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¿Un año de transición en los Warriors?

La vuelta de los Golden State Warriors a San Francisco no está siendo ni mucho menos como se esperaba. Las importantes bajas sufridas en verano y la caída de sus estrellas por lesiones de gravedad han hecho del arranque de temporada de los californianos una pesadilla. En un Oeste más salvaje y abierto que nunca, ya hay quien piensa que lo mejor sería tirar la campaña y pensar en la 2020-21

El vetusto Oracle Arena ha dejado paso al ultramoderno Chase Center tras el mejor lustro de la franquicia: tres anillos, dos subcampeonatos y el reconocimiento como uno de los mejores equipos de baloncesto de todos los tiempos. Pero el fantasma del verano de 2019 pululaba por la Bahía desde que acabaron las Finales. Ahí ya se vislumbraba en el horizonte el momento en el que Kevin Durant y Klay Thompson se iban a convertir en agentes libres. Y en 2020 iba a ser el turno de Draymond Green.

Bob Myers no se complicó la vida con respecto a Thompson y le ofreció un contrato máximo (cinco años y 190 millones de dólares). La lesión en el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda tendrá KO al escolta muchísimos meses, pero eso no era excusa para andar rateando dólares. Quien tampoco se complicó fue Green. El ala-pívot parecía dispuesto a salir al mercado en 2020, pero viendo cómo las lesiones han rebajado considerablemente el caché de otras estrellas agentes libres (DeMarcus Cousins, Isaiah Thomas) optó por firmar una extensión por cuatro años y cien kilos ahora que la salud le respeta.

Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green han sido el alma de Golden State a lo largo de todos estos años y su continuidad garantizaba mantener la esencia en la mudanza a San Francisco. Pero no se pude tener todo en esta vida.

El que tenía muchas papeletas para irse era Durant. En la Bahía cumplió con creces su objetivo de ser campeón (dos veces, fundamental en ambas) y lo más probable era que buscara un equipo en el que fuera no sólo el líder deportivo, sino también el espiritual. Y eso último en los Warriors lo tenía muy difícil. Así que KD dio por finalizado su ciclo en California y fichó por los Brooklyn Nets. No iba a ser la única marcha importante.

SAN FRANCISCO, CALIFORNIA – NOVEMBER 04: Eric Paschall #7 of the Golden State Warriors talks with head coach Steve Kerr during their game against the Portland Trail Blazers at Chase Center on November 04, 2019 in San Francisco, California. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and or using this photograph, User is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement. (Photo by Ezra Shaw/Getty Images)

Andre Iguodala y Shaun Livingston dijeron adiós a los Warriors tras ser traspasado y cortado, respectivamente. Nada personal, sólo negocios: fueron movimientos hechos con el fin de cuadrar cuentas. Gran parte del resto del cuestionado fondo de armario también hizo las maletas (Jordan Bell, Jonas Jerebko, Alfonzo McKinnie, Damian Jones, Andrew Bogut, Quinn Cook).

La marcha de DeMarcus Cousins era algo de esperar, pero no siguió el guion previsto. El plan era que Boogie se recuperara sin prisa del tendón de Aquiles, ganara un anillo y se fuera con un gran contrato bajo el brazo, pero ha acabado sin ser campeón en los Lakers por tres millones y con una nueva lesión de gravedad.

Para compensar la salida de Kevin Durant y cubrir la convalecencia de Klay Thompson llegó D’Angelo Russell en calidad de estrella. El resto han sido todo fichajes de perfil medio-bajo: Willie Cauley-Stein, Glenn Robinson III, Omari Spellman, Alen Smailagić, Alec Burks y Marquese Chriss. Jugadores todavía jóvenes pero que no han demostrado prácticamente nada de lo que se les presuponía.

La pretemporada dio señales de lo largo que se le podría hacer el año a Golden State. Y llegado el inicio de liga, se confirmaron: derrotas, mal juego tanto en ataque como en defensa y, otra vez, lesiones. Burks y Cauley-Stein tardaron casi un mes en debutar y para colmo, Aron Baynes aterrizó con sus 117 kilos de peso sobre la mano de Stephen Curry. Resultado, tres meses de baja para el dos veces MVP de la NBA. En seis partidos, incluyendo las últimas Finales, tres lesiones graves de tres estrellas (KD, Klay y Curry).

Por primera en muchísimo tiempo, la posibilidad de quedar fuera de Playoffs es real. Pero los directivos de los Warriors no quieren ni oír hablar ni de tanking. El trimestre sin Curry será decisivo para sus opciones de postemporada. D-Lo, hasta el momento discreto, tendrá que dar el paso y ser el líder ofensivo, escoltado por un Draymond que tendrá multiplicar sus esfuerzos a ambos lados de la cancha. Y a los Robinson, Chriss y compañía no les quedará otra que espabilar, porque su inicio de temporada ha sido muy flojo.

Quién les iba a decir a los Warriors que su nueva era en The City iba a tener un inicio tan lleno de problemas. En el Chase Center están viendo a un equipo se parece más al de finales de los años noventa y principios del siglo XXI que al del último lustro. Acaba de empezar, pero este ya parece un año tirado por la borda. Así es la NBA.

Periodismo UCM. NBA en @SpheraSports y Sporting en La Voz de Asturias (@sporting1905).

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