Hubo un tiempo en el que España poseía la mejor defensa del mundo. En 2010, año en el que la selección conquistó el Mundial en Sudáfrica, la zaga estaba formada por Ramos, Piqué, Puyol y Capdevila. En el banquillo, hombres fiables como Javi Martínez, Albiol -en su momento, titular con el Real Madrid-, Arbeloa y Carlos Marchena. La Roja encajó sólo dos goles a lo largo del campeonato, ambos en fase de grupos.
España dejó su portería a cero en octavos, cuartos, semifinales y final. Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda, combinados con un ataque de considerable nivel, fueron incapaces de perforar la meta custodiada por Casillas. Era muy difícil crear ocasiones a los de Del Bosque, que jugaban como nadie, pero también defendían como nadie. En la Eurocopa 2012 incluso mejoraron el registro, con un sólo gol encajado, en el primer partido.
Sin embargo, conforme han ido pasando los años, la retaguardia ha perdido fuelle. Hombres como Marchena o Puyol dejaron la selección, y sólo Ramos, que demostró ser mejor central que lateral, estuvo a la altura de lo que se esperaba. Junto a Piqué, estaban destinados a formar una pareja con un futuro envidiable. ¿Pero qué pasaría si bajaban el nivel? ¿Si se lesionaban? ¿Quiénes les cubrirían las espaldas?
Han pasado varios centrales por la selección desde entonces, pero ninguno se ha acercado a la categoría necesaria. Álvaro Domínguez, Íñigo Martínez, Nacho Fernández, Bartra, San José y ahora Etxeita no son los mejores recambios para unos titularísimos que no pasan por su mejor momento. Del Bosque tiene mucho donde elegir, sí, pero… ¿Llegaría a acertar? Otros centrales que se han quedado en el limbo son Álvaro González (Espanyol), Víctor Ruiz (Villarreal), Fontás y Sergi Gómez (Celta), Arribas (Deportivo), Iván Ramis (Eibar), Raúl Albentosa (Málaga), Diego Llorente (Rayo), Alexis Ruano (Getafe), David Lombán (Granada), Iván Marcano (Oporto), Alberto Botía (Olympiakos), Sergio Sánchez (Panathinaikos), Alejandro Gálvez (Werder Bremen), Marc Muniesa (Stoke City) o Chico Flores (Lekhwiya). Prácticamente ninguno da el perfil.
Piqué, Etxeita, Nacho y Bartra, los centrales de Del Bosque
El futuro es menos prometedor en la categoría inferior más inmediata. Albert Celades sólo ha incluido dos centrales puros en la lista de la sub-21, ambos de 18 años. Jesús Vallejo y Jorge Meré apuntan a grandes zagueros, pero han tenido que dar el salto demasiado pronto debido a la escasez de buenos defensores. El primero ya porta el brazalete de capitán con el Zaragoza y el segundo está teniendo minutos con el Sporting en Primera. Su evolución se asemeja a la de Ramos y Piqué -Vallejo ya es propiedad del Madrid- y es probable que los veamos en la absoluta muy pronto, algo que podría afectar seriamente en su crecimiento.
Mientras tanto, la selección presenta un bagaje contraditorio de goles encajados. En el pasado Mundial de Brasil, España encajó siete goles, todos en fase de grupos, siendo eliminada a las primeras de cambio. En la fase de clasificación para la Eurocopa, la Roja encajó tres goles en los dos primeros partidos -uno de Macedonia y dos de Eslovaquia- sufriendo una derrota en el segundo que supuso ceder el primer puesto durante casi un año. Tiene gracia, pues en los siguientes seis partidos, los de Del Bosque no han encajado un sólo gol y han recuperado el primer puesto.
Pero ante rivales de mayor peso, el combinado nacional sí ha demostrado perder solidez. Se vio en el Mundial y también en los siguientes cuatro amistosos disputados ante Francia, Alemania, Paises Bajos y Costa Rica. Tres derrotas y una victoria, cinco goles encajados.
Contra Luxemburgo y Ucrania no será un problema, a pesar de las bajas de última hora de Sergio Ramos e Íñigo Martínez. Piqué, Bartra, Etxeita y Nacho formarán una defensa inédita pero preparada para afrontar dos partidos ante rivales asequibles. El problema está en Francia, en la Eurocopa. A sólo ocho meses vista, hay un agujero en España.