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La caída del actual Imperio Romano

Adrián BLANCO | Cuenta la historia, que durante numerosas generaciones, la actual Europa acogió al Imperio más poderoso y grande, jamás creado. Con una población que rondaba entre los sesenta y los cien millones de habitantes, y unas fronteras que delimitaban el contorno del Mediterráneo y que se extendían por el norte de la Galia hasta el Rin y el sur de las islas británicas. El Imperio Romano supuso un poder inigualable a cualquier otro y vivió su época más gloriosa, de esplendor y desarrollo, allá por el año 98 d.C. con el emperador Marco Ulpio Trajano, el primero de origen no itálico, en el trono. Acueductos, calzadas y edificios públicos se vieron rápidamente levantados. Una etapa de bonanza que tras numerosos años convulsos, de crisis, guerras civiles y emperadores incapaces, el Imperio alcanzó un equilibrio de la mano de extraordinarios mandamases. Trajano gobernó durante diecinueve años, su sucesor Adriano, durante veintiuno, Antonio Pío veintitrés y Marco Aurelio, diecinueve. En los libros quedó escrito, que durante esta época, el inmenso Imperio se podía recorrer de un extremo a otro sin temor a ningún asalto. El territorio se sumergió en una extraordinaria prosperidad económica y cultural, que dio nombre al Siglo de Oro del Imperio Romano.

Pero como no todo es para siempre, o eso dicen, y tras vivir en años de paz y bienestar dentro del Imperio; las malas administraciones, una fuerte crisis institucional –durante 235 y 285, se sucedieron diecinueve emperadores diferentes– y la falta de disciplina por parte del ejército, debilitaron las puertas de Roma. Durante este periodo, diferentes pueblos, mezclados con la inestabilidad del día a día, se fueron instalando en el interior de las fronteras del alocado Imperio. Algo que Atila, rey de los hunos, obsesivo con liberar a Honoria del poder de Valentiniano –por aquél entonces emperador- y obtener matrimonio con ella, aprovechó en el 451 para instruir a los ya asentados e invadir hasta derribar el mayor Imperio jamás existido. Fue la caída de una gran fuerza venida a menos, ya deteriorada interiormente y que el azote del pueblo bárbaro, muy parecido a lo ocurrido con los protagonistas de este artículo, cayó desde tal altura que nunca pudo volver a levantarse con la misma fuerza.

Semejante derrumbamiento al ya contado, parece estar viviendo el club de la loba actualmente. Drásticamente eliminado de Champions y Coppa, y segundo en Serie A, a una distancia cada vez más abultada con el primero (a 7 puntos de la Juventus) y vertiginosamente reducida con su perseguidor (a solo 4 puntos del Napoli). Comunes y diferentes causas a las del Imperio, hacen temblar fuertemente la brillante máquina que el francés Rudi García, consiguió erigir y gobernar en el año 2014.

La invasión bárbara del Imperio Romano

Veintiuno de octubre del año dos mil catorce. Seguramente el punto más negro de la etapa de Rudi García, a nivel profesional, y como responsable de un equipo que solamente pudo imitar los gestos de tristeza e incredulidad que reflejaban la afición de un Olímpico de Roma, que vivió en sus propias carnes, el azote de una invasión bárbara, que siglos atrás había desmenuzado el Imperio de sus antepasados. El Bayern de Pep Guardiola goleó 1-7 en una de las mayores goleadas y superioridades futbolísticas que se recuerdan a nivel de clubes en la última época. Los siete tantos supusieron de manera metafórica el fuego y la sangre que corrió allá por el año 451 d.C. Desde aquel momento, tanto la ciudad como el club vivieron un punto de inflexión en su rendimiento, un golpe duro anímicamente que como la historia cuenta, la ciudad tardó de remontar, y actualmente el club, ha olvidado ese fantástico fútbol de presión y asociación con el que vislumbró a toda Italia la temporada pasada, y acto reflejo ha quedado demostrado en una serie de resultados negativos, nada comparables a los de hace unos meses. A día de hoy, la Roma ha igualado el mismo número de derrotas (6) y ha superado los goles encajados (34) que recibió la temporada anterior (30).

El escaso acierto de cara a portería

Continuando sumergidos en esta vorágine que supuso la goleada del Bayern y sus respectivas consecuencias, debemos incluir la falta de gol del conjunto romano. Tras el duro varapalo, el punto de inflexión también afectó a los tantos que marcaba por encuentro el equipo de Rudi García. Hasta antes de la oscura fecha del mes de octubre, la Roma inició la temporada con sensaciones parecidas a como las acabó y también en sus registros goleadores. Casi tres goles y medio por encuentro reflejaban las estadísticas de uno de los equipos más goleadores de toda Italia. Tras el declive con el equipo alemán, la Roma ha pasado a promediar poco más de un gol por partido. Unos datos que refuerzan la teoría del golpe anímico recibido por una plantilla, que en el pasado mes de enero, decidió cambiar sus cartas (Doumbia e Ibarbo llegaron para sustituir la venta de Destro al Milan) y probar con la Diosa Fortuna para levantar una crisis goleadora, de la que solamente Adem Ljajic, máximo goleador del equipo –lleva ocho goles y está a solo tres de batir su mejor registro como goleador profesional en una temporada– parece estar levantando cabeza.

