Cuando la gente habla de fútbol, no se refiere a un deporte en el que 22 personas van detrás de un balón. El fútbol es un deporte que transmite valores, que te ayuda en tu vida personal, en tu día a día.
¿Cuántas veces hemos escuchado que no es sólo fútbol?
Es uno de los deportes que más capacidad tiene de movilizar a gente, de unir personas, culturas, idiomas…
No es sólo fútbol.
Y si no lo es para el espectador, ¿cómo tiene que ser para un jugador?
¿Cómo se viven los partidos cuando te lo juegas todo?
¿Cómo se viven las semanas cuando no eres capaz de ganar?
¿Cómo se vive tu día a día cuando te juegas la permanencia en la máxima categoría?
El fútbol es sacrificio, compromiso y trabajo. Y no siempre recibes lo que das.
He tenido la suerte de vivir dos caras del fútbol que me han enseñado momentos y situaciones que pensaba que nunca viviría.
De un año magnífico futbolisticamente, a pasar a descender en la siguiente temporada.
Y después poder conseguir terminar segundas en la liga regular con otro club.
¿Cómo puedes pasar de sentirte la peor jugadora por haber hecho que un equipo descendiera, a ser parte de un equipo que consigue estar arriba en la clasificación?
Antes le dábamos poca importancia al estado psicológico de los jugadores, pero ¿cuántas veces nos han dicho que si no confías en ti nadie va a confiar?
Y es que siempre nos guiamos por el qué dirán, cómo nos ve la gente, qué pensarán, si no estamos a la altura… pero creo que lo primordial es ser honestos con uno mismo. Siendo conscientes de las situaciones que pasamos e intentando sacar el mayor provecho de cada situación nos ayudará para sacar nuestra mejor versión.
Imagen de cabecera: @IrisArnaiz
