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Sara Monforte: “Sabemos que para ascender hay que hacerlo todo perfecto”

En la temporada 2002-2003 Sara Monforte (1980, Castellón de la Plana) jugó en el Villarreal, el equipo que 15 años después le dio la oportunidad de ser entrenadora. El club amarillo apostó por alguien de la tierra, con una trayectoria espectacular sobre el campo pero sin experiencia en el banquillo. El tiempo ha demostrado que lo mejor que pudo pasar es que ambos caminos se cruzasen. Este curso Sara y su Villarreal lucharán por alcanzar el sueño cada vez más palpable de la Primera Iberdrola. Ilusión y trabajo no faltará.

¿Cómo se encuentra el equipo?

El equipo está bien. Cumpliendo a rajatabla con los protocolos y adaptándose a lo que pueda venir. Es una temporada atípica, hay partidos que se pueden suspender… Tenemos muchas ganas de empezar. Se está haciendo durilla esta semana porque empiezan todos menos nosotras (risas).

¿Qué sensaciones tienes después de esta pretemporada diferente?

Necesitábamos amistosos porque tenemos muchas jugadoras nuevas y la verdad que nos han servido para mucho. La temporada va a ser larga y hay rivales durísimos, pero estoy contenta por el rendimiento que están dando.

Hasta nueve caras nuevas en la plantilla. ¿Cuál es la que más te ha impresionado?

Cuando una jugadora supera las expectativas que tú tienes es la que más te sorprende. Y nosotras fichamos a Sara Martínez del Levante B con unas expectativas ‘X’ y hoy por hoy las ha superado con creces. Nos aporta mucho más de lo que creíamos. A Mariela (Coronel) ya la conocía, a Oli (Oprea) también, a Cienfu la pedí yo expresamente porque la he visto jugar y creo que tiene un potencial enorme…

El Villarreal es famoso por contar con una línea de captación de jugadores importante en todas sus áreas. ¿Cómo se ficha en la sección femenina?

Yo personalmente no era partidaria de fichar por tema de vídeos y todo eso, pero el mercado español es más cerrado y tienes que abrir tu mente a otras cosas. Entre las dos coordinadoras y yo hablamos de jugadoras. Yo les digo las que me gustan, y ya se miran las posibilidades para que vengan. Y luego también nos ofrecen jugadoras. Yo solo acepto fichar una jugadora si veo partidos enteros. Nunca vídeos de cuatro o cinco cortes. De las tres jugadores que hemos fichado de fuera he visto partidos enteros, y vimos que el perfil se ajustaba a lo que queríamos.

La que ha causado un revuelo importante en su país es Rubi Soto.

Desde que vimos la opción de ficharla nos dimos cuenta de la repercusión que tenía en su país. Eso es bonito porque significa que en México tienen muy en cuenta el fútbol femenino. Yo el primer día le dije que se quitara el peso de encima, que aquí no tiene que demostrar nada ni fijarse en las expectativas que se habían montado, que es una jugadora más y que esté tranquila. Y la verdad que me ha impresionado la persona que es. Súper humilde, con ganas de trabajar y ayudar al equipo. En ningún momento ha venido como una estrella, al contrario.

El caso especial de Salma Paralluelo. ¿Cómo ha evolucionado desde que llegó?

Estamos muy contentos con ella porque al tener que compaginar dos deportes no puede entrenar con nosotras lo que debería. Su crecimiento es increíble, pocas jugadoras podrían adaptarse tan rápido entrenando solo dos días. Es muy difícil, pero es que Salma Paralluelo es una atleta que podría hacer cualquier deporte. La pones a jugar baloncesto y lo haría igual de bien. Y tiene muchísimas ganas de aprender. Es un diamante en bruto porque puede dar muchísimo más de lo que da. Tenemos que darle contextos para que pueda crecer más. No nos interesa tanto su rendimiento inmediato sino su evolución y aprendizaje como jugadora de fútbol. Y formarla para que dentro de tres o cuatro años sea la mejor jugadora de este país. Porque puede llegar a serlo, es una jugadora increíble. Y dentro de la plantilla tiene una gran aceptación, todas saben el rol que tiene. No es fácil, porque es una jugadora que entrena menos pero es que la ven en el campo y saben que tiene algo que no tienen las demás.

Una de las bajas importantes ha sido la de Aixa Salvador rumbo al Betis.

