, pero sí ha recuperado a su mejor jugador. Cristiano Ronaldo llega de hacerle un hat-trick al Tottenham, pero los ingleses también tendrán bajas. Shaw y Bruno Fernandes han dado positivo por Covid y hasta última hora serán duda (aunque ayer Bruno ya pudo entrenar tras dar negativo), como McTominay, con un problema en el gemelo. Así, el Atlético se tendrá que acoger a la inspiración de un João Félix, que está de dulce en las últimas jornadas, a la imprevisibilidad de Ángel Correa, el jugador más prolífico de esta temporada, al buen torneo europeo que está haciendo Griezmann y a la aparición de Lodi como hombre adelantado, además de la grandeza de un Luis Suárez que seguro tendrá minutos.

Imagen de cabecera: Atlético de Madrid

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