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Fórmula 1

'Princesa por un día': Las diez victorias imposibles de la Fórmula 1

Si algo bueno tiene la Fórmula 1, o las carreras de motor en general, es que todos los participantes compiten siempre entre ellos, a la vez, en el mismo punto espacio- temporal y por el mismo objetivo. No es necesario malgastar varias horas a la semana en ver los enfrentamientos parciales que tienen dos de ellos, sino que en un par de horitas has visto desde la rimbombante pelea por el campeonato hasta los que huyen de ser el porras de la clasificación. Un ahorro de tiempo que en algunas carreras, cada vez en más, se agradece. Pero si por algo es especialmente atractivo el formato es porque permite, como si del guión de Rocky se tratase, que fulano de tal desafíe a todas las megaestrellas de la categoría a un duelo tan desigual como épica en el que unas pocas veces, las menos, ha sido el friki gafotas quien ha terminado bailando con la guapa. Estas son las diez victorias más increíbles de la Fórmula 1.

10. Dan Gurney. Francia’62 y Bélgica’67

Sí, el primero de la lista tiene dos carreras, es algo que no volverá a ocurrir pero Dan lo merecía. El estadounidense es el único piloto que le ha dado su primera y única victoria a dos equipos diferentes de Fórmula 1. Primero fue a Porsche en la carrera de 1962. Aunque no muchos lo saben, la prestigiosa marca alemana estuvo en competición en los primeros años de la categoría, aunque sin demasiados éxitos. De hecho su única victoria la consiguió Gurney en Francia, después de clasificar el sábado a casi dos segundos de la pole de Jim Clark. Sin embargo el domingo la carrera sería un caos, plagada de averías mecánicas y abandonos que afectaron a casi todos los aspirantes a la victoria, lo que sirvió en bandeja a Gurney su primer triunfo en la categoría. Cinco años después, en Bélgica, llegaría el último, con el menos prestigioso equipo Eagle, que sobrevivía a duras penas en la categoría. Esta vez la diferencia con la pole había sido de 3,1 segundos, de nuevo en manos del intratable Clark. Sin embargo el Lotus del piloto escocés volvería a fallar, y Gurney supo moverse hábilmente hasta la primera posición, pasando a Stewart y consiguiendo así no solo la primera victoria del equipo Eagle, sino también su primer podio y hasta su primera vuelta rápida. Los tiempos de felicidad del equipo no duraron mucho, ya que dos años después decidieron cambiar a Gurney por Al Pease, el nombrado por nosotros como peor piloto de la historia, y Eagle terminó desapareciendo al final de esa temporada.

9. Alan Jones. Austria’77

Algo extraño debió pasar en Austria a mediados de los 70, ya que tres Grandes Premios consecutivos de ese país aparecen en esta lista, siendo el de 1977 el último de ellos. El vencedor fue Alan Jones, un buen piloto que incluso llegó a ser campeón del mundo, pero que por entonces corría con el mediocre equipo Shadow, una marca americana que jamás había ganado y jamás volvería a hacerlo. La carrera pintaba que sería un baño de multitudes de Niki Lauda en su casa. El austriaco tenía la pole por delante de su íntimo enemigo James Hunt, mientras que Jones salía en el anonimato de la decimocuarta posición. La carrera sería totalmente diferente. No llovía, pero la pista estaba mojada debido a un chaparrón anterior. Niki Lauda, poco amigo de la lluvia, aflojó desde el principio, cediendo la cabeza a Andretti y Hunt. Por detrás, quien no tenía nada que perder era Jones, que poco a poco fue recuperando hasta pasar a Lauda y tomar la tercera posición. Cuando el coche de Andretti se paró y James Hunt llevó a cabo su típico amurizaje, Alan Jones se puso al frente, y pese a que la pista ya estaba seca a Lauda no le dio tiempo a cazarle. Niki no parecía comprender nada cuando vio a su lado en el podio a dos hasta entonces desconocidos como Alan Jones y Hans Joachim Struch.

