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10 días

Hace diez días Vinicius ya tenía traje para el Teatro Chatelet y ser encumbrado Balón de Oro. El Villarreal no era capaz de ganar un partido y Emery era un posturetis. Ansu Fati iba a levantar él solito a un Barcelona lleno de polvo. El Atleti no le hacía un gol a nadie y tenía que asegurar Champions. El Espanyol no podía imaginar nada más allá de los 25 puntos. El Sevilla aspiraba a título y el Betis a romper el Big Four. El Celta ya iba para arriba y el Granada era carne de Segunda. Osasuna tenía que conformarse con la permanencia y el Cádiz poco menos que pedir perdón por no perder.

Manda narices qué rápido me he hecho mayor. Antes la cosa no iba así, entre partido y partido y examen y examen pasaba una eternidad. Parecía que nunca llegaban. Ahora diez días de tu vida lo cambian todo. Tus creencias caducan antes que los yogures, tus inseguridades te crecen más rápido que el pelo y cada discusión resta en años en lugar de minutos.

Hace diez días tenía claro lo que quería ser de mayor. Hoy dudo. Hace diez días creía que tenía gente que nunca me iba a fallar, y todos fallamos. Doscientas cuarenta horas que pasan volando y que no somos capaces de ponderar, de pararnos a mitad de camino y de reflexionar, porque vivimos precipitados.

Paco López ya es historia en el Levante, Michel fuera tras sumar su primer punto. A falta de treinta fechas para el final. Al final voy a creer en que la forma de consumir fútbol ha cambiado, pero sin engaños, ha cambiado la educación a la hora de consumirlo. Y por ahí todos somos presa de la agonía, un sinvivir que le quita todo el valor al tiempo.

Por eso, y desde la posibilidad de estas líneas, no os dejéis llevar por la corriente. Que nadie os diga que diez días no son nada, o por lo menos no os lo creáis. Diez días son diez días, y muchas vidas cambian en tan sólo diez segundos.

Imagen de cabecera: Levante UD

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