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Sporting 3-1 Granada: lo mejor, lo peor y las notas

Joel Sierra @_JoeLSierra_ 19-03-2017

La vida por duplicado, en juego en un Molinón lleno hasta la bandera. Tras el punto del Leganés por la mañana, el partido de Gijón se convertía directamente en toda una temporada para ambos, en una opción para recortar puntos al equipo al que tanto Sporting como Granada quieren dar caza desde hace meses, en seguir bordeando las puertas del abismo del descenso, o en poner ya un pie en el quicio, situarse a más de dos partidos de distancia de la permanencia y quedar prácticamente a la espera de la indeseada jornada de caducidad.

El Granada entró mejor al choque, con unas intenciones más concretas ante un conjunto rojiblanco que se afanaba por plantarse en tres cuartos de cancha, pero que topaba una y otra vez con el intenso repliegue nazarí. Isaac Cuenca y Andreas Pereira gozaron de las primeras ocasiones por parte del equipo de Lucas Alcaraz, a quien además le anularon un tanto por falta en el salto de Ingason, en un remate de cabeza ante Vesga que había acabado dentro de la red defendida por Mariño.

Desde entonces, la superioridad del Granada fue dejando paso a la intensidad ofensiva local y al enorme protagonismo de un ‘Memo’ Ochoa, a quien incluso llegó a dibujársele una aureola sobre la cabeza, como si la misma Virgen de Guadalupe estuviese con él bajo los palos de El Molinón. El mexicano las sacó todas y de todos los colores hasta el descanso. Primero, ante un disparo cruzado de un Burgui que se estaba poniendo las botas en el pasillo entre Foulquier y Saunier. Acto seguido, en el 21′ y en el mismo córner provocado por la acción anterior, realizó una estirada tremenda ante el testarazo de Babin. Y en el 24′, le detuvo un mano a mano a Víctor Rodríguez. Una acción que repitió en el 37′ tras volver a desviar y a aguar el gol del ex del Getafe en otro uno contra uno, si cabe más franco, que acabó estrellado en el poste. Sencillamente, descomunal.

Como en una repetición del inicio del partido, el conjunto andaluz salió con más empaque y voluntad de generar peligro que su rival en la segunda mitad y esta vez, el gol de Ingason sí iba a subir al marcador. Un centro venenoso de Andreas Pereira, del que parece que sale todo lo productivo de este Granada, encontró el pie del islandés en el primer palo para el 0-1 en el minuto 51. El plan era cristalino entonces para los de Alcaraz: bloque bajo y robo y salida frenética cuando fuesen estos posibles. Sin embargo, todo se torció.

Rubi reaccionó con premura y envió al campo a Lacina Traoré. Y el gigante marfileño iba a cambiar el encuentro, ya que en el primer balón que tocó, convirtió a puerta vacía el gol del empate a la hora de partido, tras un error tremendo de la zaga nazarí, que permitió un pase frontal a su espalda demasiado fácil, y el regalo de Burgui en el dos contra uno ante Ochoa.

El Sporting volvía a envalentonarse y a mandar. La fe del equipo pasaba a la grada y menos de cinco minutos después del empate, iba a ser Babin quien, colándose entre los centrales y su pasmo, remataría un centro de Sergio Álvarez a dos palmos del arco para darle la vuelta al marcador y también al Molinón. Un nuevo castigo para el Granada por parte de un jugador de su propiedad, como ya había ocurrido con Machís. Doble dolor que iba a quedar sin paliativos en el 67′, con una contra a tres toques culminada por Carmona ante la sola oposición de Ochoa, el único de su equipo que se mantuvo en pie, que suponía la sentencia.

El resultado aun pudo ser mayor y seguramente el nefasto rendimiento defensivo del Granada cuando se vio por debajo del marcador así lo merecía, pero el Sporting desaprovechó un penalti en el 81′ provocado por un inmenso Burgui. Lacina Traoré no dejó a nadie que le quitase el balón -solo le faltó elevarlo con sus brazos para que nadie lo alcanzase- y evidentemente, lo falló. O más bien lo paró Ochoa, en una actuación memorable que queda enterrada por la dolorosa derrota que hace que el Granada ya tenga un pie puesto en el quicio de las puertas del abismo del descenso.

