Tiene pinta a que cada partido en la central del US Open será muy similar: en el ambiente del precioso coliseo habrá una sensación extraña. Y es que Serena Williams, leyenda del tenis, está a un despiste de jugar su último envite. Y eso, quieras o no, pone nervioso incluso al más experto. La estadounidense, en la primera ronda de su último campeonato, superó por un doble 6-3 a Danka Kovinic. Ya mira a la segunda ronda del torneo.
«Todavía es extremadamente difícil porque me encanta estar ahí afuera. Cuantos más torneos juego, siento que puedo jugar más. Es un sentimiento difícil. Pero es hora de que yo evolucione a lo siguiente. Creo que es importante porque hay muchas otras cosas que quiero hacer», dijo al acabar el partido.
Fue muy clara sobre el apoyo del público: «Cuando salí, la recepción fue realmente abrumadora. Fue increíble y pude sentirlo en mi pecho. Fue una sensación realmente buena. Es un sentimiento que nunca olvidaré. Significó mucho para mí». El siguiente escollo de Williiams será Kontaveit: la estonia es la segunda mejor raqueta del mundo. Por ello, una vez más, todos los focos se dirigirán al último grande del año. Podría ser la última vez en la que Serena juega un partido.
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