Es difícil ser el cuarto de la Liga BBVA, pero más difícil todavía es serlo tres años después de ascender desde Segunda División y con un equipo prácticamente nuevo respecto a la temporada pasada. El Villarreal ha logrado una hazaña que se ha repetido tantas veces a lo largo de la última década, que ya casi no le damos el valor que merece.
Su solvencia defensiva (Areola ha sido el tercer portero menos goleado de la Liga) y la efectividad de delantera en los momentos clave han permitido al Submarino emerger hasta la mayor competición de clubes del mundo por cuarta vez en su historia. Un ejemplo del temporadón: El Barça empató (y gracias) en El Madrigal, el Real Madrid perdió y el Atlético no fue capaz de ganarle en dos partidos (1-0 y 0-0).
- Posición: 4º (64 puntos)
- Balance: 18 victorias, 10 empates y 10 derrotas, 44 goles a favor, 35 en contra.
- Dato: El Villarreal fue el equipo que mejor rentabilizó sus goles: 64 puntos con 44 goles: 1,45 puntos)
- Opinión: ‘Marcelinina’, la medicina que mejora a Víctor Ruiz, Mario, Denis, Samu Castillejo…(José Luis Lizarraga / El Periódico Mediterráneo)
- El mejor: Roberto Soldado. Alguno dirá que vaya colada, que nadie se tragaría en su sano juicio que Soldado ha sido el mejor jugador del Villarreal. ¿Y Bakambu, que ha marcado más de 20 goles entre todas las competiciones? Temporadón del congoleño, desde luego, pero no mejor que el del delantero valenciano. Llegó con la presión de ser uno de los fichajes más caros de la historia del Villarreal y tras firmar dos temporadas decepcionantes en el Tottenham. Ante la ausencia del olfato anterior, se reconstruyó y adaptó su nuevo rol al servicio del equipo. ¿El resultado? Se convirtió en un líder, una referencia y en uno de los mejores asistentes de la Liga (12).
- Máximo goleador: Cédric Bakambu (12 goles)
- Once con más minutos: Areola; Mario, Bailly, Víctor Ruiz, Jaume Costa; Bruno, Trigueros, Jonathan dos Santos, Denis Suárez; Soldado, Bakambu.
Temporada: El Villarreal no pudo empezar mejor la temporada. Pese a empatar con el Betis en la primera jornada, cinco victorias consecutivas le colocaron como líder de la Liga por primera vez en su historia.
Aquella primera posición, anecdótica pero reflejo de lo que iba a ser capaz el Submarino a lo largo del curso, duró unas cuantas semanas. Dos derrotas y un empate dieron paso a una victoria importantísima ante el Sevilla (2-1), rival con el que había perdido los cuatro partidos disputados la temporada pasada.
Tras un pequeño bache de resultados (derrotas ante Barça y Getafe, empate ante el Éibar), el Submarino inició una impresionante racha que le consolidaría en los puestos de Liga de Campeones. Seis victorias seguidas y 14 partidos sin perder entre el 29 de noviembre y el 5 de marzo. El Sevilla, máximo perseguidor, estaba a nueve puntos.
La derrota ante Las Palmas, unida a la del partido decisivo ante el Sevilla en el Pizjuán (4-2) apretaba algo más la clasificación, aunque los de Emery no supieron recortar más distancia y se centraron en la Europa League. Eso lo aprovechó el Villarreal, que sumó un valiosísimo empate ante el Barça tras empezar perdiendo 0-2, y dos victorias ante Éibar y Getafe.
Con un colchón considerable en Liga, Marcelino hizo rotaciones pensando en el torneo más ilusionante. Nunca tuvo el Villarreal tan cerca una final tras ganar al Liverpool en El Madrigal con un gol de Adrián en el último minuto. Los tres pinchazos consecutivos en Liga, con acercamientos peligrosos de Athletic y Celta en la clasificación, se disiparon en cuanto el equipo de Marcelino ganó en Mestalla (0-2) casi con todo el equipo suplente y certificaba la clasificación matemática para Champions.
Por desgracia, el Villarreal cayó 3-0 en Anfield y la ilusión se rompió. Eso llevó a dos derrotas en las dos últimas jornadas, anécdoticas para un equipo que había pasado de Segunda a la Liga de Campeones en solo tres temporadas.