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Crespo: "A Jiménez le debo prácticamente todo"

José Ángel Crespo Rincón, sevillano, nacido en Lora del Río, fue hace una década una más de las grandes perlas nacidas en la cantera sevillista. Uno de esos grandes centrales que se forjan a menudo en la cuidada escuela de Nervión. Para un sevillano de cuna como José Ángel, formar parte del Sevilla FC «fue un sueño cumplido. Cuando era pequeño y estaba en el pueblo en ningún  momento esperaba ni tenía las expectativas de poder llegar allí. Empecé en la cantera, te vas picando y vas sabiendo que lo tienes un poco más cerca, aunque aún así sabes que es complicado. Al final, cuando tienes la oportunidad de debutar con el primer equipo pues es un sueño cumplido. Si tengo que decir la verdad, son tres años formando parte de la primera plantilla del Sevilla más otros tres o cuatro formando parte de la cantera que futbolísticamente hablando son los mejores de mi vida«.

Efectivamente, tras varios años en las categorías inferiores, al joven Crespo le llega la oportunidad de debutar con el Sevilla FC de la mano de Juande Ramos, un debut al que Manolo Jiménez dio continuidad, y es que «de Juande Ramos tengo recuerdos muy buenos. El fue el que me hizo debutar tanto en Europa League como en Liga, y fue el que me abrió las puertas al profesionalismo. A Manolo Jiménez yo creo que le debo prácticamente todo, porque fue quien me acogió en el filial. La etapa más dura para mí y donde más aprendí fue ahí, en el filial, donde empiezas a jugar contra hombres y fue él quien me enseñó prácticamente todo lo que soy y caracterizó un poco mi forma de jugar. Después tuve la suerte de ascender juntos al primer equipo y disfrutar con él un par de temporadas en el primer equipo».

De su mano, de la de Manolo Jiménez, José Ángel se muestra al mundo, y en la primera temporada juntos en el primer equipo sevillista, se convierte en un habitual de la zaga mostrando sus cualidades y comenzando a ganarse a la afición del Pizjuán. Esa gran temporada, suscitó el interés de grandes equipos europeos en la perla sevillista, como fue el caso del Aston Villa, pero no sólo el equipo inglés, ya que «recuerdo siempre un equipo, el Mónaco, porque en aquel momento jugaba Champions League, y hubo interés. Yo era muy joven, estaba jugando en el Sevilla y la verdad que sólo pensaba en el equipo y me parecía una grandísima oportunidad continuar en el Sevilla. Estaba en mi casa, era muy joven… Sé que fue una grandísima oportunidad la del Mónaco, que no sé cómo hubiera salido, pero creo que tomé la mejor opción que era la de quedarme en casa».

Comienza la siguiente temporada, y se produce un punto de inflexión. Crespo se ve expuesto a un gran escaparate mediático, inesperado, indeseado, que fue aquel codazo de Mahamadou Diarra, por entonces jugador del Real Madrid, en el rostro del central. «Recuerdo sinceramente aquel momento como una etapa jodida, en el aspecto de que era cuando mejor me encontraba en el primer equipo, con más confianza, con más continuidad. Aparte de la gravedad y la repercusión, lo peor fue tener que estar parado completamente durante más de 20 días, y luego regresar con la máscara que no era nada cómoda evidentemente. Me costó habituarme. Luego, el primer partido que jugué sin la máscara me lesioné el tobillo y perdí la continuidad y regularidad que venía mostrando. Fue difícil en ese aspecto».

A final de la temporada 2008-09, y después de reducir su nivel de protagonismo y regularidad en el equipo, se produce la primera salida en forma de cesión del futbolista, que se incorpora al Racing de Santander, también en Primera División, «me costó, no estaba seguro de salir. Tenía la confianza del club de poder seguir, del entrenador. Pero el último año no tuve continuidad, y fue eso lo que busqué. Con esa apuesta marché, bajo la mano del entrenador que fue el que me quería, pero a los pocos partidos de comenzar la temporada, comenzamos mal, se cambió de entrenador y la cosa cambió bastante».

Finalizado el periplo en tierras cántabras, se abren las fronteras futbolísticas para el futbolista sevillano. Padova, Bologna y Hellas Verona han sido testigos del crecimiento futbolístico del central de Lora del Río. Un fútbol italiano «tácticamente muy trabajado, muy defensivo. En ese aspecto cambia mucho, incluso la hierba me sorprendía, un poco más alta de lo normal… Por suerte me adapté bastante bien, salieron muy bien las cosas en Padova. Después en Bologna, dos años muy buenos allí y finalmente en Verona. Bastante contento por la etapa que viví en Italia, porque lo que parecía un paso difícil, arriesgado irte a otro país sin saber cómo te adaptarías, terminó siendo una gran etapa a la que me adapté bastante bien».

Tras la extensa etapa en tierras italiana, regreso a España, regreso a Andalucía, esta vez en Córdoba, en una experiencia «que personalmente no fue mala en cuanto a rendimiento, porque estuve a buen nivel. Pero es cierto que el equipo, aunque llegó a arrancar después de Navidad, consiguiendo salir del descenso, después cogimos una mala racha y nos vinimos abajo anímicamente. También problemas dentro del club, que no estábamos muy bien dirigidos, lo que hizo que el objetivo de la salvación se pusiera muy complicado«. Aún reconociendo el dolor que produjo aquella experiencia en lo personal, José Ángel también declara que «sigo al Córdoba, tengo compañeros que siguen allí jugando, y al Córdoba le tengo grandísimo cariño por la afición y espero y deseo que vuelva a subir, aunque ahora no está en un gran momento que digamos».

