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Fútbol Internacional

180 minutos para la historia

Bastantes veces un pensamiento me recorre la mente después de hacer un gran esfuerzo: “Habría podido dar más de mí si hubiera sido un asunto de vida o muerte?”. La respuesta siempre es que sí. En una rampa infernal, sobre la bicicleta, aprieto hasta que las piernas me queman, pero pienso que si me persiguieran leones justo detrás subiría más rápido seguro. Y es que en los metros finales, en los últimos instantes, corazón y cabeza son más determinantes que nunca. Es la fase irracional, la de la fortaleza mental, el territorio en que los sentimientos suenan a todo volumen y su gestión es primordial. La zona cero del Mundial ya está aquí.

El Catar – Ecuador del ya lejano 20 de noviembre fue el primero de 64 partidos que se concentraban en menos de un menos. Nunca existió momento mejor para coger una buena gripe, de esas que te secuestra en casa toda una semana. Las personas que pillaron un buen resfriado tuvieron la suerte de disfrutar sin parangón entre mocos e Ibuprofenos: partido a las 11h, a las 14h, a las 17h y a las 20h. Sin conocerlo, daremos por sabido que el paraíso debe ser algo parecido a esto. Como un cigarrillo consumido por el viento ha pasado este Mundial, con historias, polémicas e imágenes a la vez tan fuertes como breves en el tiempo. Ahora, cuatro candidatos y cuatro partidos. Y el vacío.

Argentina, Croacia, Francia y Marruecos. Es complicado pensar que alguien podría haber acertado los semifinalistas de este Mundial. En un fútbol cada día más propenso a las sorpresas, las cuatro selecciones supervivientes tienen en su mano hacer historia. Llegados a este punto los favoritos dejan de ser favoritos y las sorpresas dejan de ser sorpresas. Ahora, vida o muerte, cada selección propone un argumento de peso para que el de Catar sea recordado para siempre como un Mundial histórico.

Croacia y Marruecos, ante la oportunidad de sumar su primera estrella. Los croatas, igual que en la última edición de la Copa del Mundo, han ido saltando de prórroga en prórroga y de ronda en ronda hasta volverse a plantar en las puertas de la final. Marruecos, por su parte, ha roto el techo de cristal y ha dejado por el camino a las aspirantes España y Portugal para convertirse en el primer semifinalista africano de la historia de los Mundiales.

Casos distintos son los de Francia y Argentina, aunque no menos potentes. Ambos con dos estrellas encima de sus escudos, el combinado ‘bleu’ pretende convertirse en la primera selección que repite triunfo en 60 años, pues el último back-to-back lo consiguió la Brasil de Pelé alzando los campeonatos de 1958 y 1962. En el otro lado, Argentina es una nación de héroes. Francia ganó en 2018, Alemania en 2014, España en 2010, … en 1986 ganó Diego. Argentina es la consecuencia de sus dioses, y de ganarlo, este sería el Mundial de Messi. El que consagraría la carrera más increíble que ha hecho nunca un futbolista. El que cerraría para siempre el debate.

Imagínense que su historia, su biografía, dependiera de los próximos 180’. En los hoteles de Marruecos y de Croacia deben haber luchas entre los nervios de desvirgarse y el miedo de perder una oportunidad que difícilmente se volverá a presentar; en la concentración francesa, el pensamiento de adueñarse de la historia entre ceja y ceja; en el combinado argentino, la obsesión y el convencimiento de poder obsequiar a su dios.

180’ para ser héroes o villanos. Hagan sus apuestas.


Imagen de cabecera – @fifaworldcup_es

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