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Atletismo

Asier Martínez: “Hace dos años ni soñaba con esto”

Asier Martínez ha vivido un verano de ensueño. Con tan solo 22 años, ha logrado el bronce mundial y el oro europeo en los 110m vallas. El navarro es la última irrupción del atletismo español y, a falta de saber si su éxito perdurará muchos años, ya es evidente que, pese a su juventud, tiene una personalidad arrolladora y unas condiciones muy especiales. Una semana después del oro en Múnich, Asier Martínez nos atendió en nuestro canal de Twitch para explicarnos cuáles son sus sensaciones tras el éxito, cómo lo vivió, qué expectativas tiene de cara al futuro y para darnos su versión acerca de la polémica generada con la bandera. 

Ha pasado ya una semana… ¿Ya has digerido el oro?

Para mí, es complicado digerir estos éxitos. Soy una persona que viene de donde viene y es muy reciente todo esto para mí. Apenas he tenido tiempo de asimilar no solo este oro, sino la trayectoria desde hace dos años. Si a eso le sumas que te vas acreditando en el nivel internacional, es más complicado aún.

Apenas he sido consciente de lo que iba consiguiendo. Lo hablaba con amigos: estoy normalizando ciertas cosas que, si hubiesen pasado de manera más progresiva, habría sido distinto. El boom ha sido tan rápido que apenas estoy pudiendo asimilar todo esto. Comentas todo esto al niño de hace dos años y lo que he conseguido no se podía ni soñar.

¿Cómo relatarías la final del Europeo?

Fue una carrera de mucha tensión. Se concentraron las semifinales y la final en la tarde del miércoles. Pasé mal esos momentos previos, era una situación nueva para mí. No por disputar un gran torneo, sino por ser un aspirante a las medallas. Esos momentos previos los viví con presión y lo que antes habría sido una motivación, ahora era un lastre. Al superar las semifinales me quité un peso de encima y ya afronté la final con otra actitud.

En el Mundial era otro más, simplemente quería hacer un buen papel y que mi actuación me llevase a donde me llevase. En el Mundial no tenía a nadie apostando por mí… y quien apostase por mí no era real. En el Europeo ya me veía como un aspirante a las medallas y eso cambia totalmente la mentalidad. Además, en el Mundial se dieron las circunstancias para que lograra la medalla porque dos aspirantes cayeron, uno por una salida nula y el otro por lesión.

¿Cómo fueron los instantes posteriores a cruzar la meta?

Entramos a meta tan justos que lo primero que se me vino a la cabeza es que Martinot había ganado. Tampoco habría sido un fracaso, yo habría firmado ser subcampeón, sobre todo sabiendo que tenía a mi lado a Martinot. Todas las cámaras lo enfocaron y ese breve instante en el que me enfocan a mí y sale mi nombre en el rótulo… No sabría describirlo con palabras. Sentí euforia y liberé la tensión de esos días previos.

Además pudiste celebrarlo con tu gente.

Es lo que me hace más feliz, que pude disfrutar la victoria con mi gente en ese mismo instante porque estábamos en la misma zona. Tuve la suerte de que en la curva donde me paré a ver el marcador estaban todos mis amigos y mi familia. 

¿Cómo gestionas el hecho de jugártelo todo en cuestión de segundos?

Somos conscientes de que todo se va a decidir en milésimas. De ahí viene la tensión que hay en el atletismo, concretamente en pruebas de velocidad. Hay una salida, que es un momento crucial. Añádele la valla, que es un obstáculo que muchas veces, con un simple roce, te resta centésimas o milésimas. La concentración tiene que ser increíble para sacar tu máximo. Ya puedes llegar técnicamente o físicamente como un animal, que realmente si no sabes conllevar esa presión y no sabes plantarte en ese momento determinado y hacerlo bien, no va a servir de nada. Otros deportes te permiten manifestar tu estado de forma. En el atletismo apena que muchas veces puedes ser el mejor y no ganar.

En Tokyo hubo varios españoles que se quedaron a centésimas de medallas…

Como espectadores, lo único que nos importa son las medallas, y hasta cierto punto tiene sentido. Sin embargo, el caso de Eusebio Cáceres es curioso. Es un atleta tremendo que lleva 15 años saltando 8 metros casi todas las temporadas. Ha pasado por malos momentos y sigue ahí. Desgraciadamente, la competición no le ha devuelto esa medalla que tanto merece. La justicia en el deporte muchas veces no existe. 

En la pista se te veía seguro.

Para mí la clave es mostrarte seguro y tranquilo. Sobre todo de cara al rival, no tanto de cara a los medios. No compites contra ellos. Mostrarte sosegado en el calentamiento, no tener ese punto de miedo que puede percibir el resto… Yo si te soy sincero estaba cagado, acojonado. Tenía miedo, nervios, tensión. Estaba compitiendo contra mi ídolo, Martinot. Pero siempre he sido de los que cree que no puedes mostrarte con miedo, hay que sobrellevarlo para que el resto no pueda percibirlo.

¿Cómo ves el récord de España?

El récord de España es muy peligroso. No creo que haya récords nacionales tan complicados. Orlando Ortega es uno de los mejores deportistas españoles. No lo veo al alcance porque incluso al mismo Orlando le ha costado lograrlo.

¿Cuál es tu versión acerca de la polémica que se generó por no desplegar la bandera?

No creo que haya tenido gestos irrespetuosos hacia la bandera. Si alguien se ha sentido ofendido, le pido disculpas porque para nada era mi intención faltar el respeto a la bandera. Soy plenamente consciente por quién estoy corriendo. Creo que esta polémica se ha potenciado desde ciertos sectores relacionados con los polos del espectro político para utilizarla como arma arrojadiza contra lo que piensan que puedo representar, o bien para apropiarse de mi éxito con intereses partidistas. Creo que los deportistas tenemos capacidad para pensar, pero la política no se hace en la pista.

Imagen de cabecera: GettyImages

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