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Sara Serrat, una vida en 22 años

El Sporting de Huelva
pasaba por la peor racha de resultados de la temporada. Enlazaba cinco derrotas
consecutivas además de un 5-0 en contra en un amistoso ante el Wolfsburgo. La
última victoria databa del 28 de enero ante el Athletic (1-0). La zona de
descenso, aunque todavía lejos, amenazaba con aparecer en las mentes de las
jugadoras onubenses, más si cabe con los triunfos de Albacete y Zaragoza.

 

La campaña del club
andaluz, la peor a estas alturas desde que se acabó con los grupos (2011-2012),
está siendo difícil. Con la clasificación para la Copa (torneo que ganaron en
 2015) casi imposible a falta de siete jornadas, dejarse llevar es el
camino más cómodo, pero también el más truculento. El Tourmalet acababa con el
Barça, que llegaba a La Orden sabiendo que, si ganaba, le arrebataba el
liderato al Atlético.

 

Aquello podía convertir
a uno de los mejores equipos de Europa en un rival más peligroso o más
presionado. Acabó siendo lo segundo, porque un equipo plagado de estrellas fue
incapaz de marcar más de un gol frente al antepenúltimo de la Liga. Incapaz de
llevarse más de un punto en el estadio onubense. Gran parte de culpa la tuvo el
Sporting, ordenadísimo en defensa y castigador en ataque. Apenas llegó tres
veces a la portería de Sandra Paños. Una de ellas fue gol y otra acabó en el
larguero.

 

Gran parte del mérito
defensivo recayó, por supuesto, en Sara Serrat. La portera andaluza transmitió
seguridad desde el primero hasta el último minuto, sin cometer un solo error,
sin poder hacer nada en el gol de Duggan (fue a la escuadra) y firmando una
parada sensacional a Martens en los últimos minutos. A sus 22 años, Sara ha
pasado por casi todo lo que puede pasar una futbolista: Irrupción, éxito,
títulos, Selección, quirófano y resurrección. Todo ello, siempre en el equipo
de su tierra.

 

Debutó en Primera con 14
años, así que a pesar de su juventud ha vivido prácticamente toda la historia
reciente del Sporting de Huelva. En plena cresta de la ola, se fracturó el codo
y tuvo que ser operada hasta cuatro veces. Estuvo 11 meses de baja y se planteó
dejar el fútbol. Reapareció en enero de 2017, con dorsal nuevo (el uno) y vida
nueva. En sus carnes disfrutó de la apertura del Nuevo Colombino al fútbol
femenino, volvió a la Selección, recuperó la titularidad en el Sporting y
vuelve a firmar actuaciones como ante el Barcelona, sacando billetes para
volver lo antes posible a ser convocada por Jorge Vilda.

 

Portera, con una carrera
a sus hombros (Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) cursando un doble
máster y además columnista en un periódico de Huelva (escribe maravillosamente
bien). Su bagaje es espectacular y, sin embargo, todo indica a que en el futuro
le lloverán las alegrías. Desde aquí se las deseamos todas.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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