La salida de Aixa era lógica. Ella tenía que crecer. Ojalá se hubiese quedado. Yo tengo una relación con ella muy estrecha y personal, y lo entendí perfectamente. En el Villarreal el crecimiento es mucho más lento. Ojalá nos volvamos a encontrar en Primera, pero necesitaba una motivación extra. Para nosotras ella era el gol (metió 10 la pasada temporada), pero hemos tenido que reciclarnos y ahora tenemos más armas en ataque y más variantes.

Antes de tu llegada y de la firme apuesta por el fútbol femenino, el Villarreal peleaba en la mitad de la tabla hacia abajo. Hoy es firme candidato a estar arriba. ¿Qué ha cambiado?

El hecho de que las jugadoras se impliquen, en querer ver evolucionar al club y a ellas mismas. Que piensen que lo más importante para ellas es entrenar. Un paso clave que yo prioricé fue el de entrenar por las mañanas. Al final necesitan sentirse importantes en el club. Tenemos dos campos casi para nosotras, recursos increíbles… todo eso hace que la jugadora huela el profesionalismo. Y aunque no sea del todo así, hay que vendérselo como tal. Y yo les digo que tienen que dar, dar, dar para poder recibir. Desde que estoy aquí he tenido la suerte de poder hacer lo que he creído mejor (que no sé si lo es). Si en el primer año me hubiesen dado dinero y me hubiesen dicho “ficha lo que quieras”… Yo no soy una experta. Ahora sí que siento que controlo un poco más esto del fútbol femenino. (pero solo un poquito). Cuando eres jugadora crees que entrenar es fácil. Y es muy complicado. Cada vez cometes menos errores o los mismos pero de forma diferente. Y te sientes más preparada para afrontar las cosas.

Pero tú siempre has tenido vocación de entrenadora, ¿no?

Sí, siendo jugadora siempre lo decía. En el campo ya era muy de dirigir. Pero de querer hacer algo a hacerlo es difícil. Sin haber entrenado nada, que te dé la oportunidad un club como el Villarreal, a ciegas… ¿Quién podía decir que podía ser igual de  buena como jugadora que como entrenadora? Que no digo que sea buena ahora, pero poder ser una entrenadora que pudiera conseguir algo… Y se atrevieron, y vamos tirando. Llevo tres años que estoy viviendo un sueño. Y así me levanto cada día: quiero seguir en este sueño, que nunca termine.

Al final ha sido un crecimiento paralelo: tú como entrenadora y el Villarreal como equipo.

A mí lo que me dijeron cuando me ficharon fue exactamente eso. Que querían que creciéramos juntos. Y así está siendo, estamos evolucionando tanto el Villarreal femenino como yo. Estoy muy contenta aquí porque este club valora mucho a la gente que tiene dentro.

El Villarreal optó por empezar desde abajo, poco a poco. Un camino diferente al del Real Madrid, por ejemplo.

Villarreal es un pueblo humilde, con una entidad que ha crecido de la mano de Fernando Roig. Es un club que tiene mucho mimo en las cosas que hace. A veces es mejor dar pasos pequeños y seguros que dar un paso de gigante. Creo que el Real Madrid se lo podía permitir, y que no ha sido una evolución de solo un año. Hay que recordar que viene del Tacón, que le costó subir… Para el fútbol femenino es buenísimo que el Real Madrid tenga un equipo, porque tanto jugadoras como cuerpo técnico pueden soñar con entrar en un club muy grande.

La mejor es que casi todos los clubes con nombre en España tienen sección femenina.

Eso es. Lo importante es que todos los clubes grandes, que jueguen en Primera o Segunda masculina, la tengan. Real Madrid, Villarreal, Real Sociedad… son marcas. Es lo que tiene que vender. Y no quiero quitar mérito a Santa Teresa, Logroño… Tiene que haber un poco de todo: gente que quiera apostar por el femenino y ponga sus ganas y su ilusión, y gente que ayude con sus marcas.

Hablemos de Reto Iberdrola. Esta temporada habrá cuatro subgrupos, algo que ha recibido numerosas críticas…

Me da igual eso. He intentado preparar a mis jugadoras para que sean competitivas en todos los partidos. He visto todos los equipos y si quieres optar a estar en la liguilla de ascenso tienes que pelear con todos. Y ahí te vas a enfrentar a Granada, Córdoba… Es complicadísimo. Yo lo que quiero es: “ponme equipos y haré”. No es algo que dependa de nosotras. Si esta temporada hay subgrupos, pues lucharemos por estar lo más arriba posible sea de una manera o de otra.

