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Los nombres de una inolvidable Supercopa femenina

Ha sido una Supercopa diferente, marcada por una organización dudosa (dejémoslo ahí), dos semifinales maravillosas, otra demostración devastadora del Barça y un recuerdo que permanecerá imborrable en la historia del fútbol femenino español. El torneo ha dejado nombres propios y vamos a destacarlos como merecen.

Alberto Toril. Es difícil salir reforzado tras jugar contra el todopoderoso Barça, pero el técnico del Real Madrid lo ha conseguido. El conjunto blanco no había disputado todavía un solo partido en este 2022 (aplazamientos por covid-19) y contaba con bajas importantes como las de Asllani y Marta Cardona. Lejos de amilanarse, el planteamiento madridista resultó casi a la perfección, y aunque no logró acercarse demasiado a la portería de Sandra Paños, el Madrid logró lo que nadie en toda la temporada como rival de las culés: aguantar con la portería a cero hasta el añadido. “Cuando pierdes no estás contento, pero hemos estado a muy buen nivel. Nos damos cuenta que nos estamos acercando, que es el camino”, dijo el preparador cordobés tras el encuentro. Desde su llegada al banquillo, el Madrid ha sumado cinco victorias y una derrota en Primera Iberdrola, también ante el Barça, y también dejando buenas sensaciones en la segunda mitad.

Misa Rodríguez. Para dejar a cero al Barça hasta el 92’ se necesita algo más que un buen partido a nivel defensivo. Y es que tu guardameta brille con muchísima fuerza. Así lo hizo la internacional española, que firmó hasta nueve intervenciones, seis de ellas salvadoras para su equipo. Paradas de todo tipo, desde un mano a mano con Patri Guijarro hasta una mano milagrosa en un remate a bocajarro de Paredes en un saque de esquina. Solo Alexia Putellas, tras varios rechaces, pudo batir a la portera canaria, indiscutible para Toril (recordemos que David Aznar la rotó en varias ocasiones este curso para dar sitio a Méline Gerard).

Ludmila. Necesita el Atlético a la brasileña, cuyo protagonismo ha disminuido considerablemente esta temporada, y poco a poco lo está recuperando en las últimas semanas. Óscar Fernández llegó a sentarla en tres partidos consecutivos tras encadenar cinco jornadas sin marcar, y ella respondió con gol ante el Betis y siendo clave en la reacción ante un Sporting de Huelva que ganaba 0-2 en Alcalá (a los tres minutos de saltar al campo marcó el primer tanto rojiblanco). Volvió a la titularidad en la semifinal ante el Levante, y Ludmila fue la gran estrella del partido, anotando de nuevo y sirviendo una asistencia de lujo a Maitane. Desaparecida frente al Barça (como sus compañeras), todo indica a que la carioca va a ser muy importante en esta segunda mitad del campeonato para el Atlético.

Andrea Falcón. Solo la vimos unos minutos sobre el campo, el tiempo suficiente para comprobar que vuelve a estar ahí, al pie del cañón. Todavía desborda juventud la extremo canaria, cuya travesía marcada por las lesiones parece tener su final. En el Levante, con su valedor Ángel Villacampa, espera tener un hueco negado en un Barça hipercompetitivo. Los focos van para Torrecilla (como no podía ser de otra manera), pero el regreso de Falcón es otra gran noticia que nos ha dejado esta Supercopa.

Jana Fernández. Podríamos hablar de Caroline Hansen, que marcó un hat-trick y dio dos asistencias en la final, o Martens, autora de un doblete, o incluso una Engen que fue titular y abrió el marcador. Pero nos quedamos con la gran labor de la canterana, que contra todo pronóstico se ha hecho un hueco en la  zaga a sus 19 años. En el Barça está muy caro jugar (que se lo digan a Claudia Pina, apenas unos segundos en la semi y sin participación en la final) en cualquier posición, y en la zona central parecía imposible romper la pareja Paredes-Mapi León o incluso desbancar a una Andrea Pereira que había sido indiscutible hasta la llegada de la ex del PSG. La lesión en las cervicales de Mapi le abrió la puerta a Jana,  que enlaza siete partidos como titular y rayando a un excelente nivel. La Supercopa ha sido su confirmación definitiva, mostrándose muy sólida ante Esther y Athenea en el Madrid o Deyna y Ludmila en el Atlético. Su polivalencia (puede actuar en cualquier posición de la defensa) y su salida con el balón jugado son algunas de las virtudes de este joven talento que apunta a llegar muy lejos.

Virginia Torrecilla. Es la gran protagonista. Su entrada al campo casi dos años después tras superar un cáncer cerebral, el manteo de las jugadoras del Barça, Amanda dándole el brazalete de capitana, Hansen cediéndole el MVP…. “Me dijeron que no volvería a jugar y aquí estoy”, dijo en rueda de prensa, todavía con la voz temblorosa después de un día que nunca olvidará. Hace un año levantaba el título de la Supercopa mostrándose por primera vez en pleno tratamiento, esta vez no pudo repetir trofeo pero ganó algo mucho más importante: el reconocimiento y el cariño del mundo del fútbol y de todo aquel que ama el deporte y la vida. Enhorabuena, Vir.

Contenido patrocinado por Iberdrola

Imagen de cabecera: @somosfutfem

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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