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Rusia a examen de la Confederaciones

La Copa Confederaciones de Rusia entra en su fase decisiva esta semana. El «ensayo general» del Mundial de fútbol que el país acoge en un año cumplió hasta ahora las expectativas de la FIFA y de los organizadores rusos, pero dejó también motivos para el debate. Un balance intermedio:

VIDEOARBITRAJE

El fútbol sigue siendo humano. La accidentada introducción del nuevo videoarbitraje (VAR) cargó de razones a sus críticos debido a diversos problemas e imprecisiones que unos árbitros visiblemente desconcertados arreglaron como pudieron. Es verdad que el sistema evitó decisiones arbitrales equivocadas al revisarlas en pantalla, pero todo el procedimiento debe seguir siendo examinado y mejorado.

La prueba más clara fue la confusión del árbitro de Alemania-Camerún que sacó tarjeta roja a un jugador equivocado tras revisar la acción en el VAR. La innovación ha confundido no solo telespectadores e hinchas, sino también a jugadores y técnicos. «No entendí al principio por qué se había anulado. Luego la explicación fue un poco confusa», reconoció el entrenador portugués, Fernando Santos, sobre un gol anulado a Nani ante México.

DOPING

El diario británico «Mail on Sunday» sacudió en pleno torneo al mundo del fútbol ruso al publicar que la selección que disputó el Mundial de 2014 estaba involucrada en el escándalo por el presunto doping a deportistas organizado por el Estado ruso. La FIFA mantiene en secreto los documentos sobre el tema que tiene en su poder, una táctica coherente con el modo en que se ha tratado la cuestión sobre el doping en el fútbol: «En el fútbol nunca hubo doping y nunca lo habrá», dijo Vitali Mutko, viceprimer ministro y «hombre fuerte» del deporte ruso que al mismo tiempo ocupa un lugar central en el escándalo. La FIFA aseguró que todas las pruebas antidoping de Brasil 2014 y de la Copa Confederaciones fueron negativas.

INFANTINO Y PUTIN

Muchos temían que Vladimir Putin convirtiera el torneo en un show personal, como ocurrió en los Juegos Olímpicos de Sochi 2014, y su enfático discurso en la ceremonia inaugural junto al legendario Pelé y al nuevo presidente de la FIFA, Gianni Infantino, pareció confirmar las sospechas. Pero desde entonces, el presidente ruso apenas se ha dejado ver. ¿Tal vez por la eliminación de Rusia en la fase de grupos? Infantino, por su parte, siguió los últimos partidos desde la sede del ente rector del fútbol mundial en Zúrich. Se lo espera de vuelta en Rusia para semifinales. Y todo indica que Putin no perderá la oportunidad de reaparecer en la final del domingo en San Petersburgo.

LOGÍSTICA

La secretaria general de la FIFA, Fatma Samoura, dio el aprobado a la organización incluso antes de que comenzara a correr el balón. Lo cierto es que el torneo, que reúne a los campeones de cada confederación, al campeón mundial y al anfitrión y que sirve de ensayo para el Mundial, se desarrolló sin grandes problemas logísticos. El técnico de Camerún, Hugo Broos, se indignó por algún que otro embotellamiento, el tráfico en grandes ciudades como Moscú o San Petersburgo le dio la razón y el superastro Cristiano Ronaldo ironizó con el césped renovado y dañado otra vez en la antigua ciudad de los zares. La FIFA tuvo problemas mayores en Sudáfrica o Brasil.

HINCHAS

Rusia no es Brasil, Inglaterra o España. La cultura futbolística es diferente. Y aun así, el ambiente en los estadios de la copa fue mejor de lo esperado. Es verdad que los hinchas locales llegan tarde y se van inmediatamente después del pitido final y que los únicos cánticos en las gradas fueron los de chilenos y mexicanos. Pero estrellas como Cristiano Ronaldo generaron ruidosas ovaciones y apenas se vieron estadios en exceso vacíos. El inmenso Krestovsky Arena de San Petersburgo casi agotó sus entradas para el Portugal-Nueva Zelanda. Y sobre todo: de los temidos «hooligans» rusos no hubo hasta ahora ni noticias.

FÚTBOL

Portugal, Chile, México y Alemania -incluso en su versión «B»- cumplieron con su papel de favoritos y llegaron a semifinales. Los equipos de Europa y América dominan desde años el torneo. En materia de táctica, nadie esperaba revoluciones o grandes innovaciones. La defensa de tres se impuso como la más común y el promedio de goles, 2,8 por partido, no es nada malo. También en la cancha la copa afronta sus últimos cuatro partidos con buenas sensaciones.

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