Lo que sí es cierto es que parece que el salto de Segunda a Primera ya no es tan grande como hace años. Deportivo, EDF Logroño, lo bien que han empezado Santa Teresa y Éibar…

El Dépor apenas fichó cuando subió. A Misa y dos o tres jugadoras como mucho. El Santa Teresa y el Éibar han jugado estos dos partidos con muy pocas jugadoras nuevas (Mascaró, Llompart y poco más). Y nosotras jugamos contra el Valencia un amistoso y perdimos 1-0. Podíamos haber empatado. Y seguramente ellas no tendrían la misma motivación de jugar como nosotras, pero se está demostrando que no hay tanta diferencia como había antes. Con el Barça sí, claro. Pero con el resto… Es algo muy bonito. Para eso se está invirtiendo, para eso ponemos esa ilusión todos los entrenadores y entrenadoras de Reto Iberdrola. Y nos damos cuenta de que hay jugadoras que tienen ganas de venir, que lo ven como un escaparate o que quieren nuevas ilusiones.

Hablando del Barça. La Primera Iberdrola parece más igualada en todos los sentidos menos en la lucha por el título ¿Es un equipo imbatible?

Imbatible supongo que no hay ningún equipo, porque incluso el Lyon sufrió bastante, le vimos terrenal. Todos los equipos pueden tener un día malo. Esta semana van a Huelva y es muy difícil, yo lo sé que he jugado allí muchas veces y ellas también lo han sufrido. Pero recuerdo que cuando perdieron la final ante el Lyon en Champions se reunieron y dijeron: “para mejorar hay que trabajar, trabajar, trabajar”. Y eso es lo que hay que hacer. Y no me fijo en el nombre. Tú ves un partido de este equipo y dices: Qué maravilla. Y tampoco es fácil juntar a jugadoras tan buenas y que se entiendan como lo hacen. Creo que es un equipo muy difícil contra el que jugar y va a ser complicado que le quiten el primer puesto. Pero en el fútbol nunca se sabe. Está el Atlético aunque ahora tiene bajas importantes, la Real Sociedad que tiene una gran entrenadora y un equipo muy fuerte, el Levante con Pry, el Betis con Pier, el Logroño… todos son competitivos. Va a ser una Liga muy bonita.

A ti que te encanta ver fútbol estarás un poquito molesta por el conflicto de las televisiones…

Cuando hay intereses de por medio, pasa lo que pasa. Es normal que haya complicaciones, pero lo mejor es que se puedan ver todos los partidos posibles, sobre todo para frikis como yo. El fútbol femenino me divierte muchísimo. La visibilidad pasa por la televisión y los medios de comunicación. Esperamos que se pueda arreglar porque creo que el futfem ha cambiado muchísimo. A mí me pasa que me encanta ver los partidos primero por diversión y luego por aprender. Yo del Atlético de Sánchez Vera me he tragado de partidos…

Para mí, el equipo más atractivo de la Primera Iberdrola en años.

Para mí era una maravilla de equipo. Era increíble. Cómo jugaban, cómo presionaban, qué salida de balón tenían… La mejor forma de aprender es viendo partidos. Los del masculino no me sirven casi. Es diferente, es un fútbol más rápido y vertical. Tenemos una forma de jugar distinta porque no ocupamos tanto campo como ellos, por ejemplo. Tenemos que ser inteligentes. Así como el fútbol masculino ha evolucionado una barbaridad, que los equipos se moldean en un partido, que hay muy pocos equipos herméticos… eso hay que llevarlo un poco al fútbol femenino pero dentro de nuestros retoques.

Hablando de Sánchez Vera… ¿Qué entrenadores te inspiraron cuando eras jugadora?

Tuve a Josep Alcácer en el Levante, que fue el que me abrió los ojos en el mundo del fútbol a nivel táctico. Luego tuve a Luis Carrión en el Espanyol, que me hizo ver cómo se lleva un vestuario, cómo se puede ser tan buena persona, inspirador y con tanta pasión. Y luego Cristian Toro, que me pilló más madura y tuvimos una relación de amor-odio mucho tiempo. Él me ha dicho muchas veces que ha aprendido como entrenador por yo ser tan exigente, y ya le dije que tengo que invitarle a cervezas porque le puteé un poquito. Yo llegué al Valencia con 32 años y tuvimos varios rifirrafes. Y ahora que soy entrenadora pienso: ojalá no me toque una jugadora como yo (risas). Él me ayudó mucho a controlarme un poco, a vivir esa pasión, era fan de la presión tras pérdida, a estar muy encima todo el tiempo…

El otro día le preguntaba a Maripaz que, siendo ya una futbolista madura en el Betis, no le daba un poquito de rabia que no pudiera vivir en los próximos años el esplendor del fútbol femenino. ¿Te pasa a ti?

