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Raúl García, el guerrero número ocho

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No es fácil hacerse a la idea de que uno de los líderes del vestuario se vaya de un equipo, de que un hombre que representó a la máxima potencia lo que significa el ‘cholismo’ abandone el Atleti, en definitiva, parece un mal sueño que el segundo capitán del equipo, el jugador con más partidos europeos, no vaya a volver a vestir la camiseta del Atlético de Madrid.

La noticia de la no convocatoria del ‘Rulo’ mosqueó desde el primer momento, todo aficionado, en su sano juicio, sabía que en el Pizjuán y frente a este Sevilla, el once de Simeone sería Raúl García y diez más, ahí están los números para demostrar su eficacia como titular en las salidas peliagudas.

Como íbamos diciendo, la no convocatoria de Raúl daba mala espina, más si cabe cuando los rumores del interés del Athletic no cesaron en los meses de mercado, todos queriamos pensar que se trataba de unas molestias de última hora, pero Raúl no era de molestias de última hora, es de los que juegan con un brazo roto más de una hora (vuelta de 1/8 vs Bayer Leverkusen) y de los que unas molestias no le apartaban de su objetivo. Raúl es un tipo del norte, un tipo de los que mientras sus compañeros van de manga larga y guantes, el pasea su camiseta número 8 de manga corta por frío que sea el destino, ¡ahora a ver quién juega en Astaná!

Raúl llegó en el verano de 2007, con Javier Aguirre, su debut fue en Europa, ante el Gloria Bistrita. Sus ilustres compañeros aquel día fueron Leo Franco, Seitaridis, Perea, Eller, Antonio López, Luccin, Maniche, Maxi, Petrov y Mista. Para llegar a contratar a las estrellas de hoy en día hizo falta que gente como Raúl bajase al lodo a resucitar a un equipo muerto, que ganó una Europa League con el ‘8’ como mediocentro indiscutible.

El camino del navarro no fue fácil, pitado y silbado en su primera época tras no adaptar su juego a la posición de medio centro, tampoco los resultados del equipo acompañaron, pero él nunca fue mediocentro, siempre fue un mediapunta, ya fuera escorado a banda o en el centro, en Osasuna destacó por ello, y por eso se pagaron 12M€ por su contratación. Aguirre que dijo conocerle, lo retrasó a una posición en la que nunca se adaptó, incluso jugó de central en contadas ocasiones. La llegada de Simeone y su cesión a Osasuna trajeron un nuevo Raúl, más determinante, más goleador y más cerca del área rival, pero no más profesional, porque eso nunca estuvo en duda, con mejor o peor suerte el navarro derrochó coraje y pelea en cada envite con la zamarra rojiblanca, y no fueron pocos los partidos, hasta 329 partidos desde 2007 con un año de vuelta a su casa de Pamplona. En los tiempos actuales de mercadeo y poco sentimiento hacía los colores y los escudos, jugar tal cantidad de partidos denota compromiso y fidelidad.

Se va un hombre, se va un capitán” decía Simeone en rueda de prensa en el Sánchez Pizjuán, no hay mejor definición, la extensión competitiva del Cholo pierde uno de sus grandes referentes en el campo, una pérdida irremplazable ya sea 31 de agosto o 1 de julio, sus compañeros lo saben, y le dedicaron cada uno de los goles logrados en la tarde de ayer, aunque sinceramente, poco importaba el partido cuando una parte del escudo abandona el Atlético de Madrid, esperemos que el club actué en consecuencia de lo que ha significado Raúl García para el Atleti y se le brinde la despedida merecida a la historia marcada por el ‘8’, el Calderón debería abrir sus puertas para que los aficionados le den su penúltima ovación en el estadio.

Una Liga, una Copa del Rey, una Europa League y dos Supercopas de Europa es el bagaje que ha dejado Raúl García en cuanto a títulos, pero al final lo que importa de verdad, es el sentimiento que ha dejado en cada uno de nosotros, de los que dudaban de él, de los que les costó subir a su carro, de los qué le pitaban y de los 50.000 que aplaudimos a rabiar en el minuto 70 de la primera jornada liguera cuando saltó, por última vez, al césped del Vicente Calderón. Gracias Rulo.

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