UNA BARRERA QUE ROMPER

La Fórmula 1
anunció hace unas semanas la salida definitiva de las azafatas del paddock para
la temporada 2018. Liberty Media quiere renovar la imagen del ‘Gran Circo’,
otorgándole mayor visibilidad a los pilotos y poniendo a ‘Grid Kids’ (niños)
que cumplan ahora con esa función que realizaban las azafatas. Pero ¿qué papel
tienen las mujeres en la Fórmula 1 ahora? En los últimos años han llegado
pilotos como Tatiana Calderón, María de Villota, Carmen Jordá o Susie Wolff,
pero ninguna de ellas ha conseguido todavía subirse a un volante de Fórmula 1
durante una carrera. Han pasado más de 40 años desde que Lella Lombardi, la
única mujer que ha puntuado en un Gran Premio de Fórmula 1, disputara la última
carrera en la temporada 1976. Durante ese tiempo han sido muchas las pilotos
que se han subido a un monoplaza de Fórmula 1, ya sea para realizar test de
desarrollo o conducir durante unos entrenamientos libres, aunque todas ellas
comparten un mismo desenlace final: siguen sin poder dar el salto definitivo y
siguen sin contar con patrocinadores que les avalen.

Carmen Jordá ha
sido la última en crear polémica sobre el tema. La española habló la semana
pasada sobre las dificultades que tienen las pilotos, destacando los problemas
físicos que pueden llegar a tener a la hora de subirse a un coche: “Las mujeres
tenemos una gran barrera física para estar en la Fórmula 1, es una categoría
que exige mucho físicamente. En cambio, existen categorías como la F3 o la
Fórmula E donde la exigencia física es menor y las mujeres tenemos menos
problemas para conseguir resultados”, comentaba la piloto alicantina. Muchas
personas del paddock se tomaron mal las palabras de Jordá, que no ha parado de
recibir críticas en las últimas horas por las desafortunadas declaraciones que
realizó para ESPN.

Sin embargo, el
papel de la mujer en la Fórmula 1 ha ido creciendo con el paso de los años.
Claire Williams, jefa adjunta de la escudería Williams F1, o Monisha Kaltenborn,
ex directora del equipo Sauber durante las temporadas 2016 y 2017, han sido dos
claros ejemplos de que la capacidad que tienen las mujeres para llevar una
escudería es totalmente igualitaria a las de un hombre. En el asfalto sigue
habiendo atisbos de esperanza con Tatiana Calderón, la última promesa del
automovilismo, que será piloto de pruebas de Alfa Romeo Sauber esta temporada.

La Fórmula 1 es un
mundo complicado, sobre todo para los pilotos que no cuentan con patrocinadores
adinerados o con una chequera en blanco para subirse a un coche. Todo eso, unido
a la gran competitividad que hay y a las escasas oportunidades que ofrecen las
escuderías, hacen que veamos todavía muy lejano el día en el que debute una
mujer en un Gran Premio. Las barreras están para romperlas. Y algún día, no muy
lejano, se romperá.