 Una regular plaga de ausencias

Como dice aquel, las malas noticias nunca vienen solas, y ese es el precio que parece estar pagando la Roma. Tras la estrepitosa caída de Champions, Coppa, y el poco acierto goleador, hay que sumarle una regular lista de lesiones y ausencias que suponen un auténtico quebradero de cabeza, cada fin de semana, para el entrenador francés. A la eterna plaza de Federico Balzaretti en la enfermería, hay que hacer hueco para Leandro Castán, Juan Manuel Iturbe, Daniele De Rossi, Kevin Strootman y al recién llegado Víctor Ibarbo. En total; dos defensores, dos centrocampistas y otro par de delanteros, que en su buen nivel, tendrían cabida en el once titular giallorosso, y que actualmente permanecen en el dique seco. En el caso de Castán –sometido a una operación cerebral– y el internacional italiano –apartado por molestias musculares– se espera que pronto recuperen la normalidad de la plantilla. Los dos sudamericanos, Iturbe e Ibarbo, de baja por un fuerte esguince y una rotura fibrilar, no se les espera de vuelta hasta mediados del mes que viene. Y la incógnita en el periodo de baja reside en el futbolista de los Países Bajos, puesto que una artroscopia en la rodilla lesionada que le dejó sin ir al Mundial de Brasil, preocupa y genera cierta incertidumbre ante una posible recaída de su grave lesión. Y si esto les parece poco, hay que sumar las ausencias de Gervinho, Keita y el recién incorporado Doumbia que han estado cerca de un mes lejos de Trigoria por la Copa África de Naciones.

 La mala adaptación de ciertos fichajes

Astori, Ponce, Iturbe, Holebas, Manolas, Kevin Méndez, Yanga-Mbiwa, Nainggolan, Ashley Cole, Tonny Sanabria y Leandro Paredes, fueron los once movimientos más relevantes de la Roma dentro del pasado mercado estival de fichajes y por los que se desembolsó cerca de setenta millones de euros. Quizá algunos ni les sonarán puesto que no llegaron para jugar con el primer equipo esta temporada y otros aterrizaron para pronto ser olvidados. De esa larga lista, actualmente solo podemos destacar por buena adaptación y rendimiento a los defensores (Astori, Holebas, Manolas y Yanga-Mbiwa) y a los dos centrocampistas (Radja Nainggolan y la actual incursión del argentino Leandro Paredes). Resultado del que obtenemos dos futbolistas negativamente señalados como son Ashley Cole y Juan Manuel Iturbe. En el caso del lateral, aterrizó como cedido y una nefasta actuación el día del Bayern, que evidenciaba el bajo nivel con el que llegaba, lo ha privado de volver a disfrutar de muchos minutos sobre el césped y desde entonces, su carril ya lo ocupa con mayor nivel y regularidad el internacional de padre griego y madre uruguaya; José Holebas. En el caso del argentino, muchas eran las esperanzas acerca de su fichaje. Tal fue así, que la Roma desembolsó una cifra superior a los veinte millones de euros por sus servicios. Un extremo rápido y muy ágil en el uno contra uno, es lo único que saben de él los aficionados romanistas, cuando ilusionados por su fichaje, bucearon en la web en busca de vídeos de su nuevo fichaje. Las buenas actuaciones y sensaciones que Iturbe dejó la temporada pasada en Verona, en Roma se están haciendo de esperar.

…Y Rudi García parece no encontrar la solución

Sin ninguna duda, esta supone la peor noticia para todo aficionado giallorosso. El estado anímico de la plantilla, la escasez de gol, la plaga de lesiones y la mala adaptación en los fichajes, suponen numerosos focos que apagar dentro de una crisis en la que el francés no consigue dar con la tecla definitiva. Tal es la situación y la desesperación por encontrar la estabilidad, que alguna que otra vez (y obligado ante tanta ausencia) ha tenido que variar el esquema para poder salir adelante. En el Renzo Barbera de Palermo, y con el marcador en contra, decidió romper con su inquebrantable 4-3-3 para introducir un doble pivote. Aquel día la Roma mejoró, pero solo pudo acabar empatando (1-1). Movimientos alocados, si son pensados y vistos con los ojos de hace solo unos meses, y con los que el entrenador y la plantilla deben remar para remontar las solitarias tres victorias (en nueve partidos) que llevamos de 2015. Porque con una situación parecida, de crisis institucionales y el empujón de un gigante bárbaro, Roma ya cayó una vez hace unos cuantos siglos. Veremos si ahora, con el orden de los factores en distinto lugar, y un producto irreparablemente ya alterado, el fatídico resultado se verá o no repetido.

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