La última vez que la Selección española femenina había figurado en una de las bolas del sorteo de una fase final de un gran torneo nos echamos las manos a la cabeza. Aunque en el grupo figuraban China y Sudáfrica, rivales a priori asequibles para pasar a octavos sin problemas, la diosa fortuna deparó un enfrentamiento ante Alemania, una de las grandes potencias mundiales y seria candidata al título. Así que la predicción más amistosa para el equipo de Jorge Vilda consistía en pasar como segundas y marcharse a casa en la primera eliminatoria, porque se enfrentaría nada menos que con Estados Unidos.
Era la crónica de una eliminación anunciada (muchos teníamos comprado el billete de avión de vuelta a casa para el día siguiente), y sin embargo la forma en que transcurrieron los choques ante las selecciones más laureadas del fútbol femenino mundial fue de todo menos previsible. España sufrió ante China y Sudáfrica, pero también hizo sufrir a la poderosa Alemania en unos 20 primeros minutos eléctricos, gracias sobre todo a la inteligencia de Jenni Hermoso y la velocidad de Nahikari García. Un gol de Dabritz al filo del descanso resultó decisivo, porque la ‘Roja’ dominó pero no disfrutó de oportunidades claras en la segunda parte.
El duelo con la selección norteamericana se veía más como una oportunidad para demostrar que se puede competir que como un intento real de lograr el pase a cuartos. El caso es que España superó todas las expectativas, porque para muchas de las jugadoras yankees fue el rival más duro al que se enfrentaron en todo el torneo. Las de Vilda se adelantaron con gol de Jenni y Estados Unidos solo pudo marcar desde el punto de penalti y con cierta polémica. La eliminación en nada se parecía a las vividas en la anterior Eurocopa (cayó en los penaltis ante Austria sin hacer un solo gol) o en el Mundial de Canadá, donde no se pudo celebrar ninguna victoria. Empezábamos a estar listas para competir.
Han pasado más de dos años desde entonces, y aunque el sorteo ha vuelto a ser cruel, esta vez no hay motivos para lamentarse. En el grupo de la próxima Eurocopa que se celebrará en Inglaterra, España jugará de nuevo contra Alemania, se enfrentará a Dinamarca (actual subcampeona y con la gran Pernille Harder en sus filas) y la rocosa Finlandia de Sanni Franssi, excelente delantera de la Real Sociedad. Ya lo catalogan como “el grupo de la muerte”, y con razón. A pesar de no contar con grandes actuaciones recientes en torneos importantes, se puede decir sin miedo a equivocarse que la ‘Roja’ es y debe ser la principal candidata a ser campeona de grupo, y firme candidata a campeona del torneo después.
Estos dos años y pico han tratado bien a las nuestras y no tan bien a Alemania, en un proceso de regeneración confuso a pesar del múltiple talento que atesora. El aplazamiento del torneo un año después por la pandemia ha beneficiado al cuadro de Jorge Vilda, pues muchas de las jóvenes futbolistas que apuntaban alto han alcanzado ese nivel y mucho más. Veteranas e históricas de la Selección como Silvia Meseguer, Marta Torrejón, Amanda Sampedro o Vicky Losada han dejado su sitio, y hoy podemos presumir de contar con el mejor centro del campo del continente, el mismo que disfrutan en Can Barça: Patri Guijarro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas (nombrada mejor jugadora de Europa por la UEFA y gran favorita al Balón de Oro) marcan el ritmo de un estilo que ha permanecido casi inalterable: dominar al rival con paciencia y ejecutar con precisión de cirujano.
Por supuesto, a España le ayuda el hecho de que su base y columna vertebral es puramente culé. Hablamos de las jugadoras que golean cada fin de semana en la Primera Iberdrola, pero también en Champions ante rivales como el Arsenal de Miedema o en la última final de Champions, donde aplastó sin piedad al Chelsea. Sandra Paños ya está instalada como una de las mejores guardametas, la pareja Irene Paredes-Mapi León es garantía de éxito, del centro del campo ya está todo dicho y arriba se cuenta con futbolistas tan diferenciales como Mariona Caldentey y Jenni Hermoso.
El resto de jugadoras que formarían una hipotética lista para la Eurocopa han dado un paso adelante o cuentan con una frescura clave para romper planteamientos excesivamente defensivos (con los que España se va a encontrar en más de una ocasión). Si vuelve a su mejor versión tras pasar por quirófano, Marta Cardona completa un ataque de ensueño, siempre y cuando Jenni cuente con una socia que la libere. Esther González estaba cumpliendo ese cometido, en el último partido ante Ucrania fue una Amaiur Sarriegi que, sin ser ni mucho menos lo mismo (delanteras totalmente distintas, la verdad), se encuentra en tal estado de forma que ahora mismo sacarle del once sería un ultraje. Hay que verla en grandes citas (como a Nahikari o Lucía García, ahora lejos del primer plano), pero su constante movilidad y su acierto goleador comienza a asustar a más de una defensa.
Si falla el plan A, en la recámara hay futbolistas de buen pie y puro desequilibrio. Nerea Eizagirre, Athenea del Castillo, Eva Navarro (si vuelve a buen nivel), Alba Redondo, Ona Batlle (que está para ser titular), Laia Aleixandri… Jóvenes y sobradamente preparadas, un alto porcentaje del grupo que irá a la Eurocopa ya ha levantado más de un título en categorías inferiores, en finales ante la mismísima Alemania. Tienen la madurez, la confianza y la ambición, no les temblarán las piernas.
En otro tiempo pudimos hacer más con lo que teníamos, es cierto. Pero la preparación actual es infinitamente mejor. Física y mentalmente han dado un paso de gigante. España, ahora sí, está lista para dar un golpe sobre la mesa, y un sorteo desafortunado ni es excusa ni mina a nadie la moral. Ya no hay miedo.
Imagen de cabecera: Selección Española Femenina de Fútbol
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