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Mesías o Cristianos

El reencuentro entre Messi y Cristiano en un terreno de juego 2 años después de la última vez ha servido para volver a abrir el eterno debate: ¿quién es mejor? Siempre ha existido la necesidad de poner a uno delante del otro. Es una de las rivalidades que más se recuerdan en los últimos años, por algo se han alternado en la cima mundial durante más de una década. Es cierto que esta comparativa ha trascendido más allá de los terrenos de juego y ha hecho disfrutar al planeta fútbol.

Ahora que Messi y Cristiano están llegando al final de su carrera (33 y 35 años, respectivamente), y después de asumir que puede que hayamos visto el último duelo entre ambos, este debate todavía está más latente. Cabe decir que la rivalidad entre Barça y Madrid ha acentuado todavía más esa necesidad imperiosa de tener al número 1 en tu equipo. Pero, ¿qué parámetros rigen al mejor? ¿Quién es el GOAT -esa expresión tan moderna que ha nacido para dirimir quién es el «Greatest of all time”, o lo que es lo mismo, el mejor de todos los tiempos- en esta mesa en la que comen estos dos gigantes del balompié?

Me parece imposible o cuanto menos injusto decidir quién es mejor. Nos empeñamos en comparar todo en la vida y, por ende, a elegir. Blanco o negro. Verano o invierno. Mar o montaña. Dulce o salado. Conmigo o contra mí. Messi o Cristiano. Como si una cosa excluyera a la otra. Nos han hecho creer que hay que elegir sólo a 1. Seguro encontraría detractores y defensores de ambos con argumentos igual de válidos.

Todavía con la resaca del Barça – Juve  palpable, muchos se han subido al carro de Cristiano: “Ha marcado dos goles, es el mejor”. Cuando Messi marca de falta directa uno de esos goles en los que hay que sacar escuadra y cartabón, su carro está abarrotado. El portugués decía tras el partido en el Camp Nou que “no veía a Messi como un rival”. Esto también me hace pensar si no es el entorno y la atmósfera que rodea a los dos quiénes han tenido la necesidad de crear y mantener siempre vivo ese debate.

Mi conclusión: todo se resume a lo subjetivo. Contra gustos no hay argumentos futbolísticos efectivos. No se puede determinar quién de los dos es mejor. En qué nos basamos, ¿en los datos? ¿Se puede decir quién es mejor en un deporte colectivo, que depende de la atmósfera y las circunstancias que los acompañen? ¿Se pueden comparar dos futbolistas técnica y tácticamente diferentes? Es como comparar un huevo y una castaña.

Influyen tantos factores que no sé ni por dónde empezar. En un deporte como el fútbol influye en tus números si tu equipo está bien o mal, si gana o pierde. ¿El número de goles determina quién es el mejor? ¿Por qué no los goles que ha generado, es decir, los que han marcado los compañeros? Por ejemplo, si hace mejores a los demás. ¿La calidad se transforma en títulos? ¿Puede el mejor jugador del mundo no levantar trofeos? ¿Y qué pasa con su selección? ¿Ha hecho campeón a su país? ¿Eso te hace ser el mejor?

Otra cosa es: a quién preferirías tener a tu equipo o quién te gusta más. Esa pregunta me parece más precisa. Ahí no hay debate, contra gustos no hay nada escrito. ¿Es necesario debatir una y otra bien quién es el mejor? Mientras debatimos quién es el GOAT, los años pasan, las piernas empiezan a pesar y lo verdaderamente triste será cuando nos demos cuenta que quizás el del martes haya sido el último cara a cara entre estos dos cracks mundiales que tanto nos han hecho disfrutar.

Imagen de cabecera: JOSEP LAGO/AFP via Getty Images

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