Vuelta a los orígenes. Si en el inicio de su carrera el Aston Villa llamó a su puerta, tras la experiencia en Córdoba finalmente el destino colocó por fin a Crespo en tierras inglesas. No terminó de cuajar, aunque tuvo la oportunidad de conocer otro fútbol. De las cuatro grandes ligas, al central sólo le falta la Bundesliga, algo que «leí hace mucho tiempo que sólo Pepe Reina había conseguido jugar en las cuatro grandes ligas, y por aquel entonces jugadores de campo no lo habían hecho. Creo que alguno hay ahora que ya lo ha conseguido, pero en aquel momento no, y yo siempre pensé que ojalá tuviera la oportunidad de conseguir lo que Reina, y jugar en las cuatro. Ya lo veo más complicado, entre la edad que tengo y estando en Grecia, pero sería algo bonito».

Ya que la experiencia en Inglaterra no cuajó en cuanto a regularidad, llega una nueva cesión, en esta ocasión al Rayo Vallecano, con otro descenso y otro trago amargo, en una temporada en la que al Rayo «le faltó un poco de tranquilidad en algunos partidos. Con un punto nos hubieramos salvado, hubo un partido clave ante el Málaga que íbamos ganando y nos empataron en el último minuto. Otro con la Real Sociedad que nos hacía depender de nosotros con un empate, y finalmente perdimos, y en la última jornada se dieron una serie de resultados extraños. El Granada ganaba 1-4 al Sevilla, que no lo esperábamos… Sabemos que a final de Liga se dan resultados extraños, y que nunca se puede esperar nada serio de nadie».

Y tras un segundo trago amargo en forma de descenso, una nueva experiencia foránea en el PAOK, con el que el objetivo es «acabar en el playoff, entre el 2º y el 5º, para jugar una especie de playoff final e intentar conseguir entrar en Previa de la Champions. Empezamos regular y con penalización de puntos, pero hemos enderezado el rumbo, estamos terceros empatados con el 2º y el objetivo es luchar en ese playoff. En la Copa, estamos cerca de acceder a semifinales y el objetivo es intentar ganarla. En la Europa League pasamos de grupo, pero perdimos 0-3 con el Schalke 04 y se hace muy complicado hacer historia, ya que nunca se había llegado tan lejos en el PAOK y nos deberemos centrar en la Liga y en la Copa».

Y tras recorrer junto a José Ángel Crespo su carrera, podemos concluir que nos encontramos charlando con un grandísimo jugador, que ha recorrido y formado parte de grandes equipos y magníficas plantillas, y que por su carácter ha debido sumar grandes amistades en el camino, «la verdad que tengo muchos amigos de las categorías inferiores y que ya no son profesionales, y otros tantos con los que coincidí y con los que sigo teniendo relación, algunos siguen jugando y otros incluso ya retirados porque ya nos vamos haciendo mayores (risas). Pero sí, tengo varios: Marc Torrejón, Luis García, Diego Capel, Javi García… muchos jugadores que nos conocimos en distintas etapas, por suerte con muchos coincidí en la selección. Aparte de buenos futbolistas, buenas personas y la relación se sigue manteniendo». Y es que, como dijimos al inicio, Crespo era una perla de la cantera e incluso fue internacional en prácticamente todas las categorías inferiores de la selección, «me acuerdo también de Xisco, ahora en Tailandia. Redondo, del Sevilla Atlético, Javi Varas en el Sevilla… con Diego Capel, que es casi de la familia, y quedan muy buenas relaciones que van mucho más allá del fútbol».

Una trayectoria envidiable, una carrera labrada a base de esfuerzo en el fútbol profesional y forjada en diferentes ligas, con diferentes culturas, no sólo sociales sino futbolísticas, con un rendimiento homogéneo y notable allá donde el fútbol lo ha llevado. Conocemos el lado personal de José Ángel Crespo, aquel chaval con descaro y desparpajo que derribó la puerta del primer equipo sevillista con su trabajo y su calidad, y que desde entonces ha instalado su carácter afable, cercano, humilde y simpático allá donde el fútbol lo ha llevado.  «La verdad es que no me puedo quejar. Siempre te queda la pregunta ‘¿y si…?’ Pero creo que al final he tenido una carrera importante, algo con lo que soñaba de pequeño y que he podido cumplir y si me hubieras preguntado con 13 o 14 años nunca hubiera imaginado jugar en los mejores estadios de Europa y jugar al nivel que he jugado. La verdad que es un orgullo«. Una pregunta que quedará en el pensamiento de José Ángel y que no sabemos si desaparecerá: ‘¿Y si hubiera fichado por el Mónaco?’ «Pues, al final, más que eso, me pregunto ‘¿y si no hubiera ocurrido aquella lesión con Diarra?’ Ese año me encontraba genial, esa lesión me paró la continuidad y fue complicado. Fue un año clave, con la selección también estaba muy bien y la verdad que es la espinita que más clavada se me queda. Pero bueno, al final he llegado hasta donde yo he merecido llegar y, como te digo, muy contento de haber llegado hasta aquí».

Orgulloso del camino recorrido, orgulloso del trabajo realizado y de los sueños alcanzados, aunque siempre ambicioso, José Ángel Crespo disfruta esta temporada la Liga Griega en un histórico como el PAOK al que quiere llevar de nuevo a Europa y seguir escribiendo con letras de oro su propia historia en el universo futbolístico europeo.

 

Vocación de periodista. Pasión por el fútbol, especialmente Segunda División Española. Escribo en @SpheraSports.

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