Esa pregunta me la hacían mucho cuando me retiré. Y yo decía: “espero que como entrenadora pueda disfrutarlo” También es verdad que no cambiaría nada. El haber tenido que luchar en mis inicios me hizo ser la jugadora que fui. A lo mejor si ahora fuese joven y lo tuviera todo más fácil tendría un carácter distinto. Voy a pelear por dedicarme toda mi vida al fútbol femenino. Porque eso es lo que necesitamos. Gente que quiera trabajar, que tenga esa pasión.

Vivirlo como entrenadora también debe ser especial.

Es casi más bonito verlo desde fuera. Cuando eres jugadora eres más egoísta, lo ves solo desde tus ojos. Yo ahora que soy entrenadora lo puedo ver en los ojos de todas mis jugadoras. Y es una pasada. Como si todo lo bueno que les pasara a ellas me pasara a mí. El otro día escuché a Baraja decir: “Nada se parece a jugar al fútbol”. Y lo más parecido es ser entrenador. Suena un poco a aceptación. Lo disfrutas de otra manera. Ser entrenadora es duro porque tienes que estar todos los días ahí. Mi madre sufre más ahora que cuando era jugadora, porque dice que si perdemos la culpa es mía (risas).

No quiero preguntarte por objetivos, porque al final te marcas unas expectativas que no sabes si vas a cumplir… ¿Pero te ves en el futuro entrenando al Villarreal en Primera?

Si a mí me preguntas cual es el sueño de tu vida deportiva, yo te digo: subir a Primera División con el Villarreal. Porque son como mis hijas. El objetivo podría ser ascender, claro. Pero también puedes meterte una hostia (con perdón) y acabas jugando una liguilla de descenso. Eso de meterte presión se te puede poner en contra. Sabemos que el objetivo a corto plazo es estar entre las cuatro primeras para estar arriba. En esta competición no puedes perder ni empatar muchos partidos. Somos nueve equipos y cinco van a estar abajo. Tenemos ganas de ganar, pero ganas de prepararse es vital. Esa es la clave. Tú tienes que tener ganas de entrenar, estar motivada para lograr el objetivo. Ganar no siempre depende de ti solo. Y el rival tiene las mismas ganas de ganar que tú. Y vas al campo del Collerense, y ojito. Es un equipo que estaba penúltimo. Y vas a jugar contra el Tacuense que va último y ganas 0-1 pero puf. Y este año con Saray, Carla Gómez… es que te vas al Alhama y ha hecho un equipazo, el Almassora… Tenemos mucha ilusión por subir a Primera con el Villarreal, pero somos realistas y sabemos que para ascender hay que hacerlo todo perfecto. Que lo intentaremos y lo daremos todo, te aseguro que sí. Y sino ya me encargaré de que lo hagan.

Es que te metes en el play-off de ascenso y te encuentras con un Granada…

Para mí es el equipo más fuerte. Juega solo. Y tiene un entrenador que es muy bueno, muy quisquilloso con todo, que lee los partidos de maravilla… y luego están el Tacuense, el Alhama, el Pozoalbense que es muy fuerte en casa, el Juan Grande… Ojalá pudiéramos conseguir el objetivo de Primera División. Pero no por mí, por ellas. La ilusión que tienen, también las coordinadoras… Considero que estamos trabajando muy bien, pero como otros equipos. Que suba solo uno es un poco ‘injusto’. Pero tiene que ser así. Y en la Primera Iberdrola solo puede ganar uno y descienden cuatro. Es complicado, pero es muy bonito porque ahora todo es más competitivo. Con el Levante cuando jugaba ganábamos partidos 13-0.  Eso no tenía gracia en el fondo. Por suerte ahora hay mucha profesionalidad. Y es lo que queríamos.

Contenido patrocinado por Iberdrola.

Imagen de cabecera: Villarreal CF

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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