Piensa en un perfil tipo de piloto campeón del mundo. Seguramente se te haya venido a la cabeza un piloto agresivo, que realiza maniobras imposibles, que siempre está arriba en parrilla y que suele hacerse notar en sus declaraciones. Este estereotipo cuadra bastante con el de muchos campeones a lo largo de la historia, pero no todos tienen porqué ser así.
Este tipo de piloto se suele hacer notar desde sus inicios y normalmente tiene el camino algo más fácil para alcanzar la gloria si tiene las cualidades necesarias. El ejemplo más reciente lo tenemos en Max Verstappen. Todavía no es campeón del mundo, pero pocos dudan de que con el monoplaza adecuado sería capaz de ganar varios mundiales.
En cambio, Carlos Sainz no termina de encajar mucho con este perfil. No es el típico piloto que se haga notar. Es rápido, capaz de sacar lo máximo del monoplaza de forma continua y rara vez falla, pero entre sus cualidades no está el ser el objetivo de las cámaras. No es un piloto que llame mucho la atención.
Esto no quiere decir que no dé con el perfil para ser campeón del mundo, simplemente, que su camino es otro y así lo está demostrando. El suyo suele ser un camino más largo e incluso con más dificultades, pero a la meta también se puede llegar y está demostrando que sí.
En sus inicios hubo quién dudó de su valía. Por supuesto, su apellido estuvo muy presente ya que el “es el hijo de” suele ser una losa que pesa bastante y difícil de quitar. Tras un paso difícil por Toro Rosso y Renault, encontró la estabilidad que necesitaba en McLaren. En el equipo británico tuvo las condiciones adecuadas para sacar a relucir sus mejores características. ¿Cuáles? Ser un piloto 100% comprometido con su equipo y con las ganas y motivación de hacer todo lo que esté en su mano para mejorar el monoplaza y el rendimiento de cada trabajador del equipo.
Sí, estas cualidades suelen tenerlas casi todos los pilotos, pero el madrileño es especialmente bueno en estos aspectos y se dieron cuenta rápidamente en McLaren. En tan solo un par de años ha sido capaz de llevar a los de Woking al tercer puesto en constructores. Por supuesto, el mérito no es solo suyo, pero sí en gran parte. Es un piloto joven, que inyecta sangre fresca y que sabe mostrar el compromiso y trabajo necesario para que el equipo vaya a una con él. De esto se dieron cuenta en Ferrari y por eso decidieron contar con él para reconstruir el equipo.
Tras unos años en los que la ‘Scuderia’ no terminaba de encontrar el rumbo, decidieron poner su confianza en Sainz. Podrían haber optado por otro piloto, me atrevo a decir que incluso había alguno más rápido que el español, pero no había ninguno que ofreciera al equipo las cualidades de trabajo que tiene él. El trabajo de puertas para adentro es tan, o incluso más, importante que el rendimiento y velocidad que se puede llegar a ofrecer en la pista. Esto lo vieron en su etapa por McLaren y lo están viviendo ahora en primera persona.
Desde el primer día Carlos ha sabido conectar con el equipo y darle a la estructura la savia nueva que necesitaba. Tan solo han pasado cinco carreras de este 2021, pero ya se puede decir que el madrileño es el que mejor se ha adaptado a su cambio de equipo. Y no solo eso, sino que ya en Maranello van a muerte con él porque están viendo de lo que es capaz tanto dentro como fuera de la pista. Esto no es fruto de la casualidad sino de sus buenas cualidades en este aspecto.
Su momento ha llegado. Ya pocos dudan de su valía en la categoría. Sainz es la viva muestra de que también se puede llegar al éxito a base de ser bueno en aspectos que no son tan llamativo de cara a las cámaras. Esto le ha valido su fichaje por Ferrari y ahora lo demuestra en la pista mostrando una rápida adaptación y buenos resultados. A la hora de la verdad, lo necesario es ser rápido. Sainz lo es, pero también tiene la cualidad de hacer que el equipo dé lo mejor de sí y, al final, esto desemboca en que el equipo diseña un buen monoplaza y él puede ser aún más rápido.
Imagen de cabecera: ImagoImages
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