River Plate y la sombra del dopaje

Acosado por los recientes casos de doping, River Plate de Argentina no pudo celebrar a pleno el triunfo por 2-0 sobre Guaraní en Asunción en la ida por los octavos de final de la Copa Libertadores y denunció una persecución.

«Estoy tranquilo, aunque incomoda, porque parecería ser una ‘persecuta’ (persecución)», reconoció el técnico, Marcelo Gallardo, luego de un inusual llamado para el control antidoping a sus 18 jugadores, que motivó que el equipo abandonara el estadio tres horas después de haber concluido el partido.

Los positivos detectados en los controles a jugadores de River Lucas Martínez Quarta y Camilo Mayada en los partidos de la fase de grupos de la Libertadores prendieron las luces de alerta, en medio de rumores de que podría haber habido otros casos. Ambos jugadores recibieron suspensiones provisorias, al tiempo que el club quedó a un paso de una sanción.

El clima previo al partido con Guaraní ya había subido además de temperatura por las declaraciones del entrenador del conjunto paraguayo, Daniel Garnero, al lanzar sospechas sobre los cambios reglamentarios que dispuso sobre la hora la Conmebol para ampliar de tres a seis los cambios en la lista de la Copa antes de los partidos de vuelta de los octavos.

«El cambio de reglamento en plena competencia no está bien. Lamento mucho si alguien se ofende, pero a mí me da para pensar que se modificó el cupo de incorporaciones cuando un club tuvo un problema, y ahora también se extiende el tiempo para hacerlas. En ese tiempo, los equipos poderosos te pueden armar una selección«, advirtió Garnero.

River, uno de los candidatos más fuertes del certamen subcontinental, sumó cuatro refuerzos y se impuso sin dificultades en la visita a Asunción. Quedó en situación óptima para definir el pase a cuartos de final en su casa, el estadio Monumental, en agosto cuando se reanude el torneo.

El llamado a los 18 jugadores al antidoping empañó el festejo. «Está dentro de la reglamentación, nos habían dicho que podía generarse y se nos comunicó antes del partido. Creo que fue para incomodar, no es muy visto esto. Lo aceptamos porque está dentro de la reglamentación, pero es raro. La verdad es que me parece mucho», reconoció Gallardo.

«Si nos quieren ver claudicar, van a tener que hacer más méritos», advirtió el entrenador «millonario», decidido a dar pelea hasta el final por el título de la Libertadores. Gallardo no logró sin embargo acallar las versiones que dan vuelta alrededor de River y los casos de doping. Los dos positivos confirmados se dieron a conocer hace dos semanas, en poco menos de 24 horas.

Aquel mismo día, los medios argentinos llegaron a decir que habría un tercer caso y se mencionó incluso al goleador Sebastián Driussi como el futbolista involucrado, pero nunca fue confirmado por la Conmebol. Casualmente, al día siguiente, Gallardo informó que Driussi sería transferido de forma inmediata al Zenit de Rusia, que iba a pagar los 15 millones de euros para ejecutar la cláusula de rescisión.

El delantero no jugó ese fin de semana en el último partido del torneo argentino, en el que River quedó segundo, a siete puntos del campeón Boca Juniors. El pase aún no se concretó, pero Driussi tampoco jugó ante Guaraní. El manager de River, Enzo Francescoli, reconoció que la negociación se encuentra demorada. «Se dilata por todas las declaraciones que circularon en torno al doping», admitió.

Los hinchas de Boca, histórico rival del «Millonario», explotaron en las redes sociales en las últimas horas contra la Conmebol, por los supuestos beneficios para beneficiar a River.

No olvidan la cuestionada decisión del ente rector del fútbol sudamericano de eliminar a Boca de la Copa Libertadores cuando aficionados «xeneizes» lanzaron gas pimienta a jugadores de River en un cruce entre ambos adversarios en los octavos de final del certamen de 2015.