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Fútbol femenino

Un terremoto llamado Athenea

El Real Madrid ha jugado cuatro partidos oficiales en lo que llevamos de temporada. Los rivales, Levante, Manchester City en dos ocasiones y Atlético de Madrid. En todos ellos hay un denominador común: Athenea siempre fue titular y siempre dejó su huella. Tanto en una victoria histórica como en una dolorosa derrota, si preguntas a un aficionado madridista sin duda se quedará con el desparpajo de esta joven futbolista que ha aterrizado de pie en la capital española. Vaya que sí.

Athenea del Castillo (Solares, Cantabria, 2000) es un terremoto en el campo. Fuera de él, habla con tranquilidad, con una sonrisa y con una sensación permanente de tener las cosas claras. Impresiona sobre todo la madurez, lo que ha crecido desde su debut en Primera División hace dos años hasta ahora, con su primera convocatoria con la Selección de forma directa. “Por suerte estoy quemando etapas muy rápido. En el Dépor es todo muy familiar, allí aprendí muchísimo. Fueron los que me dieron la oportunidad de debutar en Primera División, y esa cercanía hizo que yo pudiese explotar. Estaba en un sitio en el que era feliz, muy muy feliz. Se notó que rápidamente me pude adaptar y ayudar al equipo. Y ahora en el Madrid más de lo mismo, tanto mis compañeras como el cuerpo técnico son gente bastante cercana y me estoy adaptando lo antes que puedo porque aquí no hay tiempo que perder”.

La cántabra no ha dado margen a la duda. El Deportivo sudó lo indecible para hacerse con su fichaje desde el Racing de Santander, donde ya se había convertido en una de las grandes promesas del fútbol femenino español. Las expectativas estaban muy altas porque el proceso fue largo y costoso, pero las superó todas con creces, siendo clave en el equipo revelación con 18 años recién cumplidos. En el segundo año el contexto cambió, y la permanencia pronto se convirtió en una quimera. Fue ahí, en los peores momentos, donde se vio el compromiso de una jugadora singular, capaz de jugar partidos con una rotura de fibras o marcar dos goles al Rayo con el tobillo hinchado.

“Te tienes que adaptar. Cuando el equipo no tiene presupuesto o se apuesta más por el equipo masculino que por nosotras tienes que ser consciente de que si el equipo te necesita tienes que estar. Por suerte en esas lesiones aguantaba bien el dolor. Sí que notaba algo, tampoco te voy a mentir, pero intentaba ayudar al equipo. Fuimos todas a una, y no pudo ser”. Fui ahí, en los momentos más duros, en el tramo final de la temporada, cuando supo que estaba preparada para dar el salto. “Me di cuenta de que podía salir a un equipo grande. Que en muchas situaciones de las que vivimos el año pasado me consideraba una de las personas que tiraban del carro. Y si no podía seguir creciendo en el Dépor la mejor opción era el Real Madrid”.

Del descenso a ‘Regathenea’

Por entonces, pese a jugar en un equipo que marchaba entre los cuatro últimos puestos del campeonato, Jorge Vilda ya la tenía bien apuntada en la agenda. Athenea es otra de esas futbolistas con un perfil distinto que la Selección va pidiendo a gritos. Ya sea como titular o revolucionando el partido desde el banquillo, la velocidad, el llegar a línea de fondo, la forma de encarar… Lo tiene todo para destacar. Ante Islas Feroe fue un tormento absoluto para una defensa que encajó diez goles.

“La verdad que me sentí muy bien. Jorge siempre te da buenos consejos, al final ya había trabajado con él cuando ganamos el Europeo con la sub-19. Me dijo que fuese yo, que hiciese lo que llevo haciendo hace mucho tiempo, ese uno para uno… nada que no haya hecho en otro momento”, señala Athenea. Hasta ahora, siempre que había acudido a una lista de la Roja había sido por lesión de una compañera. En esta ocasión estaba desde el principio. “No es que me sienta más valorada, porque al final Jorge también contaba conmigo cuando estaba en el Dépor, pero me lo tomo con ilusión. Es cierto que es un plus más. Estaba muy feliz de entrar en la lista por primera vez de 23 jugadoras y hay que  trabajar para que me lleguen más oportunidades”.

La vida de Athenea ha dado un vuelco en lo profesional. De jugar en un equipo que acababa de descender a Segunda División a ser titular con el Madrid y con la Selección en los primeros partidos de la temporada. “Cuando fiché por el Madrid sí que es verdad que es un poco incertidumbre. Vienes de un equipo como el Dépor, que acaba de descender, a uno con jugadoras de muchísimo nivel, también los fichajes. Pero yo sabía que lo que tenía que hacer era trabajar, ser como yo soy. Sabía que las oportunidades iban a llegar. Creo que estoy cumpliendo con las expectativas que todo el mundo tenía hacia mí. A partir de ahí seguir entrenando, aprender cada día un poco más de todas mis compañeras, intentar aprovechar las oportunidades que me dé David al máximo, y si Jorge quiere contar conmigo, pues lo aprovecharé. Al final aquí estoy rodeada de las mejores jugadoras de Europa y tengo mucho que aprender todavía”.

Athenea no entiende de presiones. “Yo juego al fútbol porque es lo que me gusta y lo que me da la felicidad. En el momento en el que note presión o algo parecido será que no estoy disfrutando todo lo que me gustaría”. Al Madrid han llegado jugadoras como Nahikari García, Esther González o Lucía Rodríguez, estrellas contrastadas en la Primera Iberdrola y en la Selección pero que todavía no han brillado excesivamente en sus primeros partidos, algo que la jugadora cántabra cree que va a cambiar pronto. “Entendemos que ahora estamos en un club grande, que las expectativas están muy altas, pero creo que el equipo está tranquilo, va a seguir trabajando porque esos objetivos lleguen. Esta plantilla va a trabajar duro en las cuatro competiciones e intentar conseguir algo grande entre todas”.

Su atrevimiento, la constante búsqueda del uno por uno en banda y su poderosa calidad técnica le ha hecho ganarse muy pronto a la afición blanca, hasta el punto de quedarse con el apodo de ‘Regathenea’.”Me lo dijo mi madre, yo no lo sabía. Mi padre sí que suele venir más a ver los partidos tanto cuando son en Madrid como en otra comunidad autónoma. Pero mi madre no viaja y los ve por Real Madrid Televisión. Y me dice: “Bua, no sabes cómo te llaman” (risas). Como ellos quieran, yo no tengo ningún problema”, dice con una sonrisa.

Empezar así la temporada en la que se divisa una Eurocopa al final de la misma aviva el sueño de estar en la gran cita continental. “Voy a intentar estar. Es un sueño que tenemos todas y cada una de las jugadoras. Yo voy a trabajar en mi club todo lo posible para matizar esos detalles, encontrar mi mejor versión e intentar recibir la llamada de Jorge. A partir de ahí entrenar al máximo, decirle que quiero estar, que quiero un hueco. Se lo voy a poner difícil”. A este nivel, se lo está poniendo facilísimo.

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Imagen de cabecera: @realmadridfem

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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