LO MEJOR: Ambición de estilo y resultados urgentes no acostumbran a ser una combinación habitual ni tampoco ganadora. Sin embargo, Rubi sigue empeñado en llevar la contraria a la lógica. Su Sporting remontó hoy algo más que un partido, prácticamente una condena, a base de voluntad de mando, de fe en sus propios medios, de carácter ofensivo y de eso mismo, de ambición estilística, para aferrarse con todo a la lucha por quedarse en Primera.

LO PEOR: La nefasta gestión del resultado del Granada puede costarle muy, muy cara. Con el tanto de Ingason y el usual efectivo repliegue bajo de Alcaraz, la victoria parecía estar encarrilada. Sin embargo, los nazarís se olvidaron de salir hacia la meta rival y acabaron cometiendo fallos garrafales atrás cuando ya nos les quedaba más remedio que tener que buscar el área sportinguista. Una paradoja resuelta de la peor de las maneras, a la que le sirvió de poco la heroica actuación de Ochoa y que aleja al Granada a ocho puntos de la salvación. Un mundo.

JUGADOR SPHERA (MVP): Ochoa

NOTAS (de aplicación en ligas de Futmondo)

Sporting: Mariño (7); Douglas (6), Meré (6), Babin (7), Canella (6); Vesga (6); Carmona (7), Sergio Álvarez (7), Víctor Rodríguez (6), Burgui (8); Carlos Castro (7).

Sustitutos: Lacina Traoré (7), Ndi (s.c.), Isma López (s.c.).

Granada: Ochoa (9); Foulquier (4), Saunier (5), Ingason (6), Gastón Silva (6), Cuenca (6); Agbo (4), Angban (4); Carcela (5), Boga (4), Andreas Pereira (7).

Sustitutos: Kravets (5), Samper (s.c.), Mallé (s.c.).

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La vida por duplicado, en juego en un Molinón lleno hasta la bandera. Tras el punto del Leganés por la mañana, el partido de Gijón se convertía directamente en toda una temporada para ambos, en una opción para recortar puntos al equipo al que tanto Sporting como Granada quieren dar caza desde hace meses, en seguir bordeando las puertas del abismo del descenso, o en poner ya un pie en el quicio, situarse a más de dos partidos de distancia de la permanencia y quedar prácticamente a la espera de la indeseada jornada de caducidad.

El Granada entró mejor al choque, con unas intenciones más concretas ante un conjunto rojiblanco que se afanaba por plantarse en tres cuartos de cancha, pero que topaba una y otra vez con el intenso repliegue nazarí. Isaac Cuenca y Andreas Pereira gozaron de las primeras ocasiones por parte del equipo de Lucas Alcaraz, a quien además le anularon un tanto por falta en el salto de Ingason, en un remate de cabeza ante Vesga que había acabado dentro de la red defendida por Mariño.

Desde entonces, la superioridad del Granada fue dejando paso a la intensidad ofensiva local y al enorme protagonismo de un ‘Memo’ Ochoa, a quien incluso llegó a dibujársele una aureola sobre la cabeza, como si la misma Virgen de Guadalupe estuviese con él bajo los palos de El Molinón. El mexicano las sacó todas y de todos los colores hasta el descanso. Primero, ante un disparo cruzado de un Burgui que se estaba poniendo las botas en el pasillo entre Foulquier y Saunier. Acto seguido, en el 21′ y en el mismo córner provocado por la acción anterior, realizó una estirada tremenda ante el testarazo de Babin. Y en el 24′, le detuvo un mano a mano a Víctor Rodríguez. Una acción que repitió en el 37′ tras volver a desviar y a aguar el gol del ex del Getafe en otro uno contra uno, si cabe más franco, que acabó estrellado en el poste. Sencillamente, descomunal.

