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Real Madrid 3-0 Las Palmas: lo mejor, lo peor y las notas

Sin margen. Con el cupo de pinchazos alcanzado, quizá rebasado para las alturas de temporada en las que nos encontramos llegaba el Real Madrid a la cita liguera en el Bernabéu. El rival, una UD Las Palmas en horas bajas, aunque con el peligro de la necesidad, de la ansiedad por sumar para abandonar cuanto antes una zona de peligro que se antojaba impensable a inicio de temporada. Un encuentro de tensión, de nervios, responsabilidad y quizá ansiedad, un menú que auguraba espectáculo.


No está el conjunto blanco en estado de gracia. Físicamente lejos de su mejor versión, carece de la chispa que habitualmente le caracteriza y la inspiración que se presupone de su calidad técnica se muestra ausente en grandes fases de sus encuentros. De este modo se podría explicar la puesta en escena del equipo madridista. Con escasa exigencia por parte de su rival, una UD Las Palmas que dio continuidad a su decepcionante juego en el arranque de temporada, los de Zidane sufrían para mantener la posesión e hilar juego mediante combinaciones elaboradas. Sin la clarividencia necesaria para rebasar una línea defensiva replegada, no suplía sus carencias en dicho sentido a través del ímpetu, del empuje y el despliegue que podría presagiarse en la previa. Con todo, y sin alardes, se bastaba para generar llegadas intermitentes, en algunos casos realmente claras, como la que tuvo Benzema en los primeros minutos. El delantero francés mostró una vez más sus dificultades para definir, aunque lo más preocupante es el descenso de su influencia en el juego, ausente en la generación de peligro y las asociaciones que no hace demasiado le definían como ese delantero moderno del que cada vez se encuentra más distante. Ello, unido  a la ansiedad evidente de Cristiano Ronaldo, en inusual divorcio con el gol, convertía los ataques madridistas en inocuos y carentes de sensación de peligro. La UD Las Palmas, aunque distanciándose de su estilo de toque por la presión de los merengues, lograba que los minutos pasaran sin sufrir apenas el acoso de su rival, en el que Isco se convertía en el único futbolista con el punto de inspiración necesario para amenazar a los amarillos. Lo que sí encontró el equipo local fueron las jugadas a balón parado, con varias faltas en la frontal sin peligro y un buen número de saques de esquina forzados. En el enésimo de ellos, y el primero que no botaba Toni Kroos, Marco Asensio puso el balón en el área, la defensa canaria despejaba pero el balón llegaba a la cabeza de Casemiro. El centrocampista brasileño cruzaba ante Raúl y colocaba en ventaja a su equipo. Era el primer gol de cabeza del Madrid en la temporada en Liga y le servía para adelantarse justo antes de enfilar los vestuarios para el intermedio. El 1-0 lucía en el marcador, prácticamente sin méritos para ello.

El segundo acto arrancó con un aparente cambio de escenario. Los blancos se adueñaron del balón y comenzaron a elaborar el juego con mayor criterio y dando velocidad al balón y a las acciones ofensivas. Isco tomaba el mando del centro del campo, Casemiro otorgaba la intensidad y el resto del equipo comenzaba a contagiarse del liderazgo mostrado por dos de sus piezas esenciales. Y entonces, apareció él. MARCO ASENSIO. Botaba Kroos una falta lateral, despejaba Raúl de puños y el balón llegaba botando a la frontal. Allí estaba el balear. La cogió a bote pronto y lanzó un misil con su zurda que acabó en la escuadra de la meta defendida por Lizoain. Un gol realmente espectacular, en la línea de lo que Asensio acostumbra a ofrecer como caviar para las retinas. El partido, desde el paso por vestuarios, había mutado significativamente. El Real Madrid de la segunda mitad era infinitamente superior al que se había visto en los primeros cuarenta y cinco minutos. Costaba reconocer que era el mismo equipo. Kroos pudo aumentar la ventaja en el minuto 61 con un nuevo disparo desde la frontal y las llegadas trenzadas por el equipo de Zidane se sucedían prácticamente sin cesar. Con tierra de por medio, Zidane decidió proteger a Casemiro, sustituyéndolo por Marcos Llorente, y el público del Bernabéu reconoció al mediocentro brasileño su aportación al equipo. El encuentro, pese a que el resultado no lo indicaba, aparentaba encontrarse finiquitado. Sólo faltaba cerrarlo. Cristiano lo intentaba continuamente, mostrándose como en las últimas jornadas insistente, incisivo, haciéndolo todo bien salvo ajustar su punto de mira. Pese a ello, la grada mostró su cariño y reconocimiento al portugués, señal de que la estrella lusa, aún lejos de su mejor versión goleadora, se encuentra en comunión con el respetable. Y lo cerró Isco, empujando a la red una asistencia medida de Cristiano. El partido de ambos, especialmente en la segunda parte, merecía un colofón así. Poco después Cristiano volvía a estar cerca del gol. De momento, le esquiva la suerte, no el empeño. Con su talento cara a puerta, todo hace indicar que se trata de un bache que terminará convertido en anécdota. El encuentro, hasta el final, no cambió de guión, aunque ya tratando de encontrar el contraataque los locales e impotentes los canarios tratando de encontrar la forma de hacer daño a un Casilla inédito a lo largo del encuentro. Alta responsabilidad en la fiabilidad defensiva blanca recae en el rendimiento de Vallejo, sobrio y seguro en el marcaje y en la anticipación con una personalidad propia de aquel que pudiera haber jugado en el Bernabéu toda su vida.


