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Champions League

Una joya y mucho hormigón

La Juventus de Turín puso hoy pie y medio en las semifinales de la Champions League tras golear 3-0 a un Barcelona sepultado bajo sus errores defensivos y la falta de inspiración de sus estrellas.

El argentino Paulo Dybala dejó su sello con dos goles y Giorgio Chiellini completó la goleada en la ida de los cuartos de final del máximo torneo continental, tres tantos a favor de una Juventus que demostró tener un plan. Todo lo contrario que un Barcelona cada vez más lejos de su estilo más reconocible.

La primera parte ya fue una pesadilla para el Barcelona. La Juventus, muy bien armada desde atrás, tuvo tres ocasiones, pero todas ellas clarísimas. Y dos fueron gol. El conjunto azulgrana presentó su peor imagen y se fue al descanso con una sola ocasión y concediendo mucho en defensa.

La baja de Busquets por sanción fue una tragedia para el Barcelona. Cada llegada del conjunto italiano fue una invitación al gol porque ni Mascherano ni los centrocampistas supieron cómo controlar las incorporaciones rivales desde la segunda línea. En definitiva: se jugó a lo que quiso la Juventus.

El equipo italiano sólo tardó siete minutos en adelantarse. Dybala recibió solo en el área, se sorprendió de verse tan solo, nadie lo acosó y decidió colocar el balón junto al palo derecho de Ter Stegen. Así de sencillo, pues la calidad del argentino ya se le presupone.

El Barcelona tuvo su única ocasión de la primera parte a los 21 minutos con un espectacular pase de Lionel Messi que dejó a Andrés Iniesta solo ante Buffon. La parada del legendario capitán fue antológica. Y más que importante porque un minuto después llegó el segundo gol local.

Fue en una jugada que contó con la desatención de Mascherano. Llegó desde atrás Dybala y con un golpeo magistral desde el borde del área anotó su segundo gol. Si el argentino necesitaba una reivindicación de su categoría, ahí dejó dos goles de enorme clase.

La Juventus se convirtió en un equipo ultradefensivo, lo que no impidió que la única ocasión que quedó hasta el descanso fuera para los locales. Gonzalo Higuaín disparó y sacó Ter Stegen con dificultades.

Luis Enrique quitó en el descanso a Jeremy Mathieu, de nuevo desafortunado, y puso a André Gomes, pero pocas cosas cambiaron en el decorado del duelo. La Juventus siguió cómoda en su repliegue y generando mucho peligro con sus elegidas llegadas al área rival.

Todo se le complicó todavía más al Barcelona a los 55 minutos. Llegó un saque de esquina, Mascherano estuvo muy laxo en la marca y Chiellini remató a placer para alcanzar la goleada. Otro error defensivo del Barcelona, otro error de Mascherano.

El resto de la segunda parte fue un esfuerzo sin premio del Barcelona por marcar un gol que le devolviera a la eliminatoria. Un tanto azulgrana podía ser la diferencia entre el pase y la eliminación. Suárez la tuvo a los 68 minutos en un mano a mano que se le marchó por muy poco, pero esa ocasión fue un oasis.

La realidad es que el Barcelona no encontró la forma de romper el muro italiano. Le faltó velocidad y profundidad. Tampoco aprecieron sus estrellas. Messi, Neymar y Suárez apenas dejaron su sello de cracks mundiales en su paso por Turín.

El partido se fue con una Juventus agigantada y un Barcelona muy chico, incapaz de encontrar soluciones ofensivas. Se llevó otra goleada que le obliga a otra enorme remontada, como hizo en octavos ante el Paris Saint-Germain. Entonces volteó un 4-0, pero esta Juventus no parece un equipo de la misma condición que el francés.

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