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Fútbol Internacional

Un bonito camino

Una historia es un conjunto de acontecimientos y hechos que transcurren en un lugar y periodo de tiempo determinado. Las historias se componen por tres partes, que son  el inicio, el cuerpo y el desenlace. Sin embargo, para que un suceso pueda llegar a convertirse en una historia, es esencial que unos personajes desarrollen un conflicto y entren en acción.

Hoy venimos a contaros la historia de Marruecos en el Mundial de Qatar, una selección que logró lo impensable para la gran mayoría de nosotros. Hoy venimos a contaros como Los Leones del Atlas se convirtieron en la primera selección africana en alcanzar la semifinal de un Mundial.

Todo comienza este agosto con Walid Regragui. Nacido en Francia y de padres marroquíes, Regragui es uno de los muchos emigrantes que no olvidan sus raíces. Se convirtió en futbolista profesional en 1998, donde llegó a jugar 52 partidos con su selección, la marroquí. Ya en 2012, Walid Regragui empezó su carrera como entrenador profesional y, en agosto de 2022, tomó las riendas de Marruecos para dirigirlos en el Mundial de Qatar.

Su camino empezaba probablemente en el grupo más difícil, en el que estaban la subcampeona (Croacia) y la tercera clasificada (Bélgica) del Mundial de Rusia de 2018. Sin embargo, el combinado marroquí no mostró ni un atisbo de debilidad. El 23 de noviembre jugaban su primer partido contra Croacia, donde cosecharon un empate contra la actual subcampeona.

Más adelante iban a ganar sus otros dos partidos de la fase de grupos. El 27 de noviembre lo hacían contra Bélgica, logrando vencer a Los Diablos Rojos por 0-2 y el 1 de diciembre contra Canadá, donde ganaron por 1-2. Los marroquíes quedaron primeros de grupo con 7 puntos y ya miraban a su próximo rival de octavos de final, España.

El Marruecos vs. España fue un partido trepidante. Los de Luis Enrique dominaban el control del esférico, pero no el partido, ya que se jugó a lo que Marruecos quería. Finalmente, el partido terminó en empate y el pase a cuartos de final se decidió en la tanda de penaltis. Ahí apareció Yassine Bounou, el portero marroquí que atajo dos penaltis y les dio a él y a su equipo el pasaporte para los cuartos de final.

Marruecos conformaba un bloque defensivo muy sólido. Tan solo habían encajado un gol en los cuatro partidos que habían disputado. Ahora se enfrentaban a Portugal en los cuartos de final, un equipo plagado de estrellas que brillaban por si solas. Sin embargo, lo volvieron a hacer. Los Leones del Atlas ganaron a los portugueses por 1-0 con el gol de Youssef En-Nesyri. De esta manera, Marruecos se reivindicaba. No solo tenían un gran bloque defensivo, sino que también tenían jugadores que podían marcar diferencias en su juego, como el propio En-Nesyri, Achraf Hakimi, Hakim Ziyech o Nordin Amrabat

Tras esa victoria, Marruecos hacía historia. Nunca antes una selección africana había llegado a las semifinales de un Mundial. Ahora se veían las caras con la actual campeona, Francia. El esfuerzo físico les pasó factura y los marroquíes contaban con varios lesionados, sobre todo en la defensa. A pesar de ello, dieron la cara en un partido que se les complicó desde el principio. Finalmente, perdieron el encuentro por 2-0 y su sueño se terminaba.

Pero la historia no termina aquí. El desenlace lo desconocemos, pues Marruecos aún puede soñar con el tercer puesto. Se enfrentarán por segunda vez en este Mundial a Croacia, pero esta vez lo harán por el tercer escalón del podio. Pase lo que pase, Marruecos ha hecho historia y, lo más importante es que esta selección ha hecho que todos sus compatriotas se sientan orgullosos de quienes son y de donde vienen.

Imagen de cabecera: GettyImages

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