Síguenos de cerca

Otros

Sotiris Ninis, el niño prodigio que se esfumó como llegó

Existe un selecto grupo de futbolistas que debutaron siendo niños y llegaron a ser «alguien» como profesionales. Por ejemplo, Radamel Falcao, que debutó en Lanceros de Boyacá con trece años. El Envigado FC dio la alternativa a un niño llamado James Rodríguez con catorce años. Por su parte, gente como Pelé, Maradona, Chilavert, Alexis Sánchez, Bale o Paolo Maldini, que debutaron con quince y dieciséis años. Estos casos son una excepción.

Luego están los que hicieron tanto ruido al salir, que luego provocaron el silencio. El mejor ejemplo de estos jugadores es el norteamericano nacido en Ghana, Freddy Adu, que dio sus primeros pasos en el DC United de la MLS con 14 años y hasta había firmado un contrato millonario con Nike.

Leer más: Adu, de nuevo Pelé, a vender aspiradoras

Otro caso parecido al de Adu es el del internacional griego Sotiris Ninis. Albanés de nacimiento y de padres griegos, se inició en el mundo del fútbol a los diez años y a los trece aterrizó en la academia del Panathinaikos. Los Verdes venían de una década gloriosa del Olympiakos, su gran rival en el país. Los del Apostolos Nikolaidis solo habían podido ganar una de las diez ligas antes de la creación del nuevo formato de la Superliga. Con el nuevo formato, el equipo necesitaba nuevas caras y algo en lo que esperanzarse.

Fue el entrenador español Víctor Muñoz quien dio con lo que parecía la tecla que ilusionara a los aficionados. Hizo debutar frente al Egaleo FC a un chaval de dieciséis años que podía jugar en el centro del campo o por banda. El equipo acabó tercero a 17 puntos del campeón, pero el niño jugó catorce partidos y marcó tres goles con el primer equipo. El objetivo del título no se había conseguido, pero la afición se había vuelto a ilusionar.

Real Madrid, Arsenal o Milan se habían hecho eco del debut y del rendimiento del jugador en las categorías inferiores y le siguieron muy de cerca. Sin embargo, Ninis estuvo seis temporadas consecutivas en el primer equipo, con un papel no tan importante como lo que se esperaba de él. Debutó con la selección absoluta griega de la mano de Rehhagel a los 18 años en un amistoso frente a Chipre, con todo el trasfondo que implica un enfrentamiento entre griegos y chipriotas.

Ese día, Sotiris Ninis pasó de ser patrimonio exclusivo del Panathinaios, a ser admirado por todo el país. Salió de titular, acompañando a jugadores como Dellas, Sokratis, Karagounis, Katsouranis o Gekas. A los cinco minutos, Ninis ya había marcado el primer gol del encuentro. La afición griega le adoraba. Pero Rehhagel le dejó fuera de la lista definitiva para la Eurocopa de 2008. Fue preseleccionado, pero como alternaba la absoluta con la sub-21 tuvo que esperar para poder participar en un gran torneo. Sí llegó a ir a Sudáfrica, donde fue suplente y participó en dos de los partidos de la fase de grupos. Una presencia algo testimonial.

Su mejor día fue el gol que marcó ante Israel en la fase de clasificación para la Eurocopa de 2012. En su momento, fue un gol más, pero al finalizar dicha fase, esa victoria conseguida en Tel-Aviv significó el liderato del grupo y el acceder al torneo directamente, sin pasar por una repesca. Ninis comenzó en aquel torneo como titular, formando un tridente con Gekas y Samaras. Luego, no apareció hasta los últimos minutos de la victoria frente a Rusia por la mínima. Alemania eliminó en cuartos a Grecia en un partido en el que Sotiris solo disputó la primera parte. Se acababa otra oportunidad para poder destacar y llamar la atención de otros clubes. Fue el Parma italiano quien se lo llevó, a coste cero, en su primera experiencia con clubes fuera de Grecia.

Con el equipo parmesano, de la mano de Roberto Donadoni, Ninis no disputó ni la mitad de los partidos de la temporada, lo que hizo que, al año siguiente, tuviera que salir cedido, poniendo rumbo de nuevo, a su país, al PAOK. Sin embargo, esa vuelta a casa no sirvió de nada. La carrera deportiva de Sotiris entraba en caída libre. Tras su vuelta a Italia, el Parma no contaba con él y estuvo unos tres meses sin equipo, hasta que, en noviembre, el Panathinaikos le rescató del ostracismo. Nada más lejos de la realidad.

Sotiris Ninis había pasado, en pocos años, de ser la mayor esperanza de futuro del fútbol griego a ser un jugador del montón. En enero de 2016, el equipo que le vio debutar profesionalmente le dejó marchar a Bélgica con la carta de libertad. El jugador se comprometía con el Sporting Charleroi. Volvía a marcar en una liga cuatro años después y empezaba a sentirse importante, pero sin llegar a ser decisivo, algo que le quedaba lejos. El problema era que la irregularidad se había instalado en él hasta cuando había empezado a funcionar. Un año después de su fichaje por Charleroi, el que fuera niño prodigio griego hace una década marchó, también a coste cero, a un rival directo, el KV Mechelen, para ver si, esta vez sí, su carrera vuelve a despegar.

A sus 26 años, el chico que despertó la ilusión de todo un país solo dos años después de ser campeones de Europa, afrontará una nueva aventura que le permita volver a demostrar aquello por lo que, en su día, le hizo debutar en el fútbol profesional sin ser todavía mayor de edad. Aquello queda en el recuerdo. Porque no todos triunfan, y menos, si salen a edad tan temprana.

Hubo casos que sí llegaron a hacer grandes cosas, pero son más los que se quedan por el camino que los que siguen creciendo. Sotiris Ninis es, como Freddy Adu, un juguete roto por la dureza de la profesionalidad, un chico intenta despegar en un mundo que deseó desde pequeño y al que llegó siendo aún un niño. La oportunidad que le han dado en Mechelen es una más, pero él querrá que sea la definitiva y que eso le permita volver a la selección, asignatura que tiene pendiente desde noviembre de 2015, época en la que acudió con el combinado nacional por última vez. Eso sí, jugar, no jugó.

Puerto de la Cruz (Tenerife), 1983. Bloguero en fase de evolución. Amante del fútbol global, blanquiazul de corazón y rossonero por aficción a este señor deporte. Conocido en el mundillo como "Humilde Aficionado". El balón, nuestro mejor amigo.

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Otros