Como en una repetición del inicio del partido, el conjunto andaluz salió con más empaque y voluntad de generar peligro que su rival en la segunda mitad y esta vez, el gol de Ingason sí iba a subir al marcador. Un centro venenoso de Andreas Pereira, del que parece que sale todo lo productivo de este Granada, encontró el pie del islandés en el primer palo para el 0-1 en el minuto 51. El plan era cristalino entonces para los de Alcaraz: bloque bajo y robo y salida frenética cuando fuesen estos posibles. Sin embargo, todo se torció.

Rubi reaccionó con premura y envió al campo a Lacina Traoré. Y el gigante marfileño iba a cambiar el encuentro, ya que en el primer balón que tocó, convirtió a puerta vacía el gol del empate a la hora de partido, tras un error tremendo de la zaga nazarí, que permitió un pase frontal a su espalda demasiado fácil, y el regalo de Burgui en el dos contra uno ante Ochoa.

El Sporting volvía a envalentonarse y a mandar. La fe del equipo pasaba a la grada y menos de cinco minutos después del empate, iba a ser Babin quien, colándose entre los centrales y su pasmo, remataría un centro de Sergio Álvarez a dos palmos del arco para darle la vuelta al marcador y también al Molinón. Un nuevo castigo para el Granada por parte de un jugador de su propiedad, como ya había ocurrido con Machís. Doble dolor que iba a quedar sin paliativos en el 67′, con una contra a tres toques culminada por Carmona ante la sola oposición de Ochoa, el único de su equipo que se mantuvo en pie, que suponía la sentencia.

El resultado aun pudo ser mayor y seguramente el nefasto rendimiento defensivo del Granada cuando se vio por debajo del marcador así lo merecía, pero el Sporting desaprovechó un penalti en el 81′ provocado por un inmenso Burgui. Lacina Traoré no dejó a nadie que le quitase el balón -solo le faltó elevarlo con sus brazos para que nadie lo alcanzase- y evidentemente, lo falló. O más bien lo paró Ochoa, en una actuación memorable que queda enterrada por la dolorosa derrota que hace que el Granada ya tenga un pie puesto en el quicio de las puertas del abismo del descenso.

LO MEJOR: Ambición de estilo y resultados urgentes no acostumbran a ser una combinación habitual ni tampoco ganadora. Sin embargo, Rubi sigue empeñado en llevar la contraria a la lógica. Su Sporting remontó hoy algo más que un partido, prácticamente una condena, a base de voluntad de mando, de fe en sus propios medios, de carácter ofensivo y de eso mismo, de ambición estilística, para aferrarse con todo a la lucha por quedarse en Primera.

LO PEOR: La nefasta gestión del resultado del Granada puede costarle muy, muy cara. Con el tanto de Ingason y el usual efectivo repliegue bajo de Alcaraz, la victoria parecía estar encarrilada. Sin embargo, los nazarís se olvidaron de salir hacia la meta rival y acabaron cometiendo fallos garrafales atrás cuando ya nos les quedaba más remedio que tener que buscar el área sportinguista. Una paradoja resuelta de la peor de las maneras, a la que le sirvió de poco la heroica actuación de Ochoa y que aleja al Granada a ocho puntos de la salvación. Un mundo.

JUGADOR SPHERA (MVP): Ochoa

NOTAS (de aplicación en ligas de Futmondo)

Sporting: Mariño (7); Douglas (6), Meré (6), Babin (7), Canella (6); Vesga (6); Carmona (7), Sergio Álvarez (7), Víctor Rodríguez (6), Burgui (8); Carlos Castro (7).

Sustitutos: Lacina Traoré (7), Ndi (s.c.), Isma López (s.c.).

Granada: Ochoa (9); Foulquier (4), Saunier (5), Ingason (6), Gastón Silva (6), Cuenca (6); Agbo (4), Angban (4); Carcela (5), Boga (4), Andreas Pereira (7).

Sustitutos: Kravets (5), Samper (s.c.), Mallé (s.c.).

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