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Carlo Ancelotti: Liderazgo tranquilo en la época equivocada

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Carlo Ancelotti ya es historia del Bayern München. La reciente derrota por tres a cero en casa del PSG terminó por desquiciar a una directiva que llevaba muchos meses descontenta con el rumbo que había tomado el equipo. Este resultado es solo a punta del iceberg, ya que desde el pasado mes de agosto empezaron los primeros problemas de resultados y mal juego. Pese a que pueda parecer una decisión anormal, si tenemos en cuenta la forma de actuar del Bayern en los últimos años, puede que el miedo a un año perdido haya prevalecido más que la lógica habitual. Visto el devenir del equipo durante el último año y medio, cabe plantear si el ex entrenador de Real Madrid o AC Milan fue la mejor opción en su día.

Carlo Ancelotti durante el PSG – Bayern, su último partido como técnico del equipo alemán

El día de su presentación, Ancelotti fue descrito como un entrenador que, sobre todas las cosas, era capaz de manejar las distintas personalidades de un vestuario de un equipo de primer nivel. Era un tipo más relajado en los entrenamientos, en los cuales no exigía tanto como Guardiola, y más cercano con los jugadores, también otro factor diferente al entrenador del Manchester City. De él también se decía que era un buen administrador de herencias, como demostrara en el Real Madrid tras la marcha de José Mourinho. Al cabo de un año y medio, todas estas virtudes que se señalan, se han ido derrumbando como un castillo de naipes en los últimos meses.

Era muy dificil que el juego de posición que implantó Guardiola no sufriera un empeoramiento tras su marcha. Carlo Ancelotti trató de conservar bajo cualquier circunstancia esta idea, aunque nunca pudo igualarlo de forma regular. El no haber seguido su propio camino, entre otras cosas, le ha terminado costando el puesto. Su Bayern siempre quiso la posesión, pero nunca tuvo los mecanismos necesarios para hacer circular el balón de forma eficaz, para transitar o para presionar tras pérdida. Nunca fue capaz de realizar esto de forma regular durante varias jornadas. El resultado era un equipo lento, al que era muy fácil hacer contras y que dependía en exceso de individualidades. Como ya se comentó anteriormente, el mal juego se veía acentuado por su nula preparación e intervención táctica a lo largo de los partidos.

La gestión de egos también le ha pasado factura en los últimos meses. Müller, Ribery o Lewandowski lanzaron declaraciones incendiarias o tuvieron comportamientos inadecuados fruto del descontento. Kicker incluso llegó a decir que había varios jugadores molestos porque Ancelotti alineaba a sus favoritos siempre que podía, que, en cuestión, eran Thiago, James y Javi Martínez. Se hizo notar su famosa «mano blanda» y el vestuario se volvió en su contra.

Uno de los grandes avales de «Carletto» es la Champions League. Es de los únicos entrenadores en activo que la ganaron con más de un equipo. El Bayern ansiaba repetir el éxito de 2013, el que no fue posible los tres años anteriores tras caer siempre en semifinales. Cayó en cuartos ante el Real Madrid, futuro campeón, en su primer año. Tal y como le ocurrió a Guardiola, su Bayern tampoco fue fiable a domicilio cuando jugó ante equipos TOP. La estrepitosa derrota ante el PSG terminó por agotar su crédito.

«Se han liberado de sus cadenas»

En cuanto llegó, varios jugadores como Ribery o Alaba no dudaron en alabar, válgame la redundancia, la personalidad del italiano. Comentaban que era «muy cercano», «como un padre» para ellos. Los entrenamientos eran menos intensos y se entrenaban menos conceptos y situaciones de juego. En agosto de 2017, justo cuando comenzaba la Bundesliga 16/17, el Bayern ganó su primer partido del campeonato por 5:0 al Werder Bremen. Mehmet Scholl, por entonces experto para la televisión pública, comentó que parecía que los jugadores «se habían liberado de las cadenas que tenían con Guardiola». Puede parecer contradictorio, pero los jugadores no han sabido qué hacer con esa supuesta libertad que les brindaba Ancelotti. En general, no fueron capaces de encontrar soluciones a sus problemas, de ahí que el Bayern recurriera 52 veces al centro al área en París, por poner un ejemplo. El juego de posición, intentando resumir al máximo, consiste en enseñar al jugador qué hacer y dónde estar en cada momento del juego. El Bayern dejó de entrenarlo y, como en todo en esta vida, se olvidó de cómo practicarlo.

Por cómo se han ido desarrollando las cosas, más que para conservar el estilo que trajo Guardiola, da la sensación de que Ancelotti fue contratado para alargar un año más el nivel de todos los veteranos del Bayern. Lahm, Robben, Ribery y Alonso fueron indiscutibles para él. Si el verdadero objetivo de Rummenigge y cia era ese, quizás, hubiera tenido más sentido su teórica contratación tras el retiro de Heynckes y cuando todos estaban en su plenitud.

El Bayern está viviendo una época de cambios. Las estrellas de los últimos años se están apagando y necesita alguien nuevo. Una revolución. Estaba muy claro que Ancelotti lo tenía muy difícil para seguir más allá del verano, pero su despido en septiembre tampoco era muy probable. Los hechos se han dado así con vistas a que no se repita un nuevo «segundo año de Van Gaal», algo que no se quieren ni imaginar en Baviera. Así pues, el Bayern va a comenzar su revolución mucho antes de lo previsto y Thomas Tuchel es el principal candidato, sin equipo y avalado en su día por Pep Guardiola. Probablemente, el teléfono se Nagelsmann suene estos días, pero es complicado que abandone el Hoffenheim ahora mismo.

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