Golpe de efecto, cambio de dinámica madridista, imagen realmente mejorada de los blancos en la segunda mitad que deberá servir como punto de partida para el despegue y reacción del conjunto de Zidane de cara a sus ambiciosos objetivos. Por su parte, la UD Las Palmas queda tocada tras una nueva derrota y una imagen de impotencia, especialmente en los segundos cuarenta y cinco minutos, hundida en el descenso, depresiva en su rendimiento.


LO MEJOR:  la versión del Real Madrid mostrada en la segunda mitad, liderada por Isco y Cristiano Ronaldo, en la que los madridistas volvieron a acercarse a la versión, salvando las distancias, que le llevó al doblete. Y, como no, el auténtico golazo de Marco Asensio.

LO PEOR: el rendimiento y la actitud de Karim Benzema y la ausencia de pegada de la UD Las Palmas, que se mostró realmente plano en el aspecto ofensivo, carente de ideas y de pegada.

JUGADOR SPHERA (MVP): Isco.

[sc name=»futmondo_puntos» TITULOMODULO=»Las Notas (de aplicación en Futmondo)» LOCALNOMBRE=»Real Madrid» LOCALPUNTOSTITULARES=»Casilla (5), Nacho (7), Sergio Ramos (6), Marcelo (6), Vallejo (7), Kroos (5), Casemiro (7), Marco Asensio (8), Isco (9), Benzema (4), Cristiano Ronaldo (7)» LOCALPUNTOSSUPLENTES=»Marcos Llorente (5), Lucas Vázquez (5), Ceballos (5)» VISITANTENOMBRE=»Las Palmas» VISITANTEPUNTOSTITULARES=»Raúl (5), Michel Macedo (6), Ximo Navarro (4), Bigas (5), Dani Castellano (5), Vicente (5), Lemos (4), Aquilani (5), Javi Castellano (4), Vitolo (6), Calleri (4) » VISITANTEPUNTOSSUPLENTES=»Remy (5), Hernán (5)»]

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Sin margen. Con el cupo de pinchazos alcanzado, quizá rebasado para las alturas de temporada en las que nos encontramos llegaba el Real Madrid a la cita liguera en el Bernabéu. El rival, una UD Las Palmas en horas bajas, aunque con el peligro de la necesidad, de la ansiedad por sumar para abandonar cuanto antes una zona de peligro que se antojaba impensable a inicio de temporada. Un encuentro de tensión, de nervios, responsabilidad y quizá ansiedad, un menú que auguraba espectáculo.


No está el conjunto blanco en estado de gracia. Físicamente lejos de su mejor versión, carece de la chispa que habitualmente le caracteriza y la inspiración que se presupone de su calidad técnica se muestra ausente en grandes fases de sus encuentros. De este modo se podría explicar la puesta en escena del equipo madridista. Con escasa exigencia por parte de su rival, una UD Las Palmas que dio continuidad a su decepcionante juego en el arranque de temporada, los de Zidane sufrían para mantener la posesión e hilar juego mediante combinaciones elaboradas. Sin la clarividencia necesaria para rebasar una línea defensiva replegada, no suplía sus carencias en dicho sentido a través del ímpetu, del empuje y el despliegue que podría presagiarse en la previa. Con todo, y sin alardes, se bastaba para generar llegadas intermitentes, en algunos casos realmente claras, como la que tuvo Benzema en los primeros minutos. El delantero francés mostró una vez más sus dificultades para definir, aunque lo más preocupante es el descenso de su influencia en el juego, ausente en la generación de peligro y las asociaciones que no hace demasiado le definían como ese delantero moderno del que cada vez se encuentra más distante. Ello, unido  a la ansiedad evidente de Cristiano Ronaldo, en inusual divorcio con el gol, convertía los ataques madridistas en inocuos y carentes de sensación de peligro. La UD Las Palmas, aunque distanciándose de su estilo de toque por la presión de los merengues, lograba que los minutos pasaran sin sufrir apenas el acoso de su rival, en el que Isco se convertía en el único futbolista con el punto de inspiración necesario para amenazar a los amarillos. Lo que sí encontró el equipo local fueron las jugadas a balón parado, con varias faltas en la frontal sin peligro y un buen número de saques de esquina forzados. En el enésimo de ellos, y el primero que no botaba Toni Kroos, Marco Asensio puso el balón en el área, la defensa canaria despejaba pero el balón llegaba a la cabeza de Casemiro. El centrocampista brasileño cruzaba ante Raúl y colocaba en ventaja a su equipo. Era el primer gol de cabeza del Madrid en la temporada en Liga y le servía para adelantarse justo antes de enfilar los vestuarios para el intermedio. El 1-0 lucía en el marcador, prácticamente sin méritos para ello.

