Un 18 de marzo de 1919, en el histórico Bar Torino, se fundó un sentimiento que ha sido acompañado, en la gloria y en la derrota, por millones de valencianistas. 98 años han pasado desde aquel día en el que nació el valencianismo en sí.
Época de fallas, y en el nombrado Bar Torino, descubierto por el Patrimonio Histórico, con un acta constitucional fechada el 1 de marzo de 1919, a la par de un profundo estudio del historiador valenciano Rafael Solaz Albert, así como un exhaustivo informe de Miquel Nadal (‘Últimes Vesprades a Mestalla’), otorgan de la ubicación exacta donde se fundó el Valencia Club de Fútbol, en la ya desaparecida Bajada de San Francisco, nº 8 ó 10, según épocas, hasta 1924. KM.0 del valencianismo, así corrigió el Valencia CF hace dos años, y así se estableció el origen del valencianismo.
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A lo largo de sus 98 años de historia, el Valencia Club de Fútbol ha disfrutado de los mejores jugadores del mundo, como Kempes, de los más fieles, como Baraja o Puchades, los más goleadores, como Edmundo Suárez o Villa más recientemente, e incluso el más ‘viejo’, Amedeo Carboni. Son sólo un par de nombres, pero este club no sólo lo forman sus jugadores. Tenemos a un hombre querido por todos, absolutamente todos. Españeta, se ha ganado el respeto y el cariño de por vida por parte de la afición. Esa afición que ha vivido descenso, y llorado en París y Milán, como tanto lloró el cielo en la final perdida contra el Depor, la final del agua de 1995. Sufre y lucha por dignificar un club maltratado por hombres de negocios que ven en el Valencia y juguete de tantos. Luchó por echar a más directivos tóxicos en su historia contemporánea.
A día de hoy, el club valencianista sigue siendo el cuarto club con más abonados del país, estando en la situación que está. Aunque eso no debería ser ningún mérito ni galón que colgarnos, somos así. Criticados por ejercer nuestro derecho y obligación de exigir por lo que es nuestro, mientras seguimos volando a la par del gran murciélago. Desde la antigua General de pié, pasando por Yomus, Gol Gran, la actual Curva Nord o las más de 500 peñas repartidas por el mundo.
Sólo hay que echar la vista atrás para darse cuenta de la gente que ha ayudado a hacer enorme a un club grande. Luis Aragonés, Rafa Benítez, Alfredo di Stéfano. De eso que marcan época, como el presidente Luis Casanova, al mando del club por casi 20 años. Dicen que del pasado no se vive, que a veces también es odioso mirarlo de nuevo. Pero te sirve para llevar al día la responsabilidad a tus espaldas, el orgullo de un escudo con historia y con futuro. Porque amores que matan -y mira que este mata- nunca mueren. Felicidades.
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