8. Sebastian Vettel. Italia’08

Allá por 2008 Sebastian Vettel no era el tetracampeón del mundo y piloto de Ferrari de ahora. Su balance de victorias estaba en cero y más bien era un piloto hábil, al que se le intuían buenas maneras y que estaba comenzando a explotar. Pero en Monza llegó su consagración. Aprovechando unos días de lluvia que azotaron el circuito y pasaron por agua todo el fin de semana, Sebastian Vettel consiguió el sábado la primera pole de su carrera deportiva, y el día siguiente dominó de principio a fin toda la carrera mientras que los pilotos con coches más potentes luchaban por mantenerse en pista. Y todo esto con un equipo que tan solo tres años antes era Minardi, y que ahora la publicidad lo había rebautizado con el casi hiriente nombre de Toro Rosso. Aún, y quién sabe si para siempre, sigue siendo el único triunfo, y el único podio, de la historia de este equipo.

7. John Watson. Austria’76

El Gran Premio de Austria de 1976 no fue una carrera más. Era la primera sin Niki Lauda, y mientras el héroe local luchaba por salvar la vida en el hospital James Hunt iniciaba su remontada hacia el título. El británico hizo la pole, pero en medio de la confusión un auténtico outsider como John Watson a lomos del débil Penske se colocó segundo, bastante lejos del rubiales en los tiempos. Todo cambió en la carrera. Hunt hizo una mala salida y nunca encontró el ritmo, dejando la lucha por la victoria entre Watson y Peterson. Todo apuntaba a que el triunfo caería para el sueco, más experimentado, talentoso y con mejor coche, pero fue Watson quien sorprendió y consiguió así su primera victoria, que le valió el pase a McLaren, y también el primer y único triunfo de Penske en la Fórmula 1.

6. Alessandro Nannini. Japón’89

Mucho se ha escrito sobre el Gran Premio de Japón de 1989. Probablemente sea la carrera más famosa de la historia de la Fórmula 1, y sin embargo muy pocos saben quien la ganó. Prost y Senna luchaban a brazo partido por el título del mundo, con un coche que hacía completamente imposible imaginar siquiera meterse en su pelea. A pocas vueltas del final ambos chocaron en la última chicane, quedando el francés fuera de carrera y siendo descalificado Senna después de la misma. Prost era campeón, pero la guerra estaba abierta, las acusaciones volaban y la discusión alcanzaba niveles globales. Nadie en el mundo se privaba de opinar sobre el incidente de estos dos compañeros enfrentados, pero muy pocos se acordaban de un italiano de Benetton que rodaba tercero y que, si ya estaba feliz con el podio, más se alegró cuando el choque de los McLaren le sirvió en bandeja su primera y única victoria. El día más feliz de la vida de Alessandro Nannini fue en el que nadie se acordó de él.

5. Pastor Maldonado. España’12

Si de alguien era difícil esperar una victoria en Fórmula 1, ese era sin duda Pastor Maldonado. Después de consagrarse como el piloto más destructor y alocado de los últimos tiempos, el piloto venezolano logró dar la única de cal de toda su carrera en Montmeló, en el Gran Premio de España y frente a Fernando Alonso. Después de una polémica descalificación de Hamilton, la pole del sábado quedó sorprendentemente en las manos de Pastor Maldonado. No pocos fueron los que pensaron que el de Williams tenía poco que hacer frente a Alonso, Raikkonen o Vettel el domingo, sin embargo el caraqueño mantuvo la calma después de perder la primera posición en la salida y supo hacer una carrera sólida y sin errores hasta recuperarla y darle así a Williams su, hasta el momento, última victoria en la Fórmula 1. Frente a Fernando Alonso, en España y siendo aupado en el podio por Raikkonen y el propio Alonso. Un cuento de hadas para el que Maldonado no había nacido.

