Pozuelo, historia de un futbolista hispano-ruso

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Fernando ARRECHEA Nemesio Pozuelo Plazuelo (o Nemes Nemesevich Pozuelo) nació en Járkov (Ucrania, URSS) el 7 de julio de 1940, aunque como pueden suponer por su nombre y apellidos era hijo de padres españoles, concretamente de andaluces de Jaén. Su padre Nemesio Pozuelo Expósito era un destacado dirigente del PCE y su madre falleció de cáncer cuando nuestro protagonista tenía siete años. Parte de su infancia transcurriría en el hogar de niños españoles (“Niños de la Guerra”) donde pronto destacaría en el deporte, especialmente en fútbol y balonmano y se ganaría el apodo de Misha por el que fue conocido en los ambientes futbolísticos de la URSS.

El propio Nemesio desde su actual residencia en Velilla de San Antonio (Madrid) ha tenido la deferencia de atendernos en una entrañable conversación telefónica para darnos detalles de su apasionante vida.

A los 16 años llega a la escuela del Torpedo de Moscú, equipo en el que vive sus mejores años deportivos debutando en el primer equipo en 1959 y permaneciendo hasta 1964. Era un habilidoso delantero que contribuyó al doblete (Liga y Copa de la URSS) de 1960.


Nemesio Pozuelo

En 1964 juega en el Spartak de Moscú y en 1965 pasa al Zenit de Leningrado. Y el 18 de septiembre de 1965 se produce un hecho que acaba con su carrera (y con la de 17 futbolistas soviéticos más). El jugador Yuri Sevidov (Spartak) atropella con su coche a un peatón en Moscú. El peatón fallece horas después en un hospital y resulta ser Dmitry Ryabchykov, una eminencia en química y geoquímica, Premio Stalin, miembro de la Academia de Ciencias de la URSS, etc. El escándalo es mayúsculo y tiemblan los cimientos del Kremlin entre sospechas de espionaje, rumores de todo tipo y quejas entre los jerarcas del régimen por la vida disipada de muchos futbolistas (alcohol, fiestas, etc.)

Nemesio Pozuelo no estaba en el coche pero si había estado con Sevidov en esa jornada moscovita y fue uno de los primeros represaliados. Aunque las sanciones se extenderían a un total de 18 jugadores, el Comité Central del PCUS quiso llevar a cabo una purga de “elementos egoístas” del fútbol soviético aprovechando el accidente. Yuri Sevidov salvó la vida por los pelos y fue condenado a diez años de prisión de los que cumplió cuatro, su padre era el gran entrenador Aleksandr Sevidov y probablemente ello influyó en la rebaja de la pena. De hecho volvió a jugar al fútbol y posteriormente fue entrenador. Falleció en Marbella en 2010.

¿Y Nemesio? Pues Nemesio no pudo volver a jugar al fútbol ni ser entrenador de forma profesional. Trabajó en una fábrica de coches y posteriormente emigró a Krasnokamensk, en la remota región siberiana de Chita, donde jugó en un equipo aficionado. Regresó a Moscú a mediados de los 70 y trabajó veinte años en una fábrica sin perder nunca el gusanillo del deporte.

Por fin, en 1996, sus hermanas le convencieron para emigrar a España. Se instaló en Velilla de San Antonio (Madrid) y colabora en su escuela de fútbol.

Reconoce que la adaptación no fue fácil pero ahora vive tranquilo. Lo merece.

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