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Fútbol sudamericano

La mujer que sorprende al fútbol de Brasil

A casi 4.000 kilómetros de Río de Janeiro, en plena Amazonía, y a pasos de la frontera con Bolivia, la pequeña ciudad de Plácido de Castro alberga una de las historias deportivas más cautivadoras de todo Brasil. Allí, en un municipio de menos de 20.000 habitantes, el club de fútbol local es presidido por Rafaela Escalante, una de las poquísimas mujeres que administran instituciones deportivas en el país, quien, además, tiene sólo 26 años y fue electa cuando tenía 25.

Desde la asunción de Escalante, en enero de este año, el poco conocido Plácido de Castro Fútbol Club se convirtió en un foco de atención en Brasil: no sólo porque, en un ambiente predominantemente masculino, es dirigido por una mujer, sino porque también, e incluyendo hombres, ella es la presidenta o presidente más joven de todo el país.

Nacida el 13 de junio de 1990, Escalante es graduada en administración, y antes de ser elegida para guiar los destinos del ‘Tigre de Abuna’, era la jefa de su «torcida organizada», como se llama en Brasil a las asociaciones de hinchas de los clubes. Plácido de Castro F.C llegó al fútbol profesional brasileño en 2008. Hace de local en Río Branco, la capital del estado de Acre, que queda a 104 kilómetros de la ciudad. En 2013, incluso, ganó el torneo acriano, convirtiéndose así en el segundo equipo del interior en ser campeón. Ese año hasta estuvo muy cerca de alcanzar la Serie C.

«Nací en Plácido pero en 2009 me mudé a Río Branco para estudiar», cuenta Escalante. «La zona universitaria, donde yo vivía, está muy lejos del estadio, pero como con algunos amigos éramos fanáticos del club, cada vez que jugaba nos tomábamos dos autobuses de línea para ver los partidos. Salíamos cuatro, cinco horas antes de nuestras casas. Y la gente nos decía: ‘ustedes sí que son hinchas’«. Y continúa: «A mí siempre me gustó organizar. Y así empecé a hacer banderas, a tratar de ordenar a nuestros ‘torcedores’. Casi sin querer, me fui convirtiendo en la jefa de la ‘torcida’«.

Desde ese lugar en las tribunas, cantando y alentando, Escalante pasó, en ocho años, a ocupar el máximo cargo administrativo en el club, tomando las más importantes decisiones para fomentar su desarrollo; desde conseguir recursos del Estado hasta conformar un plantel de jugadores profesionales. Pero, ¿cómo logró pasar de una posición a la otra, y siendo tan joven? Ella misma contesta: «Como era una verdadera fanática del club, siempre bromeaba: ‘Un día vamos a ganar la lotería y vamos a comprar el equipo para nosotros. Vamos a ser millonarios, haremos un verdadero ‘desorden’ y llegaremos a la élite».

«Entonces, mientras yo bromeaba así, en 2015 el que era presidente del club renunció. Era un mal momento del equipo, y me llamaron para ser vicepresidente. Ya que vivo en Río Branco, me querían como la representante de la institución en la capital. Pero de repente, quien iba a ser presidente también desistió, y ahí me preguntaron si me animaba a tomar su cargo». «Acepté el desafío, pero lo acepté a ciegas», se sincera la mandataria. «No conocía la real situación financiera del club, pero creo que desde llegué ya pude mostrar un poquito de mi trabajo, de mi cara».

Imagen | Plácido de Castro FC

Administrar, sin embargo, un equipo de una localidad remota de Brasil, con pocos habitantes, y muy lejos de los grandes centros de decisiones, es, según Escalante, una tarea complicadísima. Conseguir recursos en esas condiciones se torna casi un imperativo para poder asegurar cada año la supervivencia de la institución. En ese sentido, dice: «El club no es independiente, no tiene recursos propios. Dependemos del incentivo del gobierno local y de la Prefectura. No tenemos ningún tipo de ganancia fija».

Y agrega: «Ya me junté con el futuro prefecto de la ciudad, que asumirá el 1 de enero. Él dijo que nos va a ayudar, pero todavía no sabe cómo. A partir de eso, intentaremos armar el equipo. La gente cree en mí, y, por eso, si quisiese contratar varios jugadores caros, podría hacerlo. Pero no quiero hipotecar el futuro del club, entonces tengo que ser seria y saber con qué dinero contamos antes de pensar en formar el plantel». «Por suerte -destaca-, la ciudad es muy receptiva, los futbolistas quieren al club y varios ya me dijeron que quieren quedarse aquí para ayudarnos».

Imagen | querojogarfutsal.com.br

La vicepresidenta de Escalante es también mujer, Jovelina Barros, de 43 años. «Ella responde en Plácido y yo, en Río Branco», explica la más joven de la fórmula. Y sobre si el próximo paso debería ser contratar una entrenadora para el equipo, señala: «¿Por qué no? Sería interesante». «Lo mejor de este año como presidenta fue que demostré que puedo, me hice cargo y la gente lo valora y reconoce mucho», analiza Escalante. «Lo peor: que no tenemos nada. El campeonato de 2016 no fue bueno, casi descendemos, y ahora estoy intentando formar un buen equipo, pero sin ayuda de la Prefectura será de nuevo muy difícil».

Para culminar, la presidenta más joven del fútbol brasileño manda un mensaje a las mujeres que también sueñan con ganar espacios en la gestión deportiva: «No tengan miedo, acepten los desafíos. Somos capaces, tenemos ganas, tenemos fuerza para que las cosas sucedan. Nosotras podemos, y nosotras haremos».

 

Foto principal | minutonordeste.com.br

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