Síguenos de cerca

Deporte

Zona Mixta: El fútbol, un camino de reivindicación

Nuestro día a día viene marcado por los estereotipos de género. Los atributos impuestos a hombres y mujeres y las funciones sociales que deben desempeñar son una soga que ahoga. La autoestima, la ambición y las expectativas de las niñas se convierten en víctima de los clichés y comportamientos asociados a los géneros.

Además, nos vemos empujadas a un mundo en el que las grandes brechas de voz, salario o reconocimiento entre hombres y mujeres y el techo de cristal que hay sobre nuestras cabezas (y que es tan difícil de romper) marcan nuestro día a día.

Luchar por romper estos estereotipos, que tanto impacto siguen teniendo a nivel laboral en nuestra sociedad, se ha convertido en una responsabilidad. Perseguimos la presencia de mujeres para que nuestra opinión tenga voz en un “mundo de hombres”.

Trabajamos por una coeducación que nos permita mirarnos a todxs por igual. Luchamos para que todas las brechas se estrechen hasta desaparecer. Queremos que el mundo sea un lugar de mismas oportunidades y derechos, un mundo inclusivo y diverso, un mundo de todxs y para todxs.

Por ello, este 8 de marzo se han hecho marchas para reivindicar el feminismo. Porque todavía queda mucho camino por recorrer, muchas metas por alcanzar. Luchamos en nuestro día a día, todos los días. Pero no se trata de algo únicamente de las mujeres. Es una lucha que debe incluir también a los hombres. A todas las personas. Si perseguimos un mundo más tolerante e igualitario, un mundo mejor, ir de la mano es tremendamente importante.

El deporte abre un camino que impulsa a las mujeres. Nos empodera, nos puede hacer referentes, nos permite ser líderes de nosotras mismas, nos acerca a la ruptura de estereotipos, facilita la coeducación… En definitiva, en el deporte nos reivindicamos para romper la brecha entre hombres y mujeres, para conseguir igualdad de oportunidades, para que todxs tengamos la misma voz, las mismas responsabilidades y la misma presencia.

Gran parte del recorrido lo hicieron nuestras predecesoras, mujeres valientes que se atrevieron a hacer frente a los prejuicios sociales y a los estereotipos impuestos, abriéndonos la puerta a las siguientes que llegábamos para que tuviéramos la libertad de escoger jugar a fútbol.

Ahora, nosotras somos referentes para las futuras generaciones, quienes pueden ver en las actuales futbolistas la opción de convertirse en jugadoras profesionales. Una realidad, por fin.

Y no quiero hablar únicamente como futbolista y por las futbolistas, sino también por las mujeres que están pisando fuerte y abriendo camino en el resto de profesiones que engloba el deporte: entrenadoras, árbitras, preparadoras físicas, periodistas… entre otras muchas más en las que las mujeres se están abriendo paso. Ellas, con su coraje, están ayudando a romper clichés. Están permitiendo soñar a las niñas.

Aprovecho para citar a Eva García Sáenz de Urturi: “Ojalá no existiera el Día de la Mujer, porque querría decir que vivimos en completa igualdad”.

Como futbolista que soy, mi vida entera está dedicada al fútbol. La frase de “el fútbol es mi vida” me viene genial. No veo diferencia en cuanto a pasión y dedicación respecto a cualquier otro compañero futbolista. ¿Por qué tiene que haber entonces diferencia en nuestros derechos?

Foto de cabecera: SDEibar (Twitter)

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Deporte