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Norteamérica

Un amistoso histórico

Cuando Maynor Hernández, un ciudadano estadounidense común y corriente, se enteró de que la selección de Estados Unidos jugaría contra Cuba un partido amistoso después de casi 70 años, no lo dudó e inmediatamente compró un billete de avión para vivir este paso de diplomacia deportiva entre dos antiguos enemigos políticos.

«El fútbol une los dos países. Me encanta estar aquí, y me gusta este calor, que es una unión tremenda entre estos dos países», contó a dpa Hernández, quien viajó junto a varios familiares.

El partido era amistoso y sin puntos en disputa, pero el encuentro hizo historia al prestar un servicio a la política, en el marco del conflicto ideológico que durante décadas enfrentó a ambos países. La diplomacia deportiva estuvo representada en las gradas por Jill Biden, esposa del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien animó a la selección estadounidense junto al recién elegido embajador de Washington en La Habana, Jeffrey De Laurentis.

Antes del encuentro, el entrenador Raúl Mederos, que debutaba en el banquillo, tenía claro la evidente desigualdad entre ambos equipos, por lo que pidió a sus jugadores que saliesen «a dar la cara». La selección cubana salió con empuje y buscó la puerta durante los primeros 45 minutos. El centrocampista Hérnandez tuvo una de las ocasiones más claras delante del portero Ethan Horvath, quien atajó bien.

Cuba lo siguió intentando en varias oportunidades, pero le faltó definir en el área chica, una vez por la buena actuación de Horvath y otras por la ayuda de los palos. Al descanso se fueron con empate a cero, pero en la segunda parte, el alemán Jürgen Klinsmann hizo varios cambios y entre los que salieron al terreno, Chris Wondolowski anotó el primer tanto para Estados Unidos en el minuto 62.

Cuba no se vino abajo y desde las gradas miles de estudiantes agitaban las banderas cubanas que fueron repartidas en el mismo estadio. Los cubanos no dejaban de gritar «¡Sí se puede! ¡Sí se puede!». Pero a pesar de los intentos, Cuba no tuvo acierto y varios cabezazos se estrellaron contra el palo en algunas de las ocasiones más claras de gol. Estados Unidos impuso su superioridad en el campo y en el minuto 71 Julian Green consiguió el segundo gol al rematar un centro de Wondolowski dentro del área.

Se cumplió el pronóstico y Estados Unidos sumó una nueva victoria a su historial contra Cuba. En 12 encuentros, se ha impuesto en 10 ocasiones y Cuba mantiene como su única victoria el 5-2 que consiguió en 1947, a lo que suma apenas un empate.

Pero lo sucedido en el césped y el resultado fueron secundarios, la importancia de este partido era simbólica y se vivió en las gradas del Estadio Pedro Marrero. Entre tanta bandera cubana, también había algunas de Estados Unidos, incluso alguna agitada por aficionados cubanos como Manuel Díaz, quien dijo a dpa que sueña con viajar a Estados Unidos porque allí está el mejor deporte del mundo.

A él se sumó Luis Enrique Reyes. «Apoyamos el deporte americano, no tenemos nada en contra de nuestro país, pero el mejor deporte del mundo está en Estados Unidos», aseguró a dpa, mientras se abrazaba a la bandera de las barras y las estrellas.

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