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Un Tigre vuelve al verde

Tiempo atrás, un decimoquinto puesto en un evento vacacional en Bahamas hubiera sido una catástrofe para Tiger Woods. Pero después de 15 meses de ausencia y tres operaciones de espalda que pusieron en duda su futuro en el golf, el astro estadounidense celebró el resultado como una victoria.

Más allá de la posición final, la espalda y su físico demostraron que están en condiciones de aguantar la alta competencia y esa es la mejor noticia que podía recibir el ex número uno del mundo.

«Se siente muy bien poder estar aquí afuera y medirme otra vez con los mejores del mundo«, dijo visiblemente aliviado Woods tras cuatro intensos días. «Extrañaba el golf. Amo este deporte«.

El ganador de 14 «majors» concluyó en el puesto 15 entre 18 participantes en el certamen que su propia fundación patrocina. En el paradisíaco Albany Golf Club estuvieron los mejores del mundo y Woods no desentonó, más allá de una floja última vuelta de 76 impactos que le hizo perder cinco posiciones. En especial, su espectacular segunda ronda de 65 le ratificó que puede estar otra vez en la elite.

Fue, sobre todo, un triunfo frente a las dudas propias y ajenas. Cuando se sometió a su tercera intervención en la espalda, muchos expertos no dudaron en vaticinar el fin de su era.

E incluso el propio Woods expresó sus dudas sobre la posibilidad de regresar a los 40 años. Hubo días, según confesó el estadounidense, en los que no podía levantarse de la cama por sus propios medios.

Woods y Matsuyama | Getty

Woods y Matsuyama | Getty

Pero la superestrella del golf no bajó las brazos y tras un duro trabajo con sus fisioterapeutas y varios regresos postergados, finalmente retornó. «Ha sido un año muy, muy difícil«, recordó Woods, quien cayó hasta el puesto 898 del ranking mundial.

El lugar de su regreso no fue casual. Como anfitrión del pequeño pero selecto certamen que reunió a 18 de los mejores del planeta, Woods se sintió muy a gusto. En cada jornada, sonrió permanentemente y bromeó con amigos, aficionados y colegas en el campo. Y tras algunos buenos putts, incluso dejó ver su tradicional puño apretado.

Pero en la última jornada, en la que algunas fallas le hicieron perder terreno, el estadounidense frunció el ceño. El jugador ambicioso y perfeccionista estaba también de regreso. «Necesito aceitar mi juego», reconoció con algo de enfado antes de valorar lo positivo del fin de semana.

El estadounidense terminó a 14 golpes del japonés Hideki Matsuyama, que superó por dos golpes al sueco Henrik Stenson, campeón del Abierto Británico, y se embolsó un premio de un millón de dólares.

Sus rivales también se mostraron felices de poder tener de vuelta a Woods. «Es genial poder verlo jugar otra vez. Y sobre todo, que esté otra vez saludable«, dijo Stenson. «Quiero verlo en las competencias«.

También Jordan Spieth, campeón del Masters y el US Open, se mostró feliz por el regreso de su compatriota. «Esto es realmente interesante para nosotros y para todo el deporte«.

Cuándo y dónde será el próximo torneo de Woods, aún es una incógnita. «Me voy a quedar aquí un par de semanas para trabajar con mi fisio», anunció. El objetivo inmediato del ex número uno del mundo es recuperar el ritmo de entrenamiento tras la extensa pausa y luego elaborar un «plan inteligente» para su reinserción. El golf lo espera con los brazos abiertos.

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