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Fútbol sala

José Venancio no encuentra pívot para España

José Venancio López, seleccionador español, «amenazó» con un cambio de estilo tras hacerse pública la noticia de que Fernandao no se enfundaría más la camiseta de España: “No vamos a tener (en referencia a próximas convocatorias) ese pívot específico. Hay que buscar otras alternativas en ataque”. En la lista del pasado mes de enero se demostró que no iba de farol.

Los elegidos para cubrir esa posición eran Rafa Usín y Álex, jugadores excelentes pero que en ningún caso se asemejan al juego del hispano-brasileño. La pregunta flota desde entonces en el ambiente: ¿Puede aspirar una selección a ganar un título sin nadie que haga una función tan específica dentro del 40×20?

Las selecciones que quieren conquistar el panorama internacional tienen jugadores muy dominantes en esa posición: Brasil recurre a , Rusia tiene en Éder Lima a su jugador franquicia, Cardinal es el complemento perfecto a Ricardinho en Portugal, Italia cuenta con Fortino en sus partidos más importantes… ¿Acaso Venancio busca un plan alternativo, o es algo que se está cociendo, como una moda, en el futsal español?

Mirando hacia nuestra liga, el fichaje más sonado del pasado mercado estival fue el propio Cardinal, que tras finalizar contrato con Movistar Inter firmó con su eterno rival, ElPozo Murcia, dejando a los torrejoneros con la posición descubierta. El tercero en discordia, el FC Barcelona Lassa, tiene en Ferrao – pívot clásico – a uno de sus mejores jugadores en lo que llevamos de campaña. Si los pívots son tan importantes en los clubes, ¿acaso el problema reside en que no hay nacionales de nivel?

Si nos fijamos en las plantllas de la LNFS vemos que los Juanqui (28 años), Buendía (24), Chano (29) o Solano (25) son fundamentales en sus clubes. Todos seleccionables – algunos incluso han debutado con la Roja de las dos estrellas – y todos menores de treinta años. Solano ha anotado goles de bellísima factura, Buendía fue clave con Levante en la sorprendente eliminación del Barça en Copa del Rey, y Juanqui se proclamó pichichi la pasada temporada, pese a que Peñíscola cayó en cuartos de final de los playoff.

Sin duda hay un problema de cantera. Los niños practican el fútbol-sala masivamente, pero ninguno de ellos quiere jugar de espaldas y recibir los golpes de los defensores rivales. Pisarla y dejar el balón para que otros se lleven la gloria del gol no entra en su vocabulario.

Los entrenadores tampoco colaboran y moldean jugadores idénticos, que defiendan y ataquen, que no arriesguen con un pase o un regate y que puedan alternar posiciones. Se entrenan los mal llamados “pívots de movilidad”, chicos que juegan en toda cancha y que en realidad no poseen ninguna característica del juego de un pívot al uso, siguiendo la moda del «falso 9» del fútbol-11.

Eso explicaría una parte del conflicto, la que habla del futuro de la posición a la antigua usanza, pero no la problemática actual. Si los pívots siguen siendo fundamentales en los esquemas de los entrenadores, si en España hay jugadores que conocen los fundamentos y que cuentan con margen de mejora dada su juventud, y por tanto el futuro más inmediato parece estar cubierto, ¿cuál es el problema? ¿Acaso es el seleccionador quien ha perdido la confianza en este tipo de jugador? ¿O de verdad no alcanzan el nivel que Venancio cree necesario para enfundarse la nacional?

La respuesta, en próximas convocatorias.

Amante del fútbol-sala, hincha del Fulham y 'kloppista' a tiempo completo. Un día comencé a escribir por placer y ahora no puedo dejarlo.

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