Se llama Mark Horton y en la pasada edición de los Juegos Olímpicos en Río 2016 se hizo con la medalla de oro en 4×400 con el equipo australiano. Lo que ignoraba por completo es que tenía cáncer de piel.
Lo supo gracias a un aficionado que mandó un email al servicio médico del Melbourne Vicentre, club en el que compite, para avisar del cambio brusco en un lunar de su pecho. Había cambiado de forma y estaba más oscuro.
Gracias a ello, Horton fue intervenido de ese lunar maligno y está a la espera de los resultados de la biopsia. «Esta persona debe ser un especialista que me vio en la televisión durante los Juegos de Río», declaró el australiano.