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Foto: Getty Images

Girona

El Girona de Míchel, la fuerza de una idea

En el fútbol moderno el dinero y la pizarra cuentan, sí, pero no más que una idea firme y el tener las cosas muy claras. Míchel tiene al Girona dando volteretas con futbolistas que en agosto parecían piezas mundanas y comunes.

El once triunfal del histórico 2-4 en Barcelona lo integran un portero (Gazzaniga) que pasó sus penurias en el Elche y el Rayo, un central (Eric García) criticado que no valía en el Barça y al que le dijeron que se buscara equipo, un zaguero ex periquito (David López) que ya no volaba por estar viejo y lento, un ilustre neerlandés (Blind) que parecía retirado y agotado en el Bayern, un lateral (Miguel Gutiérrez) de ‘La Fábrica’ que le limpiaba las botas a Marcelo, un carrilero brasileño (Yan Couto), bajito y dicharachero de pelo rosa que llegó del Braga, un canterano (Iván Martín) del Villarreal al que nunca le dieron bola, un Aleix García que tuvo que hacerse ‘su Erasmus’ en Mouscron (Bélgica) y Bucarest, un brasileño trilero (Savinho) llegado del Troyes galo y dos ucranianos que parecen espías de la antigua KGB. Tsygankov pasó de Kiev a Girona sin escalas. A pelo. Dovbyk llegó a Montilivi haciendo parada previa en Moldavia y Dinamarca.

Súmale a eso un sempiterno Stuani, un Yangel Herrera que se mira en el espejo de su época nazarí tras devaluarse en Cornellà, y un Portu que escapó del frío getafense del banquillo del Coliseum para volver a ‘casa’. Ahora, todos juntos, parecen el Brasil del ‘70. Es un equipo. Es ‘EL EQUIPO’. Son, a su manera, los ‘Malditos Bastardos’ que dibujara en su día Quentin Tarantino.

Bien, pues con esa tropa de descamisados, retales, descartes y renegados, el Girona y Míchel armaron un puzzle sinfónico que acaba de bailarle al Barça de Xavi en el Lluís Companys para afianzar el liderato. Sin palancas. Estamos ante un equipo de autor con receta original. Tienen hambre y van a pelear La Liga hasta el final, amenazando las jerarquías históricas y el statu quo conocido hasta la fecha.

Papá de Miranda. Orgulloso hijo de gallego y asturiana. Dejé 13 años como abogado por fundar y dirigir Sphera Sports, con lo que ello supone. Asumo las consecuencias. Hice 'mili' en Pisa y en Bristol. Me gustan las orcas, los países escandinavos y un gol en el 90'.

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