El pasado domingo se produjo un hecho extraordinario en el mundo del fútbol. Por primera vez en la historia, dos clubes campeones de Europa se enfrentaban en un partido de segunda división. Ocurrió en Birmingham en el estadio de Villa Park, donde se disputó el Aston Villa – Nottingham Forest de la sexta jornada de la Championship. Dos ex campeones de Europa frente a frente en la segunda división inglesa, dos equipos que se miraron a la cara antes del encuentro preguntándose: ¿Qué nos ha pasado?
El partido se resolvió con un entretenido y disputado empate a dos. Los locales merecieron ganar, pero los de Philippe Montanier supieron aguantar, con uno menos incluso durante los últimos minutos, y convertir en gol sus dos únicos tiros a puerta. Sin embargo, este choque no será recordado por el reencuentro de Gary Gardner con el Nottingham donde estuvo cedido dos años, ni tampoco por la doble amarilla en apenas dos minutos a Pereira. Este enfrentamiento será recordado por lo que una vez fueron y ya no son, por el padre que le dice a su hijo – «¿Ves esos dos escudos? Pues dominaron Europa» y por la sensación de no saber por qué. La añoranza y la melancolía inundaron los corazones de los seguidores de ambos equipos que hace algo más de treinta años eran los reyes del continente.
Forest v Villa, 1996 | Getty Images
Lejos queda el sorprendente e inigualable Nottingham Forest de finales de los setenta y principios de los ochenta con figuras como John Robertson, Peter Shilton, Viv Anderson (primer jugador de color de la selección inglesa) o Trevor Francis (primer futbolista por el que se pagó más de un millón de libras) y a las órdenes de Brian Clough. Los ‘forest’ consiguieron ascender a primera división en la temporada 76-77 y para sorpresa de todos conseguirían el título liguero al año siguiente junto con la League Cup. La cosa no quedó ahí, porque en la 78-79 lograron la copa de campeones de Europa en su debut en esa competición tras vencer al Liverpool, campeón de las dos anteriores ediciones, y al Malmö en la final por 1-0 en Múnich. Al gran trofeo continental hay que sumarles una nueva League Cup y un subcampeonato liguero. En la 79-80, el ‘rodillo rojo’ continuó dominado el continente haciéndose con la Supercopa frente al Barcelona y revalidando título ante el Hamburgo en el Bernabéu. En 1981 fue subcampeón de la Copa Intercontinental y de la Supercopa y su última gran actuación en Europa fue en la Copa de la UEFA del 84 en la que cayó en semifinales ante el RSC Anderlecht en medio de una gran polémica por un gol anulado en la ida, más tarde se supo que el presidente del club belga había comprado al árbitro con £27,000. Sin duda fueron unos años gloriosos en Nottingham con una gesta memorable al pasar de ascender a primera división a ser los reyes de Europa en apenas dos años. Gesta con la que sueñan los aficionados con que algún día se repita.
Los ‘villanos’ también guardan muy buenos recuerdos de aquellos años. Mientras que el ‘rodillo rojo’ iba frenándose, el Aston Villa comenzó su hazaña con jugadores como Dennis Mortimer o Peter White. En 1981 se proclamaría campeón de liga por séptima vez en su historia volviendo a la élite del fútbol inglés. Al año siguiente, Ron Saunders dejaría el equipo agobiado por las derrotas y la mala posición liguera y cogería las riendas Tony Barton que conseguiría el sueño de todos los fans, la Copa de Europa. Los de Birmingham dejaron atónitos a todos al vencer al todo poderoso Bayern de Rummenigge y Paul Breitner en la final de Rotterdam por 1-0. Por último, acabarían logrando la Supercopa ante el Barcelona con un contundente 3-0 en Villa Park. Dos años increíbles grabados a fuego en la historia del Aston Villa y en la memoria de sus aficionados.
Por todo esto, los seguidores de ambos conjuntos se miraban incrédulos el pasado domingo recordando aquellos años en los que en Europa reinaba el fútbol inglés gracias al Nottingham Forest y al Aston Villa (por supuesto también al Liverpool) y con la misma pregunta en la cabeza. ¿Qué nos ha pasado?
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