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Espanyol

Thriller

A Rubi se le ha llegado a preguntar lo inimaginable en rueda de prensa. Su temporada ha llevado unos cauces tan convulsos que pasó de poder luchar por el título a notar la lava del descenso. Y gracias. Sin embargo, el conjunto catalán salió de la quema y ahora se le vuelve a cuestionar por temas agradables, como retornar al conjunto catalán a Europa tras una década de desencanto. Si alguien quiere hacer una serie de televisión que piense en el Espanyol. No sería cara y traería de regalo un extra de drama. Y eso nunca va mal.

El equipo de Rubi ha ido matizando sus registros hasta poder encontrar un esquema que ha podido transformar a Óscar Melendo en lo que es en la actualidad: uno de los mediapuntas más prometedores de la competición. El de Sant Adrià del Besòs, a pesar de su corta estatura, tiene fútbol en sus botas para zarandear todos los encuentros en los que el Espanyol se atasca. Tras fluctuar entre el interior y el extremo en el 4-3-3 del prólogo del curso, Melendo ahora fiscaliza gran mayoría de los encuentros porque está mucho más cómodo con el rombo que disponen los pericos en sala de máquinas. Ya sea en 4-4-2 o en 5-4-1, al canterano se le hacen cortos los partidos; disfruta de su conducción y la pide constantemente. Cuando todos se esconden, él no agacha la cabeza. Eso, con 21 años, tiene mucho mérito.

Otro futbolista que ha pasado del filial a ser alfa y omega de la disposición de Rubi es Adrià Pedrosa. No tener un extremo delante que le pueda atar en situación de ataque le obliga a percutir constantemente en la zaga contraria. Su potencia le convierte en un puñal casi imparable, ya que llega con fuerza desde atrás. Si el lateral que le defiende está parado solo puede salir un resultado: el regate. Sus últimos choques han disparado su precio, demostración de lo que es el fútbol moderno: hace un mes hubo gente buscando su destierro y hoy se lo rifan. 

Con la confirmación de la continuidad de Mario Hermoso y con David López en el gimnasio, dispuesto a recuperarse rápidamente, al Espanyol se le avecina otro mercado importante. Como en las elecciones electorales, toda ventana de transferencia se presupone clave, pero esta puede ser la confirmación de un proyecto que el año que viene debería afianzarse; simplemente por tener doce meses de experiencia en el que se ha vivido de todo. Con un Wu Lei adaptándose a la vida en Barcelona y con Borja Iglesias recibiendo balones de Sergi Darder, al que le falta, quizás, algo más de regularidad, el Espanyol no debería sufrir tantos mareos la próxima temporada. Sin serie de televisión, pero con la mirada puesta en sellar el pasaporte y darse otra vuelta por Europa. 

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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