4. Johnny Herbert. Europa’99

Stewart GP, el equipo de medio pelo al que el tres veces campeón del mundo escocés había dado su nombre dos años antes, tenía los días contados. De hecho, el Gran Premio de Europa era la antepenúltima carrera de esta escudería que la temporada 2000 pasaría a propiedad de Jaguar. Herbert salía decimocuarto, justo por delante de su compañero Rubens Barrichello, lo que contribuía bastante al ambiente de liquidación del equipo. Sin embargo la lluvia les tenía guardada una última sorpresas a los chicos de Jackie. La carrera fue una locura. Los aspirantes al título, Hakkinen e Irvine, se descolgaron muy pronto, con parada desastrosa incluida para el norirlandés. En la cabeza, nadie quería ganar, y como si de una maldición se tratase todos los insólitos líderes de carrera fueron quedando fuera. Al final la punta la tomó Herbert, con el Stewart, que consiguió llevar el coche a la meta sano y salvo consiguiendo una increíble victoria que además contaría con el aderezo de la tercera posición de Barrichello. Una liquidación inolvidable.

3. Olivier Panis. Mónaco’96

Si algo es imposible en la Fórmula 1, eso es ganar el Gran Premio de Mónaco saliendo en decimocuarta posición, y más aún si tu coche dicta mucho de ser uno de los punteros, aunque Olivier Panis no opina lo mismo. En el auténtico delirio que fue el mojado Gran Premio monegasco de 1996, el piloto francés fue uno de los tres que consiguió cruzar la meta sin probar las duras vallas del Principado. Hasta una sangría de 19 pilotos terminaron la carrera empotrados en las protecciones, incapaces de controlar sus vehículos sobre los charcos que anegaban el circuito. Solamente Coulthard y el también miembro de esta lista Johnny Herbert consiguieron emular a Panis, aunque a un ritmo aún más lento, acompañando al francés en un podio decidido por pura eliminación.

2. Vittorio Brambilla. Austria’75

Al bueno de Vittorio le conocían con el pintoresco sobrenombre de “El gorila de Monza”, pseudónimo que no dejaba mucho lugar a la imaginación acerca de las capacidades como piloto de Brambilla. No obstante, el 17 de agosto de 1975, durante algo menos de una hora, este italiano que ya veía asomar la cuarentena sin siquiera un mísero podio en la Fórmula 1 estaba dispuesto a aparcar su simiesca condición en busca de su gloria. Desde la octava plaza, y bajo el diluvio, Brambilla se vino arriba y fue superando una a una a todas las estrellas de su época. Regazzoni, Fittipaldi, Lauda y el último Hunt, cuatro pilotos a los que Vittorio sobrepasó antes de lograr su primera y única victoria en la categoría. Y si, he dicho que olvidó su mote durante algo menos de una hora, concretamente durante los 57 minutos y 56 segundos que duró la carrera, ya que nada más cruzar la bandera a cuadros, y si no me creen Youtube avala mi versión, Brambilla dio un insólito volantazo y estrelló su March en plena recta de meta ante el asombrado gentío que no sabía si vitorear o llorar.

1. Giancarlo Fisichella. Brasil’03

Pero si alguna es la victoria de las victorias esa es la de Giancarlo Fisichella en Brasil 2003. Pilotando un Jordan, un vehículo que años atrás había incordiado a la élite pero que ahora sufría para ganarle la batalla por no ser el porras a Minardi, el italiano consiguió una victoria increíble en una delirante carrera de Interlagos en la que Raikkonen, segundo clasificado, recogió el premio del primero, Fisichella, ganador de la carrera, recogió el del segundo, y Fernando Alonso, tercer clasificado, no pudo recoger su copa ya que estaba en el hospital. Previamente a tal disparate, un recital de trompos, accidente, averías mecánicas y estrategias disparatadas que auparon a ‘Fisico‘ a recibir, quince días después en Imola, el trofeo de ganador de manos de Kimi Raikkonen, el que se lo había llevado de Brasil después de que nadie supiese muy bien las posición debido a una bandera roja. Quizá, una de las carreras más caóticas y extrañas de la historia, y el resultado aún pudo ser peor. Jos Verstappen, padre de Max y por entonces piloto que daba sus últimos coletazos en Minardi, tuvo que retirarse por avería cuando iba delante de Fisichella y con la misma estrategia. Pero esa ya es otra historia.

Montijo, 1991. Periodista. Extremeño y culé que pasa la vida en tierra hostil. La Fórmula 1 no es un deporte, ni falta que hace. Messi es un perro.

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