El segundo acto arrancó con un aparente cambio de escenario. Los blancos se adueñaron del balón y comenzaron a elaborar el juego con mayor criterio y dando velocidad al balón y a las acciones ofensivas. Isco tomaba el mando del centro del campo, Casemiro otorgaba la intensidad y el resto del equipo comenzaba a contagiarse del liderazgo mostrado por dos de sus piezas esenciales. Y entonces, apareció él. MARCO ASENSIO. Botaba Kroos una falta lateral, despejaba Raúl de puños y el balón llegaba botando a la frontal. Allí estaba el balear. La cogió a bote pronto y lanzó un misil con su zurda que acabó en la escuadra de la meta defendida por Lizoain. Un gol realmente espectacular, en la línea de lo que Asensio acostumbra a ofrecer como caviar para las retinas. El partido, desde el paso por vestuarios, había mutado significativamente. El Real Madrid de la segunda mitad era infinitamente superior al que se había visto en los primeros cuarenta y cinco minutos. Costaba reconocer que era el mismo equipo. Kroos pudo aumentar la ventaja en el minuto 61 con un nuevo disparo desde la frontal y las llegadas trenzadas por el equipo de Zidane se sucedían prácticamente sin cesar. Con tierra de por medio, Zidane decidió proteger a Casemiro, sustituyéndolo por Marcos Llorente, y el público del Bernabéu reconoció al mediocentro brasileño su aportación al equipo. El encuentro, pese a que el resultado no lo indicaba, aparentaba encontrarse finiquitado. Sólo faltaba cerrarlo. Cristiano lo intentaba continuamente, mostrándose como en las últimas jornadas insistente, incisivo, haciéndolo todo bien salvo ajustar su punto de mira. Pese a ello, la grada mostró su cariño y reconocimiento al portugués, señal de que la estrella lusa, aún lejos de su mejor versión goleadora, se encuentra en comunión con el respetable. Y lo cerró Isco, empujando a la red una asistencia medida de Cristiano. El partido de ambos, especialmente en la segunda parte, merecía un colofón así. Poco después Cristiano volvía a estar cerca del gol. De momento, le esquiva la suerte, no el empeño. Con su talento cara a puerta, todo hace indicar que se trata de un bache que terminará convertido en anécdota. El encuentro, hasta el final, no cambió de guión, aunque ya tratando de encontrar el contraataque los locales e impotentes los canarios tratando de encontrar la forma de hacer daño a un Casilla inédito a lo largo del encuentro. Alta responsabilidad en la fiabilidad defensiva blanca recae en el rendimiento de Vallejo, sobrio y seguro en el marcaje y en la anticipación con una personalidad propia de aquel que pudiera haber jugado en el Bernabéu toda su vida.


Golpe de efecto, cambio de dinámica madridista, imagen realmente mejorada de los blancos en la segunda mitad que deberá servir como punto de partida para el despegue y reacción del conjunto de Zidane de cara a sus ambiciosos objetivos. Por su parte, la UD Las Palmas queda tocada tras una nueva derrota y una imagen de impotencia, especialmente en los segundos cuarenta y cinco minutos, hundida en el descenso, depresiva en su rendimiento.


LO MEJOR:  la versión del Real Madrid mostrada en la segunda mitad, liderada por Isco y Cristiano Ronaldo, en la que los madridistas volvieron a acercarse a la versión, salvando las distancias, que le llevó al doblete. Y, como no, el auténtico golazo de Marco Asensio.

LO PEOR: el rendimiento y la actitud de Karim Benzema y la ausencia de pegada de la UD Las Palmas, que se mostró realmente plano en el aspecto ofensivo, carente de ideas y de pegada.

JUGADOR SPHERA (MVP): Isco.

[sc name=»futmondo_puntos» TITULOMODULO=»Las Notas (de aplicación en Futmondo)» LOCALNOMBRE=»Real Madrid» LOCALPUNTOSTITULARES=»Casilla (5), Nacho (7), Sergio Ramos (6), Marcelo (6), Vallejo (7), Kroos (5), Casemiro (7), Marco Asensio (8), Isco (9), Benzema (4), Cristiano Ronaldo (7)» LOCALPUNTOSSUPLENTES=»Marcos Llorente (5), Lucas Vázquez (5), Ceballos (5)» VISITANTENOMBRE=»Las Palmas» VISITANTEPUNTOSTITULARES=»Raúl (5), Michel Macedo (6), Ximo Navarro (4), Bigas (5), Dani Castellano (5), Vicente (5), Lemos (4), Aquilani (5), Javi Castellano (4), Vitolo (6), Calleri (4) » VISITANTEPUNTOSSUPLENTES=»Remy (5), Hernán (5)»]

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