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Bundesliga

Tema 7: El feudalismo

A día de hoy ya nos hemos acostumbrado, pero no, no es normal. Lo que el Bayern de Múnich está haciendo sobre el césped no es para nada normal. Cuando las bestias que tienen en el campo meten uno o dos goles, un olor a sangre invade el estadio y una tensión difícilmente explicable se palpa en el ambiente. Es una mezcla de sensaciones que aúna la admiración hacia la plantilla, la emoción de querer ver otra goleada made in Germany y la empatía con el rival, porque a nadie le gustaría estar en su lugar.

El dominio a nivel mundial del que están disfrutando hoy en día, se basa en años de trabajo y en una notable gestión desde los despachos. Porque ahí es donde todo comienza, en los despachos. El Bayern de Múnich tiene unos ingresos muy por encima del resto de equipos de la Bundesliga, aún siendo esta una liga en la que el reparto económico de los derechos televisivos es bastante equitativo. Esta superioridad económica les permite fichar mucho, y más caro que a los demás equipos alemanes. Todo ello sumado a un aparente temor a que algún equipo de la competición nacional les arrebate la corona, lleva al equipo bávaro a fichar casi todos los años algunos de los grandes jugadores que otros equipos alemanes consiguen poner en lo más alto.

Da igual si es un jugador ya asentado en el panorama internacional como fue en su día Mario Götze, o si se trata de una gran promesa con muchas expectativas de futuro como era Joshua Kimmich cuando firmó con el Bayern, lo único cierto es que, mientras otros equipos hacen miles de kilómetros para buscar fichajes provechosos, ya son varios los casos en los que el Rekordmeister localizó en su radar grandes jugadores en el territorio nacional.

Esta estrategia les ha llevado a conformar un 11 inicial (1-4-3-2-1) que, aunque es variable gracias a su equilibrada plantilla, podríamos configurarlo de la siguiente manera: en portería, indiscutible, Manuel Neuer; como defensas Davies, Alaba, Sule y Pavard; un doble pivote con Kimmich y Goretzka; línea de tres con Gnabry, Müller y Sané; y Lewandoski como delantero centro. De este 11 inicial, siete fueron traspasados de equipos de la Bundesliga: Neuer y Goretzka desde el Schalke 04, Sule desde el Hoffenheim, Pavard y Kimmich desde el Stuttgart, Gnabry desde el Werder Bremen y Lewandoski desde el Borussia Dortmund.

A esta lista podemos añadir otros nombres que a día de hoy no se encuentran en la plantilla como Mario Götze y Hummels (Dortmund), Mandzukic (Wolfsburgo) o el más reciente, Dayot Upamencano, procedente de la factoría Red Bull (RB Leipzig) y que se incorporará para la temporada 21/22.

La comparativa con el feudalismo se hace sola: campesinos obligados a pagarle un décimo del total de la cosecha al señor feudal a cambio de dejarles trabajar sus tierras. El Bayern, ejerciendo de señor feudal de la Bundesliga, simplemente elige los jugadores con los que se va a quedar cada temporada y los reclama, porque hoy, de crisis económica y deudas no toca hablar.

Pero su éxito no se debe única y exclusivamente al dinero. La realidad es que, en los siete fichajes del posible 11 titular que se planteaba anteriormente, la cúpula bávara ha gastado en torno a 100 millones de euros. Teniendo en cuenta que la suma de su valor de mercado según Transfermarkt es de 380 millones, todo el mundo debe estar de acuerdo en que fue un dinero muy bien invertido, y no solo a nivel económico sino que esta misma plantilla hizo historia consiguiendo el ansiado sextete, hazaña que solo había logrado el Barça de Guardiola en su época dorada.

Por lo que parece, el Bayern va a seguir fichando puertas adentro consiguiendo así un doble objetivo: reforzarse con jugadores top mundial y evitar que cualquier equipo alemán dé la sorpresa, porque recordemos que en Alemania solo puede haber un señor feudal: el Bayern de Múnich.

Imagen de cabecera: (KERSTIN JOENSSON/AFP Getty Images)

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